Los discípulos de Cthulhu

Imagen de HPLovecraft

Cthulhu puede ser derrotado temporalmente, pero nunca vencido. Como testimonio de su poder, el presente volumen nos trae nueve relatos basados en los Mitos en los que se nos muestra cómo la horrenda criatura sigue viva más allá de su muerte.

SINOPSIS

Los discípulos de Cthulhu son un grupo muy variado. En las historias de los Mitos son obsesivos, solitarios, peligrosos, más que convertir a otros pretenden utilizarlos. Pero los escritores de estos cuentos son también discípulos de Cthulhu y son ellos los que hacen proselitismo, los que traen nuevos miembros al redil.

Publicada en 1976, la primera edición de Los discípulos de Cthulhu fue una de las primeras antologías profesionales y totalmente originales de los Mitos de Cthulhu. Una de las historias, El tirón, de Ramsey Campbell, fue candidata al Premio Nebular otorgado por la Asociación de Escritores Americanos de Ciencia Ficción, quizá la única historia sobre los Mitos de Cthulhu que ha recibido un reconocimiento de este tipo. Chaosium se enorgullece de volver a publicar esta antología que presenta los Mitos a las nuevas generaciones.

 

ÍNDICE

Prefacio de la Edición Revisada (Edward P. Berglund)

Prefacio de la Edición Original (Edward P. Berglund)

Introducción (Robert Bloch)

Horror en la Feria, The Fairground Horror (Brian Lumley)

El Silencio de Erika Zann, The Silence of Erika Zann (James Wade)

Todo Ojos, All-Eye (Bob Van Laerhoven)

El Tirón, The Tugging (Ramsey Campbell)

La Senda de Yidhra, Where Yidhra Walks (Walter C. Debill, Jr)

Vistazos, Glimpses (A. A. Attanasio)

La Guerra del Tong Negro, Dope War of the Black Tong (Robert M. Price)

Oscuridad, Me Llamo, Darkness, My Name Is (Eddy C. Bertin)

El Terror de las Profundidades, The Terror from the Depths (Fritz Leiber)

 

ANÁLISIS DE LA OBRA

Adorar a Cthulhu es suficiente. En realidad, ¡lo es todo! Eso de ahí dentro... es Su templo. Ofrecer sacrificios mientras se sigue pensando en uno mismo sería una blasfemia, y cuando venga, ¡en mí no habrá defectos! —abrió mucho los ojos y se echó a temblar—. No lo conoces, Anderson. Es horrible, asombroso, un monstruo, ¡un dios! Ahora está hundido, muerto y ahogado en el profundo R'lyeh, pero su muerte no es más que un sueño del que despertará. Cuando las estrellas estén alineadas los elegidos responderemos a la llamada de Cthulhu y R'lyeh surgirá de nuevo para asombrar a un universo desprevenido. ¡Hasta las gorgonas eran sus sacerdotisas en la antigüedad!... [Pero] nunca te lo creerías, ni siquiera si te mostrara la prueba que demuestra mi sacerdocio y que se oculta bajo esta mata falsa de pelo que me veo obligado a llevar, la mismísima Marca de Cthulhu.

Brian Lumley, Horror en la Feria

 

Acaso por ser una de las primeras antologías publicadas de los Mitos, Los discípulos de Cthulhu es la más fiel a la concepción del universo de Howard Phillips Lovecraft. Mientras que Cthulhu 2000 (octavo volumen de la presente colección) destacaba por su excelente calidad general, en esta ocasión nos encontramos con una gran sintonía y una mayor fidelidad con a la obra del maestro. Los discípulos de Cthulhu ha conocido dos ediciones bastante diferentes, una en 1976 y otra dos décadas más tarde, en 1996. La versión publicada por La Factoría de Ideas pertenece a la segunda, la fechada en 1996. La anterior carecía de los relatos Vistazos (Glimpses, 1975) de A.A. Attanasio y La Guerra del Tong Negro (Dope War of the Black Tong, 1996) de Robert M. Price. En cambio incluía El Banqueteador de Muy Lejos (The Feaster from Afar ,1976), de Joseph Payne Brennan y Zoth-Ommog (1976) de Lin Carter, suprimidos en la presente edición por haber sido publicados posteriormente a 1976 en las antologías The Hastur Cycle y The Xothic Legend-Cycle, respectivamente.

Dado que se trataba de una de las primeras antologías dedicadas a continuar el legado de Lovecraft y dárselo a conocer a la nueva generación de lectores, que sentían un interés que no ha cesado de crecer por los Mitos, las historias guardan una gran fidelidad a las ideas del maestro. Algunas son, o podrían considerarse hoy día al menos, como meros pastiches. Pero, dado que la imitación es la forma más sincera de halago, podemos tener por seguro que todos y cada uno de los nueve escritores reunidos para la ocasión sentía una profunda admiración por la obra del prisionero de Providence. De hecho, en realidad, el título de Los discípulos de Cthulhu no hace referencia a los cultistas que podemos encontrar en algunos de los relatos, sino a los propios autores, verdaderos creyentes que ayudaron a difundir la palabra por medio de obras de creación propia donde se plasmaban elementos de los Mitos o se hacían variaciones sobre sus conceptos más importantes.

Lo que se he echa en falta, muy especialmente después de haber leído otras antologías del mismo tipo, es el prólogo a cada uno de los relatos. Además de servirnos para contar algunas palabras sobre el autor, que nunca están de más y ayudan a situarnos en su contexto, los prólogos suelen incluir información relativa al relato. Explicaciones sobre las criaturas que van a aparecer, semejanzas con otros relatos del autor o de otros autores que escriben sobre los Mitos y datos como la fecha de aparición original de la historia.

 

A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de las tramas y los argumentos de los relatos que componen la antología.

 

INTRODUCCIÓN

Robert Bloch: Robert Albert Bloch nació en 1917 y falleció en 1994. Era un novelista, cuentista y guionista norteamericano de literatura fantástica y ciencia-ficción que comenzó su carrera en revistas pulp como Weird Tales. Recibió los premios Hugo, Bram Stoker, World Fantasy y fue presidente de la Mystery Writers of America. Trabó amistad con Lovecraft y escribió muchos relatos para los Mitos, creando incluso los famosos libros De Vermis Mysteriis y Cultes des Goules. Aparece transfigurado en El Morador de las Tinieblas (The Haunter of the Dark, 1935) favor que Bloch le devolvió en El Vampiro Estelar (The Shambler of the Star, 1935). Escribió Psicosis, la novela que se convirtió en el film homónimo (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960) así como guiones para series de televisión, como la celebérrima Star Trek. Su fama de hombre amable y generoso ha perdurado tanto como su magnífica obra.

Acerca de la introducción: Rober Bloch realiza una magnífica labor de introducción al recopilatorio al dar a conocer novelas, supuestamente de literatura seria, que surgieron al mismo tiempo que La Llamada de Cthulhu, a la que nadie prestó mucha atención. Décadas después es la obra de Lovecraft y sus sucesores la que continúa más viva que nunca y muchos de aquellos relatos tildados de serios han caído en el olvido. Ni que decir tiene que con un inicio así, todo el resto son halagos y parabienes hacia Lovecraft, su obra y sus personajes y situaciones. Tanto, que incluso califica de religión a los Mitos, siendo Lovecraft su máximo profeta y el Necronomicón su biblia. En palabras de Bloch y hablando de uno de sus proyectos futuros, dice: De hecho, entre mis fichas reposa una serie de notas tomadas para una novela sobre un futuro en el que Cthulhu y los otros Primigenios se han convertido en las figuras centrales de una nueva religión que se ha apoderado de nuestra decadente sociedad y en la que se venera a Lovecraft como profeta. Tengo la sensación de que Lovecraft, que era un estricto materialista, encontraría esa noción muy divertida. En lo que a mí se refiere, no estoy tan seguro.

 

HORROR EN LA FERIA

Brian Lumley: Es un escritor británico de terror nacido en 1937. Añadió una serie de historias a los Mitos, siendo las más notables aquellas que tienen como personaje principal a Titus Crow. Trabajos posteriores incluyen al Necroscopio; que produjo una serie de novelas que incluye la pentalogía de las Crónicas Necrománticas (Necroscope), la trilogía del Mundo Vampírico (Vampire World), Necroscopio: Los Años Perdidos (Necroscope: The Lost Years) y la trilogía E-Branch. Ha publicado además, Harry Keogh and Other Weird Heroes (2003), Necroscope: The Touch (2006), Necroscope: Harry and the Pirates (2009). Es autor de otros muchísimos libros y relatos de terror, entre ellos Los Cuerpos Fructíferos (Fruiting Bodies) ganadora del premio British Fantasy en 1989. Los lectores de Fear Magazine votaron por Lumley como el mejor autor del género por su libro La Fuente del Mal (Necroscope III: The Source), por el que recibió un premio.

Sinopsis: En una feria errante viven dos hermanos que se ocupan de un negocio llamado la Tumba de los Primigenios. Anderson es extrovertido, codicioso, vivaracho y muestra con orgullo las rarezas de su negocio a todos aquellos que tengan en el bolsillo el dinero preciso. Hamilton es silencioso, esquivo y se encarga únicamente de mantener en buen estado la parte de atrás del espectáculo, que nunca es mostrada a los visitantes. En la trastienda se encuentran verdaderos elementos mágicos relacionados con los seres que habitaron nuestro mundo cuando éste era joven. El segundo hermano es testigo de una invocación por parte del primero y, desde ese momento, hace cuanto está en su mano para hacerse con el conocimiento prohibido y el poder y el dinero que piensa que llevan aparejado. Como Caín y Abel, ambos parecen luchar por el favor de un dios… aunque en este caso no sea precisamente el de las Escrituras. Demasiado tarde descubrirá que no es juicioso usar en beneficio propio aquello que ha sido creado para otros propósitos igualmente poco altruistas, pero mucho más aterradores. Los adoradores de Cthulhu están donde menos puede uno imaginar…

Acerca del relato: Quizá el título escogido por el autor sea demasiado grandilocuente para un relato que se centra en un pequeño espacio (la barraca de los protagonistas) y en tres únicos personajes: los hermanos Tharpe y el erudito Hiram Henley. No obstante, es cierto que logra crear el ambiente preciso y delimitar claramente para el posible lector el lugar donde se desarrolla la acción (al tiempo que resulta llamativo) por lo que tampoco es excesivamente criticable. Horror en la Feria está escrito en pasado y usa la tercera persona con un tipo de narrador omnisciente. Gèrard Genette, teórico francés de literatura y poética, denominó a este narrador como heterodiegético y con focalización omnisciente. Cabe decir que era el tipo de narrador más empleado en el siglo XIX pero que, actualmente, ha caído en desuso por su falta de realismo al endiosar al narrador, que todo lo sabe; pasado, presente, futuro, deseos y pensamientos de todos los personajes. Como un cuento con moraleja que es, Horror en la Feria nos muestra cómo no debemos inmiscuirnos en aquellos asuntos que no son de nuestra incumbencia. Menos aún cuando se trata de entrar en contacto con seres que no pertenecen a nuestro mundo y de los que tratamos de extraer algún tipo de ganancia material del tipo que sea. En cuanto a esto, tiene cierta semejanza con Demonios de Cthulhu (Demons of Cthulhu, 1959) de Robert Silverberg (aparecido en El Necronomicón, volumen 4 de esta misma colección), donde un atrevido joven también decide emplear conocimientos robados en su propio beneficio. En este caso, además, el necio protagonista recibe unos cuantos sueños en los que la entidad que aparece representada en una pequeña figura, el Gran Cthulhu, le recrimina el uso que pretende hacer de los poderes que antes disfrutó su hermano. Naturalmente, no hace ni caso a los avisos. La estupidez es un rasgo habitual en los protagonistas de los relatos y las películas de terror y Lumley es un escritor muy respetuoso con la tradición… cuando quiere. Organizado y coherente, aunque de final algo predecible, resulta un relato tan entretenido como interesante.

 

EL SILENCIO DE ERIKA ZANN

James Wade: James Adam Wade fue un escritor estadounidense nacido en Illinois en 1930 y fallecido en 1983. Tras servir en el ejército en Corea, se estableció en Seúl en el año 1960. Desarrolló una amplia carrera como profesor, periodista y asesor de los programas de información del gobierno Coreano. Sus artículos fueron publicados en diversos diarios de Corea, Inglaterra y los Estados Unidos y sus composiciones musicales han sido interpretadas en diversos países. Para los Mitos de Cthulhu escribió diversos relatos (además del presente) Darker Shadow Over Innsmouth, 1969, Los Profundos (The Deep Ones, 1969), Descenso sobre Yuggoth (Planetfall on Yuggoth, 1972) publicado en La Saga de Hastur, (Colección Solaris Fantasía, 3), El Perseguidor (The Pursuer, 1980) y Those Who Wait, 1996.

Sinopsis: Erika Zann es una joven cantante que comienza una prometedora carrera en un tugurio de mala muerte llamado La Mancha Púrpura. Su grupo, El Váter Eléctrico cambia de arreglista y algún que otro componente y su música comienza a cantar. Día a día se van haciendo más populares. Tanto, que el dueño del local se ve obligado a ampliarlo para dar cabida a todos los que quieren participar de la sensación del momento. Pero hay algo extraño, tenebroso e indefinido en los arreglos musicales que parecen estar dotados de vida propia y maligna voluntad. Erika, cada noche, se ve obligada a cantar y luchar por su propia vida en el escenario contra una amenaza indefinida que está dispuesta a destruirla por completo, de manera similar a como ya le sucediera a su abuelo, el violinista Erich Zann. Negrura… ¡negrura del espacio ilimitado! —dice un asistente a sus conciertos, atiborrado de ácido—. Espacio interminable repleto de música y movimiento… no hay nada parecido en la Tierra…

Acerca del relato: Parafraseando el relato de Lovecraft titulado La Música de Erich Zann, James Wade tituló a su historia El Silencio de Erika Zann con gran acierto. Al igual que en el cuento lovecraftiano, la música de la protagonista mantiene una relación directa con indecibles horrores venidos desde más allá de nuestra limitada percepción de la realidad. Erika Zann confiesa ser, de hecho, la nieta del conocido Erich Zann, por lo que sabemos que su final no puede ser bueno. El Silencio de Erika Zann está escrito en pasado, con un narrador testigo que nos cuenta lo sucedido al personaje que da nombre al relato. Según la clasificación de Genette se trataría de un narrador homodiegético. En este caso alcanzamos a comprender algunos hechos más de los que el narrador puede dilucidar. El lector versado en los relatos de Lovecraft ha leído acerca de lo sucedido con Erich Zann y comprende el paralelismo de lo sucedido al violinista con el relato de la historia de su nieta, Erika Zann, cosa que el narrador desconoce. Mezclado con música y drogas, el relato es una actualización del clásico de Lovecraft anteriormente mencionado. Usando un lenguaje moderno, aunque avisando desde el principio que no piensa caer en la vulgaridad (cosa que algunos agradecemos) El Silencio de Erika Zann consigue el efecto deseado. Sin duda es uno de los mejores relatos de la antología, y eso teniendo en cuenta que pasa de puntillas sobre los Mitos sin acabar de dejar del todo clara su pertenencia a ellos o no. Pero realmente es algo que no importa dada su calidad.

 

TODO OJOS

Bob van Laerhoven: Es un escritor belga nacido en 1958 en Gent Area. Comenzó su carrera de escritor muy pronto, con relatos de ciencia ficción que han sido publicadas en inglés, francés, alemán, español y esloveno. En total ha publicado más de treinta libros de novela, ensayo, viajes y otros géneros. Ha resultado ganador del Knack Hercule Poirot-price en 2007 por la mejor novela policiaca belga titulada Baudelaire's Revenge (La Venganza de Baudelaire). En castellano tiene un relato publicado en el primer recopilatorio Maestros de la Ciencia Ficción (Editorial A.T.E., 1977) titulado Ya no tengo ojos y sin embargo debo ver (Ik Heb Geen Ogen En Toch Moet Ik Zien), que obviamente parafrasea la conocida obra de Harlan Ellison No tengo boca y debo gritar (I Have No Mouth And I Must Scream, 1967, Premio Nebula 1968).

Sinopsis: El doctor Egmes es un médico que se dedica a recorrer las distantes poblaciones y los frondosos bosques canadienses. Amante de la naturaleza, disfruta con las sensaciones y emociones que le procura el medio en el que trabaja. Cierto día se encuentra con Defgas, oriundo de Québec, investigador muy interesado en los mitos y leyendas de los bosques de Canada. Su interés se había convertido en fanatismo cuando había descubierto el diario de un francés llamado Echard, datado en torno a 1826. El tiempo que lleva en lo profundo del bosque ha sufrido un extraño y horrendo ataque por parte de Danco, su guía, que le iba a llevar hasta el lugar donde se esconde una estatuilla de un ser al que llaman Todo Ojos y cuyo aspecto es espantoso. El doctor Egmes escucha toda su historia con gran interés y calma sus nervios, aprovechando para decirle que todo se debe a su imaginación, a ciertos alcaloides vegetales y al cansancio. Pero cuando el pobre Defgas se encuentra más tranquilo, el horror toma de nuevo forma. O una nueva forma, para ser más exacto.

Acerca del relato: Bob van Laerhoven nos presenta un relato que resulta poco atractivo a primera vista a causa del nombre escogido, Todo Ojos. Por muy importante que sea, no debe juzgarse una historia por su título. Todo Ojos tiene ciertas similitudes con El Wendigo (The Wendigo, 1910) de Algernon Blackwood, al igual que sucedía con Los Barrens de Francis Paul Wilson (Cthulhu 2000), aunque en este caso el título de ambas historias es el nombre de la criatura. Todo Ojos está escrito en pasado, en primera persona, con un narrador protagonista. Genette lo hubiera clasificado como autodiegético. El paisaje es una parte muy importante de la trama, del que menciona detalles en los que normalmente no repararía un habitante de ciudad, por muy muchos años que lleve trabajando rodeado por la naturaleza, como parece ser el caso del doctor Egmes. No obstante, y más en este caso que en otros muchos, las apariencias engañan y el doctor Egmes no nos revela todo lo que piensa y siente. Oculta información al lector en aras de la sorpresa final. Los pensamientos a los que podemos acceder están limitados y sólo podemos aspirar a saber lo que desee contarnos, estrategia usada para conseguir un giro argumental que, quizá por sobreexplotado, no resulta tan asombroso como debiera y el autor seguramente deseó. Con todo y eso, no se trata de un mal relato, en absoluto. La riqueza de las descripciones, el correcto ritmo narrativo y su brevedad lo hacen muy atractivo de leer, compensando cualquier carencia que pudiera tener.

 

EL TIRÓN

Ramsey Campbell: John Ramsey Campbell nació en Merseyside, Liverpool, el 4 de enero de 1946. Está considerado por la crítica especializada como uno de los grandes maestros del terror actual y ha cultivado tanto el relato corto y la novela como la edición de la obra de otros autores. De autor de pastiche, aconsejado sabiamente por August Derleth, pasó a convertirse en un autor de estilo propio que mostraba, y aún muestra, una facilidad inusitada para asumir el punto de vista de mentes enfermizas quizá no vista desde el gran maestro del terror Edgar Allan Poe. Algunas de sus novelas publicadas en castellano han sido Nazareth Hill (The House on Nazareth Hill, 1996), Silencio (Silent Child, 1996) y El Segundo Nombre (Pact of the Fathers, 2001). Ha sido galardonado con los siguientes premios: cuatro World Fantasy, un Bram Stoker, ocho British Fantasy y un Gigamesh.

Sinopsis: Ingels es un periodista, aficionado a la astronomía desde muy pequeño, que está obsesionado con un planeta errante que se aproxima a la Tierra. Pero, además de ese hecho tan poco corriente, también es capaz de compartir sueños con su padre. Entre ellos, el más frecuente es el de una ciudad hundida en las aguas que emerge y muestra una puerta que esconde un horror que nunca llega a ver. Sus sueños incluyen ahora al planeta errante y una habitación de un antiguo teatro ya convertido en un edificio de oficinas. En ese lugar fueron detenidas décadas atrás una serie de personas por realizar ritos blasfemos entre los que estaba su propio abuelo. Al interrogar a su padre, este niega la participación de su progenitor en el culto y hasta el mismo hecho de compartir sueños con Ingels. Inasequible al desaliento, continúa su investigación en la oficina que antaño fue el centro del culto y allí encuentra tras una pared el telescopio que está enfocado desde hace décadas hacia el planeta errante, el vagabundo.

Acerca del relato: Ramsey Campbell siempre ha sido un autor muy acertado a la hora de poner nombre a sus relatos y novelas. The House on Nazareth Hill, Pact of the Fathers o The Darkest Part of the Woods son sólo algunos ejemplos. En esta ocasión el protagonista es arrastrado desde el comienzo del relato a cumplir su destino, que consiste en el descubrimiento del vagabundo, un planeta que surca el cielo hacia la Tierra. El Tirón resulta, pues, más que adecuado. El Tirón está escrito en pasado, en tercera persona, con un narrador cuasi-omnisciente. Según la clasificación de Genette sería un narrador heterodiegético. El narrador está totalmente fuera del universo creado en el relato y relata en tercera persona únicamente los hechos en los que se ve envuelto el protagonista, desconociendo de forma aparente todo lo demás. Las revelaciones a las que tiene acceso el narrador y el personaje son todo lo que vamos descubriendo, a priori. El interés por descubrir asuntos relacionados con su pasado se ha convertido en una obsesión que llega a su punto álgido cuando el protagonista sabe lo que está a punto de suceder pero nadie a su alrededor parece querer prestarle atención… hasta que es demasiado tarde, por supuesto, momento en el que el conocimiento ya no tiene utilidad alguna. Su abuelo estuvo relacionado con cierto culto antiguo, comparte aterradores sueños con su padre y, para colmo, en el cielo aguarda una criatura más grande de lo que cabría concebir. Y es que, en efecto, el planeta errante no es sólo un cuerpo estelar en movimiento y su objetivo es mucho peor que colisionar con la Tierra, algo que ya sería malo per se. El Tirón se encuentra dividido en cuatro capítulos correspondientes a las fases de presentación, indicios, revelación y final del misterio y, como todo lo que escribe Ramsey Campbell, es endiabladamente bueno. Su facilidad y simplicidad en la descripción del escenario y los personajes, con un estilo cinematográfico sólo superado por Richard Matheson, se une a una gran destreza para crear diálogos realistas. El Tirón es una muestra más de su indiscutible talento y uno de los mejores relatos de la presente antología cuya calidad, por una vez, fue también reconocido por la crítica especializada.

 

LA SENDA DE YIDHRA

Walter C. DeBill, Jr.: En el momento de la redacción del presente artículo no se dispone de información suficiente como para hacer una biografía/bibliografía mínimamente aceptable del presente autor. Mis más sinceras disculpas por ello.

Sinopsis: Un fuerte temporal de lluvia y viento provoca que Kovacs, un hombre de ciudad, se quede aislado en el pequeño pueblo de Milando. Rechazado en primera instancia por los habitantes del lugar cuando entra a comprar algo de comida en un establecimiento que hace las veces de bar y tienda de ultramarinos, encuentra algo de hospitalidad en Kramer. Antiguo habitante de la ciudad, William Kramer lleva dieciocho años viviendo en el pueblo, casado con una mujer de allí y, pese a ello, aún se le considera forastero. Ambos mantienen una conversación en la que sale a colación una religión que ya era antigua cuando los nativos americanos habitaban aquellas tierras y por las que tanto el ganado como la agricultura es rica y floreciente, ajena a cualquier desgracia que pueda acontecer. Yidhra es el nombre de una pavorosa entidad con la que tiene mucho que ver una joven llamada Yolanda. Ella, junto con la suegra de Kramer, son dos figuras siniestras y ominosas ante las que Kovacs no puede bajar la guardia mientras prosigue su investigación particular acerca del culto a Yidhra.

Acerca del relato: Desde el comienzo del relato de Walter C. DeBill, Jr., el protagonista, de nombre Kovacs, va recorriendo paso a paso el mismo camino que otros han hecho antes que él y en el que, al igual que ellos, está destinado a sucumbir. La Senda de Yidhra resulta, pues, un título más que revelador por simple que parezca. La semejanza con La Sombra sobre Innsmouth no sólo es argumental, sino que se parece hasta en la misma estructura del título. La Senda de Yidhra está escrita en pasado, en primera persona, con un narrador protagonista. En la clasificación de Genette se trataría de un narrador autodiegético con focalización interna. Tiene un estilo poco confiable y que recuerda a La Sombra sobre Innsmouth, al poder el lector adelantarse a la narración. Las pistas que el narrador disemina en el relato y la experiencia que los lectores de los Mitos acumulan les hace competentes en ello. El relato se encuentra dividido en siete breves capítulos en los que se produce un lento in crescendo de lo que el personaje va descubriendo hasta llegar al final, en el que un personaje reaparece sólo para demostrarnos que los Mitos van a prevalecer sobre nuestra especie y permanecer en la faz de la Tierra para siempre.

 

VISTAZOS

A. A. Attanasio: Alfred Angelo Attanasio es un escritor estadounidense de ciencia ficción y fantasía nacido en 1951 en New Jersey que ha publicado en ocasiones bajo el pseudónimo de Adam Lee. Ha sido nominado en tres ocasiones para el prestigioso premio Nébula y tiene publicados varios ensayos, una treintena de relatos, varias antologías de relatos cortos y ha participado en numerosas antologías, entre las que podríamos destacar su relato La Charca de las Estrellas (The Star Pools, 1980) aparecido en Nuevos Cuentos de los Mitos de Cthulhu (New Tales of the Cthulhu Mythos, 1980). Mención aparte merecen sus más de veinte novelas, entre las que la tetralogía Radix ha sido aclamada unánimemente por la crítica. La saga se compone de Radix (1981), En Otros Mundos (In Other Worlds, 1984), Arco del Sueño (Arc of the Dream, 1986) y Las Últimas Leyendas de la Tierra (The Last Legends of Earth, 1989)

Sinopsis: Gene Mirandola es un joven que siente la llamada mental de su tío, Armand Saadi. Cuando decide visitarle recibe una serie de objetos que afirma que son mágicos y que debe entregar a un hombre llamado Marc Souvate, adepto en las artes mágicas. Alentado por su tío, que se suicida al poco tiempo, Gene trata de averiguar el poder de la piedra con forma de toroide. Al contrario de lo que supone, su poder se encuentra en el agujero que contiene. El espacio que denominamos paradójicamente vacío, comunica dos puntos entre sí cercanos pero, más aun, suponen un portal para la entrada y salida a otros puntos del espacio-tiempo que están vigilados por Yog-Sothoth. Gene usará la piedra para liberar el alma de su tío al tiempo que Souvate realiza un salto en el tiempo de cientos de miles de años en busca de la única entidad capaz de oponerse a la amenaza entrópica de Yog-Sothoth: el Señor del Abismo, Nodens, de alguna forma uno de los pocos benefactores de la Humanidad. Su búsqueda le llevará al más distante futuro donde la cercanía de Yog-Sothoth comienza a dejarse sentir y sólo queda una alternativa: huir.

Acerca del relato: Soy consciente de que si buscamos y damos varias vueltas al relato encontraremos la razón por la que se titula Vistazos pero, tras una primera lectura, resulta complicado encontrarle justificación. Quizá se deba al hecho de que Marc Souvate salta de una época a otra, pudiendo echar únicamente vistazos (comparando con los océanos de tiempo que recorre). Pero, sin ánimo de querer buscarle tres pies al gato, aceptaremos Vistazos. Está escrito pasado, en tercera persona, con un narrador omnisciente. En la clasificación de Genette se trataría de un narrador heterodiegético de enfoque omnisciente, que proporciona la lejanía necesaria con respecto al relato y nos permite adentrarnos en los pensamientos y estados de ánimo de todos los personajes que aparecen en la trama. Vistazos se encuentra dividido en cuatro capítulos, de los que los tres primeros se titulan La Piedra Perforada, El Adepto, Zona de Muerte y el último capítulo, a modo de breve epílogo, no tiene nombre. La acción transcurre en dos épocas bien diferenciadas: el pasado y miles de años en el distante futuro. La ruptura de la primera parte del relato con la segunda es total, incluso desconcertante, pero con todo y eso mantiene el mismo interés en el destino del hombre que persigue a Nodens a través del tiempo mientras escapa de lo que considera su antítesis: Yog-Sothoth. Es un relato cósmico, sin duda, pero no consigue transmitir terror o inquietud alguna salvo, quizá, si se interioriza el enorme salto en el tiempo y la curiosa escena de la arena, con Gene Mirandola caminando en círculos para poder huir con el alma de su tío. Recuerde el lector que las leyes tradicionales de la física y el espacio euclidiano no siempre son respetadas por los seres de los Mitos (como sucede con los Perros de Tíndalos por poner un ejemplo).

 

LA GUERRA DEL TONG NEGRO

Robert McNair Price: Nació en 1954 en Mississippi, es profesor de Teología y, durante años, realizó una férrea defensa de la fe frente a la razón intelectual aunque, poco a poco, abandonó estas posturas. Desde muy joven comenzó a leer libros de la editorial Arkham House y, aunque durante su etapa de fundamentalismo religioso abandonó la fantasía lovecraftiana, regresó a ella en 1978 como lector y escritor. Presentó el artículo Higher Criticism and the Necronomicon en la revista Lovecraft Studies. Es una de las figuras más importantes del universo de Lovecraft al haber editado La Cripta de Cthulhu y, desde 1990, un gran número de antologías basadas en los Mitos: Cthulhu 2000, La Saga de Hastur, El Ciclo de Cthulhu, El Necronomicón y El Ciclo de Nyarlathotep.

Sinopsis: Steve Harrison, uno de los policías más duros que cualquier matón pudiera encontrarse, asalta un local de consumo de todo tipo de estupefacientes. Allí rescata a Jong-tso, uno de sus informadores, que le ha puesto sobre aviso de una banda oriental llamada el Tong Negro. Se encuentra en un pésimo estado de salud por culpa de un veneno que aparece descrito en el Unaussprechlichen Kulten de von Junzt bajo el nombre de Loto Negro. El doctor le pone en contacto con una persona que puede darle más datos; el doctor Anton Zarnak. Gracias a él descubre que se están cometiendo terribles y brutales asesinatos en River Street por culpa de la reacción a esa droga. Su propio compañero asesinó a su esposa y estaba comiéndosela cuando fue sorprendido por la policía. Posteriormente se descubre que dicha droga es usada por el pueblo de los tcho-tcho birmanos, relacionados con el culto a Zhar y Lloigor. Entre Harrison y el doctor Zarnak deben acabar con el Tong Negro y su mortífera droga. Pero, ¿quién es en realidad el doctor Zarnak?

Acerca del relato: El relato narra el brutal y sangriento enfrentamiento entre la banda del Tong Negro y un reducidísimo grupo de hombres dispuestos a no permitir que la peligrosa droga llamada Loto Negro circule a sus anchas entre los toxicómanos. La Guerra del Tong Negro es, pues, un título apropiado. Especialmente cuando, además, recuerda a las famosas Guerras del Opio libradas entre la China y el Reino Unido 1839 a 1842 y de 1856 a 1860. La Guerra del Tong Negro está escrita en pasado, en tercera persona, con un narrador cuasi-omnisciente. Para Genette se trataría de un narrador heterodiegético. En ocasiones asistimos al monólogo interno y los pensamientos más profundos de algunos de los personajes aunque otros son totalmente opacos para el lector. Esto, como puede descubrirse en los últimos párrafos, está hecho para garantizar cierta sorpresa argumental que dé un pequeño (muy pequeño) giro al final de la historia. Sencillo en su planteamiento y en su ejecución es, además, el más ajeno a los Mitos de Cthulhu. Entretenido y cargado de acción, pero nada más.

 

OSCURIDAD, ME LLAMO

Eddy C. Bertin: Es un escritor nacido en Hamburgo-Altona, Alemania, en 1944. Ha utilizado para sus obras pseudónimos tales como Edith Brendall y Doriac Greysun y escribe tanto para adultos como para niños. Algunos de sus relatos cortos han sido publicados en castellano en diferentes antologías de terror y ciencia ficción: Un Susurro de Alas Correosas (A Whisper of Leathery Wings, 1973), Tormenta de Tiempo (Timestorm, 1971), Una Casa con Jardín (A House with a Garden, 1972), Cuestión de Rivalidad (A Matter of Competition, 1975)

Sinopsis: Un desconocido se aproxima a una mujer en un restaurante situado en Hamburgo y comienza a relatarle una historia acerca de un libro, Liyuhh, y cinco estatuas que aparecen en él, las Feiaden. La narración nos conduce a Cyäegha, una entidad enormemente poderosa que siente un odio puro hacia toda la raza humana y trata de buscar a los que son como él. Herbert Ramon es un misterioso investigador que viaja a la localidad de Freihausgarten, entablando cierta amistad con el gerente del hotel donde se hospeda y sintiéndose atraído por la cercana Colina Oscura. Está convencido, merced a sus quince años de investigación, que es allí donde se encuentra la deidad de la oscuridad, custodiada por cinco demonios. Si es así, quince años de investigación habrán dado resultado al fin. Pero, ¿por qué está tan obsesionado con encontrar ese lugar? ¿Cómo es que tiene la fortuna de, paseando, encontrar una de las cinco estatuillas que representan a los guardianes? ¿Por qué la gente del pueblo evita la cercanía del lugar como si estuviese maldito? Herbert llegara a desear no haber querido buscar las respuestas.

Acerca del relato: Si hubiera que escoger un relato de la presente antología únicamente por el título, sin duda el vencedor sería el presente Oscuridad, Me Llamo. Proporcionando más información de lo que podemos suponer a priori, el título hace referencia a la criatura Cyäecha, un peligrosísimo ser que detesta a la Humanidad y desea su total aniquilación sin que para ello exista una razón que lo justifique (ni tan siquiera recuperar la Tierra, como sucede con otros). Oscuridad, Me Llamo está escrito en pasado, en tercera persona, con uso del narrador cuasi-omnisciente. Para Genette se trataría de un narrador heterodiegético con focalización interna. El narrador, que en un principio parece perfectamente confiable, parece tornarse no confiable hacia el final. ¿O sí lo es? Que cada lector opine como desee. Oscuridad, Me Llamo se encuentra dividido en diez capítulos más un prólogo y un epílogo:

Prólogo: Liyuhh,

I. Cyäecha

II. Freihausgarten

III. Von denen Verdammten

IV. Dunkelhϋgel

V. Vaeyen

VI. El Templo de la Colina Oscura

VII. Nagaäe

VIII Lo Que Espera en la Oscuridad

IX. Sin Tiempo

X. Todo el Tiempo

Epílogo: Guardián

 

Perfectamente pensado y escrito, el relato contiene un pequeño giro de tuerca hacia el final que ha resultado confuso para algunos lectores y que, por el contrario, ha encantado a la gran mayoría (entre los que me encuentro). La transformación que experimenta Herbert Ramon resulta tan abominable como sus consecuencias, aunque todo parece solucionarse hacia el final del relato.

 

EL TERROR DE LAS PROFUNDIDADES

Fritz Leiber: Fritz Reuter Leiber Jr. fue un escritor norteamericano de fantasía, terror y ciencia ficción que nació en 1910 y falleció en 1992 y que cultivó tanto el relato como la novela. Estuvo muy influenciado por Howard Phillips Lovecraft y Robert Graves en las dos primeras décadas de su carrera. Los cuentos de la serie Fafhrd y el Ratonero Gris (Fafhrd and the Gray Mouser), escritos a lo largo de cinco décadas, puede considerarse su obra más memorable. Además se le considera también precursor del relato urbano de terror moderno por obras tales como La Chica de Ojos Hambrientos (The Girl With the Hungry Eyes, 1949) y Estás Solo (You're All Alone, 1950). En sus últimos años, Leiber retomó su afición al cuento de terror en trabajos como Fantasías Terroríficas (Horrible Imaginings, 1982), Sus Oscuros Encantos (Black Has Its Charms, 1984) y el premiado El Botonista (The Button Moulder, 1979)

Sinopsis: Tras la horrenda muerte de Georg Reuter Fischer, la policía confiscó un cofre de cobre y plata alemana, donde se encontraron un manuscrito y dos libros de poesía. Una vez prescrito el crimen, se subastó el objeto. El autor del manuscrito es el mismo Fischer, nacido en 1912 en Louisville Kentucky, con una ligera deformación del pie derecho, torcido hacia el interior. Muestra una inteligencia fuera de lo normal en su infancia, y su juventud queda marcada por la necesidad de responder a esa expectativa por parte de sus padres. Soñador, enfermizo y débil, aprueba sus cursos con buenas notas, aunque resulta un milagro que sea admitido en la Universidad de Arkham. Su carácter nervioso y enfermizo le obliga a abandonar sus estudios allí, comenzar en la UCLA y le motiva a escribir poemas sobre su rico mundo onírico. Su poesía despierta el interés de diversos eruditos, entre los que están el doctor Henry Armitage y el profesor ayudante Albert N. Whitman, al mencionar conceptos como túneles subterráneos que se extienden sin fin, el cavador, Rulay, Ctulu y otras muchas criaturas y conceptos extraños que parecen relacionados con La Puerta de los Sueños tallada por su padre en la piedra como mero adorno… ¿o se trata de algo más? ¿Qué hay de cierto en todo lo que sueña, escribe y cree percibir a su alrededor?

Acerca del relato: Fritz Leiber tituló con gran acierto el relato como El Terror de las Profundidades, encontrando en ello un perfecto juego de palabras. El protagonista descubre bajo sus pies una interminable galería de túneles que socavan el mundo mientras, al tiempo, experimenta el terror que subyace en su entorno. Todo aquello que parece firme y seguro, se torna para su horror en algo demasiado voluble y sujeto a voluntades que se escapan de la suya. El Terror de las Profundidades está escrito en pasado, en tercera persona, con uso del narrador protagonista. Para Genette se trataría de un narrador autodiegético con focalización interna. Las dos terceras partes del relato son de una gran interiorización en el personaje protagonista, saliendo más de sí mismo en ese último tercio final, donde se da una gran interacción y un menor monólogo interior. Los párrafos iniciales y finales, sin embargo, usan la tercera persona y el narrador cuasi-omnisciente en un intento de dotar al relato de mayor verosimilitud. Utiliza el clásico recurso lovecraftiano de la correspondencia, los paquetes postales y las comunicaciones a posteriori que revelan buena parte de la trama. La última orden del padre de Georg, escrita en una misiva datada doce años atrás, es algo ambigua: haz estallar la puerta de los sueños. Dicha puerta está siendo atacada desde el lado opuesto, estrechando la distancia que la puerta de los sueños crea entre dos mundos; el nuestro y aquel que habitan, entre otras, ciertas criaturas vermiformes aladas, de intenciones seguramente no muy pacíficas. Albert N. Whitman le ayudará a enfrentarse a descubrir los túneles inferiores, que coinciden con ciertos caminos poblados de serpientes venenosas, una de las cuales mató a su madre. Por otro lado, las continuas referencias a los relatos del maestro y su círculo, bien a través de personajes o de sucesos acaecidos, son tan abundantes que incluso el lector más avezado en pastiches lovecraftianos se sentirá abrumado por ellos. Abrumado para bien, por supuesto, porque la expresión correcta sería encantado. Este guiño continuo, junto a su interesantísima trama, convierte al presente relato en el mejor de la antología (con permiso de Ramsey Campbell y su El Tirón). De hecho, sólo por él ya merece la pena el gasto realizado en el libro.

 

DENTRO DE LA COLECCIÓN

Con esta antología La Factoría de Ideas decidió poner punto y final a las antologías sobre el universo de Lovecraft, por lo que han quedado muchas de ellas aún inéditas. Habría un tímido resurgir de las mismas en Sombras sobre Baker Street (Shadows Over Baker Street, 2003) publicado en el número 29 de la presente colección. En sus páginas nos encontramos al mejor detective de la literatura, Sherlock Holmes, enfrentándose a misterios y amenazas relacionadas con los Mitos de Cthulhu. Volviendo al presente volumen, también cabe decir que supuso un cambio radical en la colección. Pasó a denominarse Terror Colección (el paso intermedio hacia Solaris Eclipse) y su lomo lució el tercio superior en color blanco, aunque conservando el resto del volumen en color marrón hasta el número 30 (con la excepción del 28).

 

 

Calificación: 90

Título: Los Discípulos de Cthulhu

Autor: VVAA

Editorial: La Factoría de Ideas

Edición: Rústica, 336 páginas

Lo mejor: La excelente calidad de todos los relatos seleccionados.

Lo peor: Se trata de la última antología sobre los Mitos que publicó La Factoría de Ideas.

Resumen: Nueve historias de horror de los Mitos de Cthulhu, siete procedentes de la edición original de 1976 y dos nuevas, con la introducción original de Robert Bloch.

 

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