Megazoria: Teutonia
Trasfondo los insondables bosques donde habitan las aves raptoras
Teutonia se extiende como un manto a los pies de los Alpes, enclaustrada en hondonadas y valles cubiertos de bosques ancestrales donde los grandes depredadores no son lobos ni felinos.
Aspectos geográficos
Teutonia está compuesta por quebradas, valles y planicies cubiertos de densos bosques caducifolios en los que se concentran, con frecuencia, densas brumas. El terreno es abrupto, con abundantes elementos rocosos y suelos poco dispuestos a la agricultura, y el clima, continental, presenta fuertes cambios estacionales. En general, el tiempo es húmedo, pero algo menos que en otras zonas por la influencia de los vientos generados en los glaciares que se conservan en las estribaciones montañosas del sur.
Fauna
Al igual que en los bosques circundantes, abundan las manadas y familias de cérvidos y pequeños equinos primitivos, que conviven con otros animales de menor envergadura. Sin embargo, aunque se pueden encontrar igualmente osos cavernarios y manadas de lobos, estas son más raras, al igual que otros depredadores, ya que no soportan la competencia de los diatrymas, quienes todavía se mantienen a la cabeza de la pirámide alimenticia en esta zona.
Estas aves, que alcanzan la altura de un hombre, son robustas cazadoras que asaltan a sus presas sorprendiéndolas entre el follaje. Sus picos pueden quebrar huesos con facilidad y, a causa de su peso, es difícil soportar la fuerza de sus garras. Su manto denso de plumas, que les confiere una apariencia más impresionante, las protege tanto del frío como de las agresiones.
Habitantes
Los teutones son un pueblo germánico. Entre ellos son frecuentes los cabellos y las pieles claros. Visten ropas confeccionadas con pieles de animales y cuero curtido, aunque algunos obtienen lanas y otros tejidos del trueque con pueblos vecinos. Los abalorios metálicos o realizados con dientes y huesos son muy apreciados. Tanto hombres como mujeres llevan los cabellos largos, por lo general recogidos en trenzas y coletas.
Lengua: Germánica
Escritura: Rúnica
Algunos nombres de ejemplo: De hombre, Boiocalus, Eraric, Rando, Tillo o Wallia. De mujer, Veleda, Biua, Ama, Alba o Isolde.
Sociedad y gobierno
Los teutones son un pueblo que vive de la caza organizados en grupos familiares o tribus. Estas tienen sus poblados resguardados por empalizadas por lo general sitos en cavernas y antiguas minas excavadas en la roca, o en refugios semienterrados y con las entradas disimuladas con planchas de madera. Es el único modo de evitar ser presa de los diatrymas que dominan los bosques.
Para salir de expedición a la floresta, los cazadores se hacen acompañar de amphicyones domesticados. Estos osoperros del tamaño de un lobo pequeño no son rivales para las aves raptoras en solitario, pero son hábiles a la hora de detectarlas y poner en guardia a sus amos.
Por lo general, no hay muchas tensiones entre distintas tribus, más allá de algunas disputas casuales por determinadas presas, ya que los poblados se encuentran relativamente alejados, aunque los teutones son de natural desconfiado. En cada familia, la organización es patriarcal, aunque se escucha a todos los hombres libres y, sobre todo, a los vatos y adivinos. Las mujeres participan de la caza hasta la maternidad, momento en el que su estatus aumenta y pasan a ser demasiado valiosas.
Religión
No existe una religión organizada. Se rinde culto a los antepasados, a quienes se incinera, y existe cierta noción del panteón germánico, el cual se funde con prácticas animistas y, en muchos casos, casi totémicas.
Actividades económicas y lúdicas
Los teutones se dedican primordialmente a la caza, tanto mayor como menor, y a la recolección. En los poblados hay algunos huertos y algo de ganado aviar, pero se trata de explotaciones menores. Algunas tribus explotan todavía algunas de las minas, sobre todo de hierro, y hay algo de comercio a pequeña escala con otros territorios, dado que cruzar Teutonia no es sencillo ni está exento de riesgos.
Los ratos de ocio se suelen pasar al amor de los hogares, cantando viejas baladas que giran en torno a la caza. Las proezas en este campo son el eje en torno al que gira su imaginación.
En la guerra
La guerra como tal rara vez llega a Teutonia. Si hay conflictos entre tribus, estos no pasan de escaramuzas o alguna batalla campal en la que participan los adultos. Estos se manejan como en la caza: aunque se apoyan unos a otros, la valía individual es la que prima. Es por ello que los ejércitos profesionales les encuentran más utilidad como exploradores que como miembros de una partida de guerra propiamente dicha.
Del mismo modo, su armamento tiene más que ver con la caza o la minería que con el combate: lanzas, cuchillos, hachas, picos, jabalinas... A destacar el uso de lanzas bifurcadas o tridentes, que son particularmente útiles contra los diatrymas, ya que permiten atravesar sus cuellos cuando estas arremeten a picotazos.
En el mar
Las pocas superficies acuáticas de Teutonia no dan para una navegación de calado, pero los teutones se apañan con canoas y botes redondos hechos de cuero sobre armazones de madera. En cualquier caso, la pesca no es una actividad más segura que la caza, y en ocasiones alguna titanoboa sale de la espesura para dar cuenta de algún esquife.
Posibilidades de aventura
Las aventuras que giren en torno a la caza son a priori las más indicadas para desarrollar en Teutonia. El mundo de sus habitantes gira en torno a ello: ritos de paso a la edad adulta, celebraciones periódicas, persecución de depredadores particularmente sanguinarios, cumplimiento de los designios adivinados por los vatos, ajuares de boda brindados por jóvenes cazadores... Hay muchos motivos por los que poner a prueba las habilidades de los aventureros.
Otra posibilidad consiste en atravesar o explorar el territorio. Teutonia es un lugar agreste, pero siempre hay comerciantes que no se dejan amedrentar por estas circunstancias, y los yacimientos de hierro siguen siendo importantes. Al segundo elemento se le puede añadir la búsqueda de antiguas tumbas celtas. En tiempos, esta región estuvo dominada por príncipes comerciantes que se hicieron enterrar con grandes tesoros. Eso sí, encontrar una cripta no es sinónimo de poder saquearla: hay criaturas que han podido ocuparlas como su nuevo hogar, desde grandes artrópodos a miembros de las tribus de los otros, que aún viven en la región amparándose en su carácter salvaje.
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