Las minas de Moria

Imagen de Destripacuentos

Análisis del pack introductorio al juego de batallas del Señor de los Anillos que nos trajo Games Workshop.

Sin duda, las minas de Moria brindaban el escenario ideal para todo aquel que quisiera sumergirse en el mundo de el Señor de los Anillos. En este episodio de la historia, nos encontramos con la Compañía del Anillo al completo vagando por el interior de uno de los escenarios más impresionantes de la obra de Tolkien: el insondable complejo subterráneo excavado por los enanos e infestado posteriormente por los goblins.

¿Cómo resistirse a su influjo? Yo lo intenté durante un tiempo pero, como me ha pasado con todos los grandes packs de Games Workshop, he terminado claudicando en el momento más insospechado. En este artículo os intentaré transmitir lo que me he encontrado.

Presentación

Las minas de Moria recrea con una fidelidad inusitada el escenario de la película. La fuente de inspiración, como parece que ha seguido siendo la tónica ya en todo el juego de batallas, es la trilogía fílmica, no la obra literaria original de Tolkien.

A este respecto, cabe decir que incluso la escenografía secundaria incluida (además del impresionante sarcófago de Balin, las columnas, el pozo y el portal vienen una serie de accesorios como trampillas, esqueletos, baules y grimonios) está también extraída fidedignamente del filme.

Las miniaturas siguen también esta tónica, y detalles como las vestimentas de los personajes responden al momento capturado: Merry y Pippin empuñan incluso las piedras, y Sam su correspondiente sartén. Comprendo, en cualquier caso, la decepción inicial de los aficionados a Warhammer Fantasy, que esperaban intercambiar miniaturas entre ambos juegos, cosa que resulta imposible por la escala: las de El Señor de los Anillos son algo más pequeñas y, sobre todo, anatómicamente más realistas que las del decano de Games Workshop.

Personalmente, creo que las miniaturas están muy conseguidas. El nivel de detalle es muy bueno y los fans de las películas estarán encantados. El montaje, además, es muy sencillo (no es necesario siquiera pegamento, aunque a alguna miniatura no le vendrá mal un repaso de lima o cuchilla) y accesible a los primerizos. Además, la cantidad y variedad es bastante alta: nos encontramos con los nueve miembros de la Compañía del Anillo (Gandalf, Boromir, Aragorn, Gimli, Legolas, Frodo, Sam, Merry y Pippin), 24 goblins de Moria armados con lanzas, espada y escudo o arco (hay algunos que se repiten, pero hay variedad incluso dentro del mismo tipo de arma) y un enorme troll que puede ser armado con un martillo o con una lanza - tridente.

Cerrando el conjunto, encontramos las regletas para medir el movimiento y un juego de dados de seis caras para todas las tiradas que requiere el juego. Y el Anillo Único, claro (aunque en plástico). Este no es que sea de una gran utilidad, pero no deja de tener gracia como marcador de iniciativa.

Sistema de juego

Siguiendo la pauta que ya vimos en Batalla por Macragge, por ejemplo, se nos presenta un libro para ir aprendiendo paso a paso las reglas. En total tenemos cuatro "aventuras" (Las tinieblas de Moria, ¡Emboscada!, Atrapados y La tumba de Balin) que tienen el aliciente de seguir, más o menos, el curso histórico del filme.

En ellas vamos aprendiendo los rudimentos del juego gradualmente: cómo se mueven las miniaturas (por centímetros y libremente), cómo leer los perfiles de personajes (que tienen características como movimiento, combate, fuerza, armadura, ataques, puntos de vida y bravura -que no se utiliza en este escenario-), cómo calcular los tiros con arco, cómo resolver los combates, cómo usar algo de magia, etc.

El sistema es bastante sencillo dentro de lo que son este tipo de juegos. Los conflictos se resuelven comparando los resultados más altos obtenidos y en función de las características de las miniaturas involucradas. Como elementos interesantes tenemos el que las miniaturas hacen retroceder a las que pierden los combates y que hay una iniciativa para ver quién empieza cada turno que hace más emocionante el conflicto.

Hay que resaltar también que, al menos en Las minas de Moria, el juego está centrado en personajes individuales, no en batallones o escuadras, lo cual encaja muy bien con el escenario y le da una dimensión distinta a la acostumbrada. No sé si en batallas con más personajes se mantiene esta dinámica.

Como en otras ocasiones, se incluye un manual de juego completo para poder seguir con El Señor de los Anillos el juego de batallas, aunque todavía no me lo he mirado a fondo. Su formato es similar, en cualquier caso, a los manuales típicos de Games Workshop. Eso sí, viene ilustrado con fotografías de las películas.

También, en el libreto de aprendizaje, encontramos consejos para pintar las miniaturas. Todavía estoy perplejo con la selección de fotografías que acompañan esta sección: incluso yo pinto mejor. Debe ser un sistema para animar a los novatos a que pintemos, porque el resto de fotos del libreto son mucho mejores...

Estrategia

Es complicado valorar este apartado sólo con haber jugado las misiones del libreto. Se adivinan muchas posibilidades tácticas que no dependen de los personajes en juego, ya que la mera distribución de miniaturas afecta mucho las partidas. A diferencia de lo que ocurre con Warhammer, no se siente una necesidad inmediata de ampliar las miniaturas a efectos de juego (sólo por el tema estético, vaya).

Al mismo tiempo, con el reparto en marcha, algunas cosas son habas contadas: los hobbits no forman una buena primera línea y los goblins no son rivales para Boromir y Aragorn. Por el contrario, el troll es realmente imponente, y no sólo por su talla.

En cualquier caso, ya queda claro que es un juego flexible, sencillo de aprender y que esconde posibilidades.

 

Conclusiones

Las minas de Moria es un buen pack inicial, aunque tengo la impresión de que es más caro en comparación con Batalla por Macragge o Batalla por el Paso de la Calavera. Las miniaturas, en cualquier caso, son de buena calidad y tienen el añadido de llevarnos a la Tierra Media (sobre todo a la de la trilogía cinematográfica).

El juego en sí es sencillo de aprender, y al ser relativamente nuevo no resulta tan impresionante como sus progenitores. Como todo, esto tiene sus lados positivos y negativos: quizás sea más asequible para jugadores nuevos, y quizás resulte limitado para los veteranos.

Finalmente, la decisión de desmarcarlo de otras líneas de Games Workshop, como Warhammer Fantasy, es un arma de doble filo. Por un lado, le da mayor autonomía al juego y permite explorar un estilo que, a mi parecer, es muy interesante. Por otro, cabe el riesgo de que, una vez terminado el elenco de héroes y monstruos de las películas, la cosa languidezca. No es que el universo creado por Tolkien no dé de sí, pero es un factor a tener en cuenta en un juego "joven".

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Brasero
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Puntos: 7053

por lo que se dice este juego les ha costado bastante a los de games workshop, no han amortizado la licencia, supongo que el mayor tiron lo tuvo cuando estaban todavia sacando las peliculas a la vez que ellos sacaban miniaturas, pero despues nada

personalmente no me gusta que se agrupe todo en "bien" o "mal" porque pueden salir mezclas bastante absurdas, y no se tiene buenas miniaturas pero tambien a veces me parece que se pasan sacando personajes muy secundarios y tonterias asi, resulta todo un poco caotico a la hora de empezar a coleccionarlo, no es como en warhammer donde cada ejercito esta muy definido

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