El Ciclo de Nyarlathotep
Bajo un millar de formas diferentes Nyarlathotep es el más extraño e impredecible de los dioses primordiales. Muchas otras criaturas son, en realidad, meras máscaras bajo las que se oculta el llamado "Caos Reptante".
SINOPSIS
Se sabe que Nyarlathotep, el Poderoso Mensajero de los Dioses Exteriores, también porta nuevas de los Primigenios. Es el único Dios Exterior que ha decidido personificar su presencia en nuestro planeta. Deidad de las mil formas, acude a la Tierra para mofarse, para sembrar el caos y avivar los impulsos autodestructivos de la humanidad. Este volumen de historias y poemas ilustra la ubicua presencia de Nyarlathotep y lo muestra en sus distintos aspectos. Entre ellos, cabe resaltar su presencia como Nephren-Ka, el temible Faraón Negro del Egipto de las dinastías. Entre los trece relatos se cuenta una novela corta de Lin Carter. Robert M. Price contribuye con un prefacio para cada historia y la introducción.
Las leyendas antiguas resultan difusas y ambiguas y, en el pasado, todos los intentos por cubrir abismos prohibidos parecían complicarse a causa de extrañas y terribles alianzas con seres y mensajeros del exterior. Ahí estaba la figura inmemorial del representante o mensajero de poderes ocultos y pavorosos: el Hombre Negro del culto a las brujas, y el Nyarlathotep del Necronomicón.
H.P. Lovecraft, Los Sueños de la Casa de la Bruja
Se cernía sobre nosotros en toda su babeante hediondez el Poderoso Mensajero, el Caos Reptante que había surgido de la negrura debajo de las pirámides en plena noche. Olvidado durante siglos, enterrado junto a civilizaciones que eran más antiguas que el hombre, yacía bajo el corazón de Nueva Orleáns y, a sus pies, estos grandes hombres no eran más que necios insípidos que habrían huido despavoridos de haber sabido lo que representaba aquel coloso de piedra magníficamente esculpido.
J.G. Warner, El Titán de la Cripta
ÍNDICE
Introducción (Robert M. Price)
Alhireth-Hotep el Profeta, Alhireth-Hotep the Prophet, Lord Dunsany, 1906
El Pesar de la Búsqueda, The Sorrow of Search, Lord Dunsany, 1906
Nyarlathotep, Nyarlathotep, H. P. Lovecraft, 1920
Tres Poemas
La segunda venida, The Second Coming, William Butler Yeats, 1920
Cae el Silencio sobre las Murallas de La Meca, Silence Falls on Mecca's Walls, Robert E. Howard, 1989
Nyarlathotep, Nyarlathotep, H. P. Lovecraft, 1931
Los Sueños de la Casa de la Bruja, The Dreams in the Witch-House, H. P. Lovecraft, 1933
El que Acecha en la Oscuridad, The Haunter of the Dark, H. P. Lovecraft, 1936
El que Habita en la Oscuridad, The Dweller in Darkness, August Derleth, 1944
El Titán de la Cripta, The Titan in the Crypt, J. G. Warner, 1963
El Templo del Faraón Negro, Fane of the Black Pharaoh, Robert Bloch, 1937
La Maldición del Faraón Negro, Curse of the Black Pharaoh, Lin Carter, 1997
La Maldición de Nephren-Ka, The Curse of Nephren-Ka, John Cockroft, 1946
El Templo de Nephren-Ka, The Temple of Nephren-Ka, Philip J. Y Glenn A. Rahman, 1977
El Papiro de Nephren-Ka, The Papyrus of Nephren-Ka, Robert C. Culp, 1975
El Hocico en la Alcoba, The Snout in the Alcove, Gary Myers, 1977
La Esfinge Contemplativa, The Contemplative Sphinx, Richard Tierney, 1984
El Egipto de Ech-Pi-El, Ech-Pi-El's Ægypt, Ann K. Schwader, 1993
Nyarlathotep es una de las creaciones de Lovecraft más singulares. Se le define como el alma y el mensajero de los dioses pues es el único que tiene la libertad y la capacidad para poder hacerlo. Se le sitúa en una gran caverna en el centro del mundo, acompañado de dos flautistas estúpidos que tocan sin cesar. Tiene muchos nombres y epítetos, como el Caos Reptante, el Ojo que Todo lo ve, Aquel que se Retuerce, el Agitador Aullante, la Cosa de la Máscara Amarilla, el Demonio Oscuro, el Faraón Negro, el Horror Esquelético, el Horror Flotante, el Mensajero de los Primigenios, el Morador de las Tinieblas, el Oscuro, el Ser Sin Piel y muchos otros más. Pareciera que Nyarlathotep coleccionase nombres como otros coleccionan objetos (tal y como sucedía como Morfeo en Sandman, la obra maestra de Neil Gaiman) Se cree de él que pueda ser la personificación de la telepatía mediante la que sus amos se envían mensajes los unos a los otros, sin embargo la reluctancia en ocasiones a trasmitir dichos mensajes hace dudar de esta teoría. También se dice que su verdadera forma es la de un barro de aspecto bilioso con el que puede tomar mil formas distintas; sin embargo, es muy posible que no tenga límites en cuanto al número de formas que puede adoptar. En cualquier caso, hasta el momento ha mostrado muy pocas de esas manifestaciones (no llega ni al centenar) salvo en el hipotético caso de que algunas de las criaturas que creemos seres independientes sean, en realidad, máscaras de este mensajero de los Primigenios.
En la antigüedad, era adorado en Egipto como señor de la noche y protector de los hechiceros pero pasado un tiempo los mismos egipcios se asustaron de él y trataron de borrar toda referencia a su existencia. Su culto reapareció y desapareció en diversas ocasiones pero, bajo el reinado del terrible Nefren-Ka fue cuando al nombre del dios (en un principio sólo Nyarlat) se le añadió el sufijo –hotep, que puede traducirse como el satisfecho. Parte de esa satisfacción consiste en realizar regalos envenenados, tales como magia o tecnología que, a la larga, traerán la locura o la destrucción al obsequiado. La versión más apocalíptica de su historia nos cuenta que un día traerá la destrucción a nuestro mundo, apareciendo en él vestido de rojo y con bestias de todo tipo lamiéndole las manos. Su propósito es convertir todo el universo en una inmensa tumba colectiva, borrando todo rastro de vida de él. Nyarlathotep fue quien regaló a los hombres el conocimiento de la energía nuclear y las armas de destrucción masiva que conlleva dicho saber, por lo que es posible que su plan de siglos esté a punto de consumarse.
La inspiración para la creación de Nyarlathotep le vino a Lovecraft, como era muy habitual en él, en un sueño. En su carta de 1921 a Reinhardt Kleiner, describe la experiencia como la más horrible y realista que había tenido desde su infancia. En ella, recibía una carta de su amigo Samuel Loveman (un poeta, crítico y dramaturgo) en la que le decía: No dejes de ver a Nyarlathotep si viene a Providence. Es horrible -más horrible de lo que te puedas imaginar- pero maravilloso. Te atrapa durante horas. Todavía tiemblo al recordar lo que me mostró. Existe una versión en cómic de Nyarlathotep, a cargo del maravilloso autor Argentino Hernán Rodríguez, que destaca por su cuidado guión y su fantástico dibujo (Visiones, Colección Made in Hell, número 65, Norma Editorial) en donde se nos muestra a Nyarlathotep como un errante showman cuyo espectáculo esconde la más terrible de las abominaciones. A propósito de este cómic, por cierto, el resto de historias resultan igualmente imprescindibles para los amantes de la obra de Lovecraft. Pero, ahora que hemos echado un vistazo a ese caos sin forma que es Nyarlathotep, regresemos al libro que nos ocupa.
ANÁLISIS DE LA OBRA
INTRODUCCIÓN: LA TEOLOGÍA DE NYARLATHOTEP
Robert McNair Price: Nació en 1954 en Mississippi, es profesor de Teología y, durante años, realizó una férrea defensa de la fe frente a la razón intelectual aunque, poco a poco, abandonó estas posturas. Desde muy joven comenzó a leer libros de la editorial Arkham House y, aunque durante su etapa de fundamentalismo religioso abandonó la fantasía lovecraftiana, regresó a ella en 1978 como lector y escritor. Presentó el artículo Higher Criticism and the Necronomicon en la revista Lovecraft Studies. Es una de las figuras más importantes del universo de Lovecraft al haber editado La Cripta de Cthulhu y, desde 1990, un gran número de antologías basadas en los Mitos: Cthulhu 2000, La Saga de Hastur, El Ciclo de Cthulhu, El Necronomicón y El Ciclo de Nyarlathotep.
Acerca de la obra: En la introducción, Robert M. Price realiza una explicación de las conexiones aparentes del nombre de Nyarlathotep con el antiguo Egipto, aunque en grueso de su reflexión trata de relacionar realmente a esta criatura con las religiones hindú y budista. Naturalmente, como buen creyente cristiano que era, no desaprovecha para realizar una comparativa religiosa entre los escritos relativos al Caos Reptante y ciertos pasajes de la Biblia. Su despliegue de conocimientos, como ya sucediera en la introducción de El Necronomicón, es absolutamente apabullante, demostrando un grado de reflexión muy profunda. Tanto, que a veces creo que pierde de vista que nos encontramos ante una obra de carácter popular que, eso sí, ha alcanzado la categoría de mítica.
A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de las tramas y los argumentos de los relatos que componen la antología.
ALHIRETH-HOTEP EL PROFETA
Lord Dunsany: Su nombre completo era Edward John Moreton Drax Plunkett, XVIII Barón de Dunsany, nacido en 1878 y fallecido en 1957. Fue un dramaturgo y novelista anglo-irlandés conocido, muy especialmente, por sus cuentos maravillosos. Recibió una educación esmerada en la Escuela Eton y, posteriormente, en la Real Academia Militar de Sandhurst. Participó en la Guerra Bóer y en la I Guerra Mundial. Tuvo gran reputación como cazador y jugador de ajedrez y mantuvo amistad con otros autores irlandeses, como Yeats. En sus relatos destacan las tradiciones populares, la épica celta, el exotismo del mundo oriental y elementos oníricos que se funden en hermosas y extrañas historias que influyeron en los primeros relatos de Lovecraft.
Acerca de la obra: Este brevísimo cuento, que casi podría caer dentro de la parábola, se engloba dentro de Los Dioses de Pegana, donde se narran las historias de falsos profetas como el mencionado en el relato, de nombre Alhireth-Hotep. Y este es el único punto en común existente con el Caos Reptante: la similitud de sus nombres que, en opinión del antologista, debió de inspirar subconscientemente a Lovecraft para crear a Nyarlathotep.
EL PESAR DE LA BÚSQUEDA
Lord Dunsany: Ver el relato Alhireth-Hotep el Profeta.
Acerca de la obra: Este relato, sobre el que por supuesto no deja pasar Robert M. Price la ocasión de establecer el paralelismo de un par de pasajes con el Nuevo Testamento, narra una búsqueda religiosa. Existe un innegable paralelismo entre los diversos dioses que va encontrando el profeta por el camino y las múltiples facetas de Nyarlathotep, llegando incluso al momento en el que la búsqueda se vuelve un uróboros, puesto que todos los dioses encontrados por el camino representan una misma unidad. La misma que es aquel que tiene un millar de rostros. Nuevamente encontramos una similitud nominal, no señalada en este caso por el antologista en el prólogo al relato aunque sí en el prólogo a la antología, entre uno de los dioses, Mynarthitep, y el temible Nyarlathotep. Como interpretación de esta parábola de Lord Dunsany, podemos extraer el hecho de que la búsqueda de la verdad es el camino hacia la verdadera fe, pero que sólo podemos aspirar a encontrar el camino, nunca a alcanzar su final.
NYARLATHOTEP
Howard Phillips Lovecraft: Nacido en 1890 y fallecido en 1937, fue un escritor estadounidense de Providence, Rhode Island, autor de relatos de terror y ciencia ficción, poeta y literato epistolar. Se considera un gran innovador del cuento de terror, al que aportó una mitología propia, Los Mitos de Cthulhu, desarrollada con otros autores y aún vigente. Su obra se asienta en el terror cósmico materialista, apartada del terror sobrenatural, incorporando elementos de ciencia ficción (alienígenas, viajes en el tiempo, existencia de otras dimensiones…). El nombre de Lovecraft es sinónimo horror, y sus textos han influido a otros autores de novelas, relatos, películas, música, cómics y dibujos animados. Muchos escritores modernos de terror han citado a Lovecraft como una de sus más importantes influencias. Pese a ello, fue un escritor que pasó prácticamente inadvertido en su época pese a que sus historias se habían hecho un hueco en publicaciones como Weird Tales. Mantenía correspondencia de forma regular con otros escritores, como Clark Ashton Smith y August Derleth, que llegaron a ser íntimos amigos suyos a pesar de no conocerse jamás en persona. Este nutrido grupo de escritores fue bautizado como el Círculo de Lovecraft, ya que tomaban prestados elementos de las historias de Lovecraft (libros prohibidos, dioses extraterrestres, lugares ficticios…) para usarlos en sus propias historias con su total beneplácito. Sin duda fueron los esfuerzos de ese Círculo, y muy especialmente los de August Derleth, los que evitaron que el nombre y las historias del autor de Providence desaparecieran en el olvido.
Acerca de la obra: Este poema en prosa, acaso uno de los mejores de Lovecraft, logra crear una atmósfera asfixiante. Según el antologista, es posible que el sueño en el que cual esta criatura se le reveló estuviera influido por las demostraciones públicas que realizaba Nikola Tesla (físico y matemático austriaco que inventó no menos de mil dispositivos, entre los que se cuenta la radio) y que iban precedidas de numerosas leyendas urbanas acerca de su persona y la naturaleza de sus experimentos. El poema en prosa comienza con una sensación general de peligro, de espera, de inevitable catástrofe cercana y extraños cambios hasta en el clima. Entonces aparece Nyarlathotep desde el lejano Egipto, grandioso y sabio, creando extraños artefactos y hablando de la electricidad y la psicología (lo que parece confirmar que se trata de un trasunto de Nikola Tesla). Su presencia en la ciudad crea una situación de expectación en el narrador que se aproxima hasta el lugar donde Nyarlathotep realiza sus prodigios y de donde son expulsados todos al tiempo que se produce un fallo eléctrico, una visión compartida y todo se precipita hacia el caos más absoluto… en la mente del narrador.
TRES POEMAS
Bajo este título, Robert M. Price engloba tres poemas en los que encuentra una cierta progresión en la figura de Nyarlathotep, identificándola en todos los casos con el Anticristo. Ordenados según su parecer, con el que estoy totalmente de acuerdo, las revelaciones se van sucediendo poco a poco hasta llegar a la apoteosis final que es el advenimiento del Caos Reptante, que traerá con sus ropajes rojos (como la sangre) y las bestias que le siguen y lamen sus manos (sometidas a la Bestia) la destrucción del mundo. Aunque, como dijo Dionisio el Cartujano: Sabisne fatigavimus nos cum Antichristo isto maledicto? Lo que podría traducirse del latín como: ¿No nos hemos cansado ya de hablar de este maldito Anticristo?
William Butler Yeats: Nació en 1865 y falleció en 1939. Poeta y dramaturgo nacido en Dublín, Yeats ha estado siempre envuelto en un halo de misticismo y se convirtió por méritos propios en una de las figuras más representativas del renacimiento literario irlandés. En 1923 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura. George Russell le inicia en el mundo de lo esotérico y sobrenatural, llevándole a detestar la ciencia y a comenzar a escribir poesía simbolista y a experimentar con visiones y alucinaciones. Renuncia al protestantismo y se adhiere al Budismo. Revolucionó el teatro al dejar de lado los elementos simbolistas e introducir elementos del teatro japonés, tales como máscaras, coros, danzas y música ceremonial, así como elementos místicos y oníricos.
Acerca de la obra: La Segunda Venida narra de forma mística y velada, al estilo de los profetas del Antiguo Testamento, el advenimiento de aquel a quien se espera desde hace dos mil años. Puede suponerse, si no leemos con detenimiento el relato, que se trata de la segunda venida del Mesías. Nada más lejos de la realidad. ¿Y qué tosca bestia, llegada al fin su hora, / Es la que se cierne sobre Belén aguardando nacer? dicen los dos últimos versos del poema. Como dicta el Apocalipsis o Libro de las Revelaciones, antes de la segunda venida del Mesías tiene que hacer acto de presencia el Anticristo, que traerá la muerte, la guerra y la destrucción consigo hasta el momento en el que el verdadero salvador aparezca de nuevo en el mundo.
Robert Ervin Howard: Nacido en 1906 y fallecido en 1936, fue un escritor estadounidense que desarrolló una abundante producción literaria en las revistas populares de la época, siendo un colaborador destacado de la afamada Weird Tales. De personalidad psicótica, Howard se quitó la vida a la edad de treinta años. El conjunto de su obra se ha publicado desde entonces, con una popularidad siempre creciente. Otros autores que han explotado la comercialidad de sus creaciones más importantes, muy en particular la Era Hiboria, donde se localiza el Ciclo de Conan. Otras de sus creaciones son el rey Kull de Atlantis, el aventurero inglés Solomon Kane y el jefe picto Bran Mak Morn, que lucha contra la invasión romana en Britania.
Acerca de la obra: Cae el Silencio sobre las Murallas de La Meca, nos narra, al igual que el poema anterior, el nacimiento de la figura que representa la antítesis del salvador. Las estrellas blancas, rodeadas de otras de diversos colores, marcan el nacimiento de Ammon-Hoteph, a quien debemos considerar nuevamente no sólo la Bestia, sino una representación de Nyarlathotep. Sin ánimo de mencionarlo a modo de crítica, pues Manuel de los Reyes ha demostrado sobradamente ser un magnífico traductor y su interpretación del poema de Robert E. Howard es magnífica, animaría a leer este poema en su versión original inglesa. Existen ciertos pequeños matices que, como es bien sabido para aquellos que disfrutamos de los idiomas, no pueden traducirse textualmente por mucho que se intente.
H. P. Lovecraft: Ver el poema en prosa Nyarlathotep.
Acerca de la obra: Nyarlathotep es el soneto con el que concluyen estos tres poemas de corte apocalíptico. Lovecraft realiza la descripción de este ser surgiendo de Egipto, vestido de rojo y con las manos lamidas por bestias. Trae consigo la destrucción total y, al final, sólo le queda soplar para esparcir a los cuatro vientos el polvo de lo que fue el mundo. El poema es breve, efectivo y, de alguna manera, parece completar los dos anteriores.
LOS SUEÑOS DE LA CASA DE LA BRUJA
H. P. Lovecraft: Ver el poema en prosa Nyarlathotep.
Acerca de la obra: A pesar de tratarse de uno de los relatos más conocidos, es el que menos me agrada de cuantos he leído del maestro. Su densidad y reiteración se me hace insoportable, aunque tenga que admitir que la idea en sí tiene una gran originalidad. Avisando de antemano de mi predisposición negativa, trataré de analizarlo. Los Sueños de la Casa de la Bruja narra la historia de Walter Gilman, un joven estudiante de Matemáticas en la Universidad de Miskatonic, que ha comenzado a asociar su saber numérico con las ciencias esotéricas. Atormentado por pesadillas incomprensibles, consulta diversos tomos (entre los que se cuenta, por supuesto, el aborrecible Necronomicón) para profundizar más en este particular. Además, ha decidido ocupar el cuarto donde tiempo atrás habitó Keziah Mason, acusada de brujería por el Tribunal de Oyer. La mujer, acompañada de un horrendo familiar con forma de rata humanoide, se aparece en sueños a Gilman, persiguiéndole por un escenario no euclidiano que desafía todas las leyes de la lógica. Poco a poco, esos terribles sueños van minando su salud y comienzan a materializarse a plena luz del día. Otra figura se une a las dos anteriores: el Hombre Negro, aunque sin los rasgos propios de la etnia negra, con un aspecto amenazador y temible: se trata de una de las máscaras más conocidas de Nyarlathotep. Ni que decir tiene que el estudiante, a pesar de las ayudas de otros personajes, no puede hacer frente a sus poderosos enemigos siendo su final tan macabro como definitivo. En mi humilde opinión, unos cuantos tijeretazos bien dados al texto habrían convertido esta historia en una de las mejores de Lovecraft. Originalmente fue publicado en el número de julio de 1933 de la revista Weird Tales.
EL QUE ACECHA EN LA OSCURIDAD
H. P. Lovecraft: Ver el poema en prosa Nyarlathotep.
Acerca de la obra: Este magnífico relato de Lovecraft, escrito en 1935 y publicado en diciembre de 1936 en la revista Weird Tales, es todo un homenaje a su amigo Robert Bloch. Y no sólo porque así lo indique en la dedicatoria, sino porque el mismo protagonista de la obra, cuyo aciago destino ya conocemos desde el primero momento, se llama Robert Blake. El relato fue la respuesta a El Vampiro Estelar, de Bloch, donde un trasunto de Lovecraft hallaba una espantosa muerte. En referencia a la misma, y por petición expresa de Bloch al respecto, Lovecraft escribió: Certifico que Robert Bloch (...) queda plenamente autorizado para retratar, asesinar, aniquilar, desintegrar, transfigurar, metamorfosear o bien maltratar al abajo firmante en el cuento titulado The Shambler from the Stars. Firmado: H.P. Lovecraft. Anécdotas aparte, pasemos a echar un vistazo al relato en sí. Robert Blake es un escritor y pintor que en su estancia en Providence habitó un cuarto situado en un estudio, con vistas a la iglesia de Federall Hill, a escasa distancia de donde vivía. Una vez se decide a visitar el edificio, descubre que nadie quiere poner los pies en él y, movido por la curiosidad, se adentra en su oscuro interior. Allí descubre el Trapezoedro Brillante, hallado por una expedición en Egipto, y muchos otros misterios que bien hubiera debido no intentar desvelar. Todo aparece descrito en un diario que, poco a poco, va adoptando un tono más siniestro hasta llegar a un mero garabateo de notas casi indescifrables, y que incluyen el nombre de Roderick Usher, que se interrumpen con la súbita muerte de Robert Blake. En la línea de los mejores relatos de Lovecraft, deja abierta la interpretación de lo sucedido. No obstante, a aquellos que conocemos algunos de los misterios no nos cabe la menor duda, ¿verdad?
EL QUE HABITA EN LA OSCURIDAD
August William Derleth: Nacido en 1909 y fallecido en 1971, fue un novelista, poeta y biógrafo estadounidense perteneciente al llamado Círculo de Lovecraft y que dieron forma a Los Mitos de Cthulhu. Derleth introdujo los Dioses Arquetípicos, en contraposición de los Dioses Primigenios, creados en su mayoría por Lovecraft, incorporando un elemento moral totalmente ausente en la obra de su maestro, por lo que ha tenido gran número de apologistas y detractores. Derleth creó el sello editorial Arkham House junto a Donald Wandrei y, gracias a ello, los Mitos sobrevivieron a la muerte de su creador y llegaron a hacerse tan populares como lo son en la actualidad. El Conde d'Erlette, como le bautizó Lovecraft, tiene dieciséis colaboraciones póstumas con su maestro basadas en diversas anotaciones del pequeño diario llamado Commonplace Book.
Acerca de la obra: Tal y como ya advierte Robert M. Price en el prólogo del relato, El que Habita en la Oscuridad es la versión de August Derleth de El que Susurra en la Oscuridad. Pero no sólo se trata de eso. El comienzo del relato es idéntico a El Horror de Dunwich mientras que, en cierto momento de la historia, nos recuerda que la emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido que dijera Lovecraft tiempo atrás. Además existe una grabación comprometedora para las criaturas que nos acechan realizada en cilindros de cera y tenemos una suplantación de la identidad, como en El que Susurra en la Oscuridad. Por otro lado aparece mencionado el Wendigo, tan similar en aspecto y conducta a la criatura que aparece en la obra de Algernon Blackwood. Y, por si todo esto fuera poco, se mencionan directamente muchas de las obras de Lovecraft y la propia revista Weird Tales como elementos de consulta sobre la criatura que está habitando el bosque que rodea Rick's Lake. Uno de los que más sabe acerca de la criatura es un viejo indio borracho, Peter, que recuerda al viejo Zadok de La Sombra sobre Innsmouth. En el relato, el profesor Laird y su amigo Jack viajan hasta la región de Rick's Lake para investigar la desaparición del profesor Upton Gardner mientras investigaba las leyendas locales. Tras unas noches en la zona, logran recoger escalofriantes grabaciones y, lo que es más importante, asistir a la materialización de Nyarlathotep y los dos flautistas estúpidos y ciegos que le preceden. La visión sobrepasa todo lo que pueden soportar y echan a correr. Escasos momentos después se encuentran con el desaparecido profesor Gardner, que achaca todos esos episodios a gases subterráneos capaces de producir alucinaciones y al sonido del viento entre los árboles. Sin embargo también es posible que estén siendo engañados por aquel que tiene mil rostros. Nyarlathotep tiene un adversario natural en Cthugha, deidad que representa el fuego y, tal vez, la única oportunidad de los protagonistas del relato de escapar del bosque. A pesar de que no estoy de acuerdo con la dimensión moral que introdujo Derleth en los Mitos, pues me parece más terrorífico pensar en un universo donde el concepto del bien no existe, este relato tiene una calidad abrumadora y resume la esencia de buena parte de los trabajos de Lovecraft creando, con ello, un relato lleno de originalidad y frescura. Genial.
EL TITÁN DE LA CRIPTA
J. G. Warner: En el momento de elaborar el presente artículo no existe un mínimo de información disponible acerca de este autor.
Acerca de la obra: Al igual que sucede con el anterior relato, El que Habita en la Oscuridad, el presente El Titán de la Cripta es una pequeña mezcla de otros muchos relatos. La historia está construida como si se tratase de una carta que Paul, el protagonista del relato, le remite a su amigo James (Jim) donde le cuenta los sucesos acaecidos durante el festival del Mardi Gras en Nueva Orleans. Para aquellos que lo conozcan, el Mardi Gras (que puede traducirse como el Martes Gordo) es la fiesta que se celebra anterior al Miércoles de Ceniza cristiano, por lo que su ubicación varía de año en año. La interpretación del nombre sería Martes de Carnaval. En ella se realizan desfiles de disfraces y máscaras donde hasta hace no mucho, las krewes o peñas no daban relación de sus miembros y tenían ciertos códigos y costumbres secretas. El ya mencionado Paul y su amigo Tessier se visten con túnicas para acceder a las catacumbas bajo el Barrio Francés. Tras atravesar pasillos, escaleras y túneles, llegan a una cámara en la que se encuentra una gigantesca figura negra. Congregados frente a ella se encuentran, además de los protagonistas y gente anónima, la flor y nata de la ciudad de Nueva Orleans. Pero la estatua, coronada por una cara sin rasgos, no es otra que la de Nyarlathotep, el Poderoso Mensajero, el Caos Reptante, que el tal Jim (el destinatario de la misiva) llevaba mucho tiempo buscando por todo el mundo. Tras ofrecerle a la oscura deidad un sacrificio de naturaleza desconocida, Paul es arrastrado por una colosal corriente de aire y pierde el conocimiento. Cuando despierta trata de salir del lugar, sin saber dónde se encuentra Tessier, perseguido por un atronador ruido de pasos. El final de la historia (que tiene tantas similitudes con El Ceremonial de Lovecraft o El Último Festejo de Arlequín de Ligotti) me pareció, sin embargo un ejemplo perfecto de anticlímax narrativo.
EL TEMPLO DEL FARAÓN NEGRO
Robert Albert Bloch: Nació en 1917 y falleció en 1994. Era un novelista, cuentista y guionista norteamericano de literatura fantástica y ciencia-ficción que comenzó su carrera en revistas pulp como Weird Tales. Recibió los premios Hugo, Bram Stoker, World Fantasy y fue presidente de la Mystery Writers of America. Trabó amistad con Lovecraft y escribió muchos relatos para los Mitos, creando incluso los famosos libros De Vermis Mysteriis y Cultes des Goules. Aparece transfigurado en El Morador de las Tinieblas, favor que Bloch le devolvió en El Vampiro Estelar. Escribió Psicosis, la novela que se convirtió en el film homónimo (Alfred Hitchcock, 1960) así como guiones para series de televisión, como la celebérrima Star Trek. Su fama de hombre amable y generoso ha perdurado tanto como su magnífica obra.
Acerca de la obra: Al Capitán Cartaret se le aparece un desconocido árabe para mostrarle el camino a la cripta de Nephren-Ka que, como muestra de su sinceridad, le enseña un sello. El desconocido, curiosamente, conoce y ha leído el Necronomicón. Cartaret le cuenta todo lo que conoce sobre los Monos Ciegos de la Verdad, el macabro culto a Nyarlathotep y el Faraón Negro, que sigue enterrado, vigilado por sus sacerdotes y protegido por encantamientos. El árabe le dice que él es uno de esos sacerdotes y que le mostrará el camino prometido porque así viene indicado en las Paredes de la Verdad, cuyos vaticinios se van descubriendo poco a poco, permaneciendo el futuro cubierto con tapices. Una vez en la tumba, en las profundidades de la tierra, Cartaret camina por el pasillo al que rodean las Paredes de la Verdad y descubre lo acertado de los augurios dibujados en ellas. No es muy difícil imaginar las consecuencias de conocer más de la cuenta acerca de algunos secretos que deberían permanecer ocultos, pero el Capitán Cartaret tienta a su suerte mucho más de lo recomendable. El relato en sí está escrito con un estilo mucho más dinámico que el de Lovecraft, aunque no acaba de estar dotado de ese terror cósmico que transmitían la mayor parte de los relatos del maestro. Sí consigue, por ejemplo, coger elementos de los Mitos y ampliarlos o variarlos de una manera soberbia, como es el caso de los Monos Ciegos que podrían ser lo que se mencionan en Bajo las Pirámides, donde se afirma que se encontraron estatuas del faraón en curiosa yuxtaposición con las estatuas de otros mandriles. Como todo lo que escribió Robert Bloch, merece la pena el tiempo invertido en su lectura.
LA MALDICIÓN DEL FARAÓN NEGRO
Linwood Vrooman Carter: Nacido en 1930 y fallecido en 1988, fue un escritor norteamericano de ciencia ficción y fantasía, además de editor y crítico literario. Algunos de sus pseudónimos fueron H.P. Lowcraft y Grail Undwin. Con frecuencia citaba sus propios escritos en sus artículos para ilustrar algún punto de su argumentación o incluía al menos uno de sus relatos en las antologías que editaba, cosa por otro lado muy habitual en todos los editores. Sus influencias más notables fueron Lord Dunsany, H.P. Lovecraft, Clark Ashton Smith y Edgar Rice Burroughs y, principalmente con los dos últimos, hizo algunas colaboraciones póstumas. Al igual que Sprague de Camp, era miembro de los clubs literarios Trap Door Spiders, Black Widowers y Swordsmen and Sorcerers Guild of America.
Acerca de la obra: Este relato es el más extenso de cuantos se han publicado en la presente antología: Lin Carter lo dividió en quince capítulos y un epílogo final que ocupan, en total, ochenta y seis páginas de las trescientas doce de la obra. Según cuenta Robert M. Price, se trató del primer intento del autor por escribir una novela y que completó tiempo después añadiendo mil setecientas palabras más. Tras haber leído trabajos suyos posteriores, cuando ya tenía un cierto bagaje literario, sólo puedo decir que todo este pequeño descalabro se nota. Anton Zarnak, el personaje más notable de la obra y de algunas otras posteriores, era un alter ego del propio Lin Carter. Pese a todo lo dicho, La Maldición del Faraón Negro no resulta un mal relato, ni mucho menos. La historia comienza cuando el inspector Brant de Scotland Yard se reune con Lord Shenstone, único superviviente de la malograda expedición al Valle Secreto de Hodesh en busca de la Pirámide Perdida, lugar de reposo de Khotep, el Faraón Negro. Afirma que sus trabajos de investigación en el Valle de Hodesh han sido lo que ha acabado con la vida de cinco hombres y que él es el siguiente. Para ponerle en antecedentes, Lord Shenstone le narra al inspector la historia del descubrimiento de la momia, en cuya búsqueda partió junto a con Clive Carrington (recientemente fallecido), dos estudiantes antiguos alumnos de éste y mano de obra nativa. Tras varios días hallan la pirámide, rompen el sello para entrar y encuentran un oscuro vaticinio: la cruz ansada, signo de la vida, invertida. Dentro de la Cámara del Rey encuentran el sarcófago del Faraón Negro tallado en mármol del mismo color y una palabra escrita: Iao-Thaumungazoth. La momia no tiene cerca los canopos ni ningún objeto propio de rituales egipcios. Nada… excepto el amuleto de Shen, que da vida eterna al cuerpo. Collins, uno de los estudiantes, cree ve moverse a la momia, pero nadie le toma en serio. Al poco Mahmoid Reis, Yussuf Ahmad, Collins y otro nativo más fallecen, lo que unido a un incendio en el almacén de El Cairo en el guardaron lo descubierto y una intrusión en la que no robaron nada, hace que brote en todos la psicosis de la maldición del Faraón. Posteriormente la momia desaparece y el celador, enloquecido, insiste en decir que la momia se marchó por voluntad propia. Persuadidos de la veracidad de la historia deciden acudir a Anton Zarnak, el cazador de monstruos, que accede a ayudarles y les informa de la posibilidad de que el alma de Khotep esté encerrada en la Estrella de Set, el único amuleto que portaba la momia y que le fue arrebatado, y con el que su poder podría alterar incluso el espacio y el tiempo. Adrianne, sobrina de Lord Shenstone, tiene un encuentro con la momia al que sobrevive gracias a la intervención del inspector Brant. Tras un primer ataque fallido a Wilfrith Hall, la momia consigue hacerse con la estrella de Set, que descubrimos que es una caja que guarda un cristal oscuro con doce caras pentagonales donde se halla el verdadero nombre de Khotep. Zarnak afirma que ese nombre, unido al Bastón de Nectanebus del Museo Británico es cuanto necesita para acabar con el Faraón Oscuro. Sin embargo, su estrategia falla y la criatura se hace con el amuleto. En un último y desesperado enfrentamiento, Zarnak emplea un último y poderoso conjuro al tiempo que Adrienne dispara valientemente contra la Estrella de Set, destruyéndola. El malvado Khotep encuentra así su fin. Con muchos elementos propios de la novela decimonónica (el lector encuentra fácilmente parecidos con Drácula, Frankenstein y muchas de las novelas de terror ambientadas en la llamada era victoriana) puede observarse además un cierto toque pueril que, pese a todo, no desluce el conjunto. No obstante, y esto no es una crítica a Lin Carter, sino a Robert M. Price, aún estoy intentando descubrir si la historia tenía los elementos suficientes para incluirse en un volumen dedicado a Nyarlathotep. Acaso hubiera sido más adecuado para uno de Nephren-Ka… pero su inclusión aquí me parece un tanto gratuita.
LA MALDICIÓN DE NEPHREN-KA
John Cockcroft: Fue editor del fanzine The Avatar, uno de los primeros dedicados a la obra de Lovecraft, en el que apareció La Maldición De Nephren-Ka firmada por un tal Robert Roch. Dicha persona no era sino el pseudónimo tras el que se escondía el propio John Cockcroft. El presente relato apareció en el primer número del fanzine, fechado en octubre del año 1946.
Acerca de la obra: Ciertamente, este relato está totalmente justificado dentro de la presente antología, si bien no se trata de una historia excepcional. La trama, centrada las figuras de dos exploradores que han encontrado una importante documentación relativa a Nephren-Ka a su relación con la entidad conocida como Nyarlathotep. Los manuscritos incluyen una advertencia: Aquel que profane la tumba de Nephren-Ka morirá violentamente a manos del ocupante de la tumba, que en el momento de la profanación asumirá una forma similar a la del intruso. Obviando la advertencia, Dan Foley y Nathan Karr se lanzan al desierto a encontrar la tumba. Si lo que acabo de mencionar no resulta pista suficiente para adivinar la resolución de la historia, aún cabe la opción de que el lector se maraville con el relato. Eso, naturalmente, si tenemos en cuenta que el escritor sacrificó casi toda la credibilidad del mismo en aras de la sorpresa final.
EL TEMPLO DE NEPHREN-KA
Glenn Arthur Rahman: Es un escritor que ha diseñado, además, diversos Wargames tales como Divine Right y Trojan War y módulos para juegos de rol. Entre estos últimos encontramos Alone Against the Wendigo, para La Llamada de Cthulhu, y Sea of Mistery y Jungle of Lost Souls para Tunnels and Trolls. Glenn ha colaborado con diversos autores en la creación de relatos de fantasía y terror, como por ejemplo Los Jardines de Lúculo (The Gardens of Lucullus) junto a Richard L. Tierney.
Philip J. Rahman: Hermano de Glenn Arthur, es editor de la línea Fedogan y Bremer junto a Dennis Weiler, dedicada a publicar obras que ya fueron en su día editadas por Arkham House bajo la batuta de August Derleth. Entre los trabajos publicados voy a destacar uno: Los Discípulos de Cthulhu (Acolytes of Cthulhu, Robert M. Price, 2001) ya que se trata del décimo volumen de la colección Solaris Terror y penúltimo dedicado al universo de Lovecraft, que será comentado próximamente.
Acerca de la obra: Con grandes semejanzas argumentales con el relato anterior, parece ser que no están relacionados de ninguna forma salvo su fuente primera de inspiración: el faraón Nephren-Ka y su relación con el Caos Reptante, el terrible Nyarlathotep. En esta ocasión una expedición formada por el teniente Degreve, el doctor Brumaire, el soldado Carnot y un guía llamado Farabi. Por lo que parece, el buen doctor ha desaparecido y los otros tres hombres se internan en la tumba del Faraón Oscuro. Farabi, que se muestra gran conocedor del lugar y sus peligros, les ayuda a internarse en la opresiva construcción. Al cabo de un tiempo y tras pasar ciertos peligros, encuentran al anciano doctor, que les relata cómo Nephren-Ka se apartó de los dioses tradicionales de Egipto a favor del Oscuro. Mientras buscan la salida, encuentran un oscuro pozo donde la oscuridad devora a Carnot. Unas criaturas, más parecidas a diablos que a ser humanos, hacen su aparición y comienzan a atacar al reducido grupo. Al finalizar la lucha se produce una situación parecida, como ya había comentado, al anterior relato. No olvidemos que Nyarlathotep es el de los Mil Rostros y, por ello, cualquier cosa puede suceder en un relato que le tenga a él como eje central o antagonista. Personalmente hubiera incluido este relato y hubiera prescindido del anterior o, en su defecto, lo habría colocado al menos antes de La Maldición de Nephren-Ka porque, por desgracia, la sorpresa final queda muy deslucida al figurarse el lector de la presente antología cómo va a finalizar el relato. Con todo y eso, es una brillante historia perfectamente narrada dentro de este pequeño Ciclo de Nephren-Ka contenido en el Ciclo de Nyarlathotep.
EL PAPIRO DE NEPHREN-KA
Robert C. Culp: En el momento de elaborar el presente artículo la única información disponible acerca de este autor es la misma que proporciona el ubicuo Robert M. Price: Bob Culp, viajero y habitante de climas exóticos, era la persona idónea para idear el texto erudito que estás a punto de leer. El resto de información sobre el autor está tan relacionada con el relato que no tiene sentido escribirla dos veces.
Acerca de la obra: El Papiro de Nephren-Ka es un interesantísimo relato presentado en una forma que mezcla el ensayo con el testimonio, creando una historia más que digna de ser presentada no ya en esta, sino en cualquier antología basada en los Mitos donde se trate el antiguo Egipto o a Nyarlathotep. Recordemos por un momento La Llamada de Cthulhu. En ella no se produce una acción que el lector pueda disfrutar de primera mano, muy al contrario. Toda la información que se tiene hace referencia a sucesos que ya han sucedido, que quedan en el pasado y que el lector recupera al tiempo que el personaje protagonista de cada una de las tres partes de la historia. De igual forma Robert C. Culp, Bob Culp para Price, sitúa la trama en un pasado remoto y proporciona una gran cantidad de información adicional que, como él mismo comentó en el prefacio de su historia, quiere que sirva como referencia para futuros relatos. Así, los pastiches de la obra de Lovecraft podrían dejar de recurrir a los mismos temas una y otra vez y ampliar los horizontes del universo de los Mitos en futuras historias. El final, presentado igualmente de forma erudita, tiene sin embargo el factor sorpresa con el que tanto disfrutamos en este tipo de relatos sin perder, por ello, su carácter de texto erudito.
EL HOCICO EN LA ALCOBA
Gary Clayton Myers: Es un escritor norteamericano de fantasía y terror nacido en 1952 y que reside en Fullerton, California. Su primer libro, titulado The House of Worm (con el título alternativo de The Feast in the House of the Worm) es una colección de relatos basados en los Mitos de Cthulhu en los que se mezclan los estilos de Lovecraft y Lord Dunsany, publicado por Arkham House en 1975. Su segundo libro, Dark Wisdom, es otra recopilación de relatos basados en los Mitos, aunque en esta ocasión se encuentran ambientados en la época contemporánea. Dicho libro ha sido publicado por Mythos Books en 2007.
Acerca de la obra: Al más clásico estilo de Lovecraft y metido plenamente en las Tierras del Sueño que tanto fascinaron al maestro, Myers desarrolla una historia de los Mitos de corte clásico. Según se dice en el prólogo, este relato iba a ser el último que ambientara en el mundo onírico, de igual forma que el personaje prometió que su décima entrada en el mismo sería la definitiva. No obstante, tanto uno como otro faltaron a su palabra. En el relato, el protagonista es conducido por un grupo de recelosos sacerdotes a la presencia de tres mensajeros que narran los detalles de las últimas naves arribadas a los puertos de Celephais, Hlanith y Thran de las tierras del sueño. Todos ellos dan parte del acercamiento de una criatura ataviada con ropajes rojos que todos sabemos quién es a la perfección. Tras esa primera audiencia, el patriarca de la orden llama al protagonista a su presencia. Se trata de un anciano de luenga barba con el que dialoga sobre Nyarlathotep, los Otros Dioses y otros temas relacionados con el final del relato que no voy a desvelar por tratarse de una simpática sorpresa que choca contra toda la atmósfera ominosa que Myers nos había mostrado hasta ese momento.
LA ESFINGE CONTEMPLATIVA
Richard L. Tierney: Nacido en 1936, es un escritor y poeta norteamericano discípulo de Lovecraft que ha escrito novelas basadas en los Mitos de Cthulhu y es coautor, junto a David C. Smith, de una serie de novelas de Red Sonja. Escritor posterior a la época de Weird Tales, aún continúa la tradición de su Era Dorada en toda su gloria. Es autor de, al menos, diez novelas, cuarenta relatos cortos e innumerables poemas. Tierney comparte la visión cósmica de Lovecraft y se considera uno de sus acólitos aunque sin pretender alcanzar a su maestro. Afirma que los cambios realizados por August Derleth, con el que tuvo algún tropiezo, no responden en absoluto a los escritos ni a las ideas de Lovecraft.
Acerca de la obra: El gran Tierney, gran seguidor de la obra de Lovecraft y de los Mitos en general, compuso este bello poema en el que hace referencia a un gran número de elementos relativos a los mismos. En el caso que nos ocupa, Nyarlathotep, hace referencia al poema del maestro en el verso que dice Cuando las bestias salvajes lamieron la mano de Nyarlathotep. El lector atento verá claramente la similitud con Nyarlathotep (el poema) y cómo esa es una de las señales inequívocas del fin del mundo. Existen otras referencias, como Nitocris, Kephren o, por supuesto, el faraón negro Nephren-Ka que dan cuenta del homenaje del autor a la mitología lovecraftiana. Dado que sobre el particular ya se extiende suficientemente el omnipresente Robert M. Price, no comentaré más al respecto. Excelente poema, aunque los mejores del libro están aún por llegar.
EL EGIPTO DE ECH-PI-EL: POEMAS LOVECRAFTIANOS
Ann K. Schwader: Prolífica escritora estadounidense natural de Wyoming que vive actualmente en Colorado. Desde los años ochenta lleva publicando poesía y narrativa de ficción. Es un miembro activo de los Escritores de Ciencia-Ficción de América, de la Asociación de Escritores de Horror, la Asociación de Poesía de Ciencia Ficción y la Asociación de Haiku de América. Sus poemas más oscuros han sido publicados en Werewoman (1990), The Worms Remember (2001) y Architectures of Night (2003) Ha contribuido con poemas a las antologías lovecraftianas de El Ciclo de Innsmouth y El Libro de Eibon, además de a la presente. Además de la poesía, también ha cultivado el relato, donde podemos destacar diversas historias pertenecientes a los Mitos de Cthulhu.
Acerca de la obra: Bajo el título de El Egipto de Ech-Pi-El: Poemas Lovecraftianos se engloban cinco poemas titulados El Egipto de Ech-Pi-El, Los Antiguos Señores, La Tumba de Nephren-Ka, El Señor de la Tierra y Las Puertas del Sueño. Con una calidad muy superior a otros poemas creados en torno a la obra de Lovecraft, Schwader nos transporta al antiguo desierto de Egipto, pasando después por los sueños de Alhazred y la Ciudad sin Nombre, la tumba del cruel y usurpador Nephen-Ka hasta llegar a Nyarlathotep, el que no comprende la vida. El último poema, colofón del grupo y mensaje de advertencia, sorprende al lector y, como para señalar este deseo, la misma autora lo ha puesto en cursiva, al estilo de los sorprendentes finales de tantos relatos de terror. Un final de antología sublime.
Dentro de la Colección
La tercera incursión en los Mundos de Lovecraft por parte La Factoría de Ideas dentro de su sello de Solaris Terror fue, quizá, la menos acertada de todas. A pesar de tener algunos relatos y todos los poemas de una calidad indiscutible, y que verdaderamente son lo único que salvan la antología, el resto son historias dedicadas a Nephren-Ka. Es cierto que el Faraón Negro había realizado tratos con Nyarlathotep y ambos nombres se encuentran inseparablemente asociados, pero existen algunas historias en las que este mero hecho no justifica su inclusión en el presente volumen. Incluso el poema y el relato firmados por Lord Dunsany, que nada conocía aún de los Mitos de Cthulhu, se encuentran más relacionados con el espíritu de Nyarlathotep que algunas obras posteriores que supuestamente le tienen como figura principal. Por fortuna para todos, el siguiente volumen de la colección iba a elevar enormemente la calidad de la colección (hablo de El Ansia, Whitley Strieber) Con respecto a los libros dedicados al universo Lovecraftiano, en el número ocho de Solaris Terror se reeditó Cthulhu 2000, todo un hito en la literatura de terror que ya había visto la luz anteriormente en Solaris Fantasía y que, además, en el momento de escribir este artículo cuenta ya con una tercera edición (y, como decía mi abuela, algo tendrá el agua cuando la bendicen).
Calificación: 65
Título: El Ciclo de Nyarlathotep
Autor: VVAA
Editorial: La Factoría de Ideas
Edición: Rústica, 312 páginas
Lo mejor: Los relatos que tratan directamente la figura de Nyarlathotep.
Lo peor: Existe un subciclo dentro del libro dedicado a Nephren-Ka de calidad muy irregular.
Sinopsis: Nyarlathotep, el del millar de formas, el Mensajero de los Dioses, es el más extraño e impredecible de los dioses primordiales. Y, además, uno de los más crueles.
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Joder, que currada de artículo...
Nyarlathotep mola, la lástima es que como da mucho juego le han sobreexplotado hasta el limite.
“Quien vence sin obstáculos vence sin gloria”