El que habla con los muertos: Crónicas Necrománticas I

Imagen de HPLovecraft

Un terrible demonio enterrado en Rumanía, aprisionado por cadenas de plata, busca la forma de escapar. Para ello entra en contacto con Boris Dragosani, del servicio secreto ruso, un hombre sin escrúpulos que ha aprendido a arrancar los secretos de los muertos destrozando sus cuerpos inertes.

Sinopsis

Un terrible demonio se encuentra en los Balcanes, en Rumania. Enterrado desde hace siglos en suelo consagrado, aprisionado por cadenas de plata y por la tierra, el vampiro urde siniestras conspiraciones. Boris Dragosani es utilizado por los servicios secretos rusos como el humano intermediario del vampiro. Dragosani está deseoso de explorar la insondable maldad del vampiro, y éste le enseñará las horribles artes de la nigromancia, otorgándole la capacidad de arrancar todos los secretos de la mente y el cuerpo de los muertos.

 

La Saga

En el año 1984, Brian Lumley escribió El que habla con los muertos (Necroscope, 1986), que no fue publicado hasta dos años después. Durante ese tiempo, el autor siguió con otros proyectos en los que estaba envuelto sin poder adivinar el alcance del libro que acaba de sacar al mercado. La historia de Harry Keogh contra Boris Dragosani se convirtió en un rotundo éxito y fue entonces cuando publicó la segunda parte Vampiros (Vamphyri!, 1988) de lo que en un principio se pensaba que iba a ser una trilogía. Sabedor ya del éxito que tenía entre manos, tardó unos tres meses en tener lista la tercera parte, El Origen del Mal (The Source, 1989). Para el momento en el que el tercer volumen vio la luz, Lumley ya tenía preparados El Lenguaje de los Muertos (Deadspeak, 1990) y Engendro de Muerte (Deadspawn, 1991). Los trabajos posteriores, englobados dentro de lo que ha denominado The Necroscope Saga, continúan con muchos de los personajes y conceptos de la saga de Crónicas Necrománticas (Necroscope). Además de la ya mencionada Crónicas Necrománticas, objeto de esta serie de cinco artículos, The Necroscope Saga incluye las siguientes series y títulos:

Vampire World: Blood Brothers (1992), The Last Aerie (1993) y Bloodwars (1994)

The Lost Years: The Lost Years (1995) y Resurgence: The Lost Years Volume II (1996).

E-Branch: Invaders (1998), Defilers (1999) y Avengers (2000).

 

El Autor

Brian Lumley nació en Inglaterra el 2 de diciembre de 1937, como por casualidad, nueve meses después del fallecimiento de Howard Phillips Lovecraft, ocurrida el 15 de marzo. En su infancia descubrió los relatos de terror clásicos pero tras leer las aventuras de Dan Dare, el Piloto del Futuro se convirtió en un incondicional de la ciencia ficción. Durante su juventud, y tras descubrir los relatos de Robert Bloch basados en Los Mitos de Cthulhu, sus gustos variaron hacia una ciencia ficción más macabra, lo que ha perdurado durante toda su carrera como escritor. Se unió a la armada británica y, mientras servía como Policía Militar en Alemania, aprovechó para recopilar todos los relatos que encontró de Lovecraft. Entró en contacto con August Derleth con idea de conseguir los relatos que le faltaban y gracias a la correspondencia que mantuvieron, colaboró en el recopilatorio Tales of the Cthulhu Mythos, pues Lumley llevaba tiempo escribiendo relatos. La colaboración se fue haciendo cada vez más estrecha y Derleth publicó algunas obras de Lumley: El Visitante Nocturno (The Caller of the Black, 1971), Beneath the Moors (1974) y Horror en Oakdeene (The Horror in Oakdeene, 1977)

 

Se retiró del ejército en 1980 para convertirse en escritor a tiempo completo, aunque para entonces ya había escrito los cinco primeros libros de la saga de Titus Crow: The Burrowers Beneath (1974), The Transition of Titus Crow (1975), The Clock of Dreams (1978), Spawn of the Winds (1978) y In the Moons of Borea (1979) y la novela Alma del Pasado (Khai of Khem, 1981). En 1984 escribió su mejor obra, El que habla con los muertos (Necroscope), que se convirtió en un fenómeno editorial, lo que le llevó a continuar y diversificar la saga. Ha sido finalista de los premios World Fantasy (Born the Winds, 1976), British Fantasy (Necroscope. The Lost Years: Volume II, 1996 y A Coven of Vampires, 1998) y Bram Stoker (The Whisperer and Other Voices, 2002). Además ha sido ganador del premio British Fantasy por Los cuerpos fructíferos (Fruiting Bodies, 1989).

 

A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de la trama y el argumento.

 

SINOPSIS COMPLETA

El libro comienza con las historias de dos personajes antagónicos que tienen una habilidad común: son capaces de hablar con los muertos. Sin embargo, tanto su vida como el descubrimiento de su habilidad han sido muy diferentes. En Gran Bretaña, Harry Keogh parece estar dotado de una habilidad innata para adquirir cualquier tipo de conocimiento, incluso alguno que no se le ha enseñado jamás, como matemáticas avanzadas o el combate cuerpo a cuerpo. Ello se debe a que tiene la facultad de hablar con los muertos, que agradecen el contacto y siempre ayudan a Keogh, pues es el único contacto que tienen más allá de su propia mente. Gracias al joven, aprenden a hablar entre ellos, lo que rompe su aislamiento y hace crecer su cariño por él hasta un amor prácticamente incondicional. Algún tiempo después, y por todo lo que sucede a lo largo del libro, ingresa en la rama-E de los servicios secretos británicos, encargada de los asuntos paranormales. Paralelamente a esto se nos narra la historia de Boris Dragosani, un joven rumano que contacta con una antigua y poderosa criatura encadenada y encerrada bajo tierra, Thibor Ferenczy. Con la ayuda de este siniestro ser, Boris aprende a arrancar los secretos de los muertos, forzándoles a hablar incluso aunque no quieran, mediante la profanación de sus cadáveres e incluso el canibalismo de los restos. Como más hacia delante le dirá su superior a Harry, los muertos dialogan con él porque quieren, pero con Boris hablan porque él les obliga. En una de las mejores escenas del libro, Harry descubre de su padrastro había asesinado a su madre al ser un espía ruso (de hecho era un sensitivo que sufría verdadero dolor cuando alguien con los poderes de la madre de Harry se encontraba cerca). Mientras patinan por el hielo, ambos caen al agua y cuando el padrastro está a punto de acabar con él, la madre de Harry se alza de entre los muertos y ahoga a su ex marido y asesino, teniendo así él que sufrir el dolor de su presencia por toda la eternidad.

 

En Rumanía, Boris Dragosani desentierra al que ha sido su maestro durante tanto tiempo ante la promesa de este de convertirle en inmortal y dotarle de los poderes de un vampiro. Sin embargo, Dragosani tiene otros planes en mente y asesina a su mentor. Esto, como se descubre al final del libro, es el mayor error que comete el rumano por las implicaciones que conlleva para él mismo, pero no voy a comentarlo porque se trata de una sorpresa tan curiosa que merece la pena que siga oculta al posible lector. Dragosani ha asesinado a Sir Keenan Gormley, jefe de la rama-E de los servicios secretos británicos, y éste solicita ayuda a Harry Keogh para que aborte los planes del brutal nigromante soviético que le ha arrancado todos los secretos destrozando su cuerpo. Ambos personajes se preparan para la batalla final. Dragosani se hace con el control de los servicios secretos rusos tras a asesinar a su superior y Keogh descubre cómo viajar a través del espacio y el tiempo mediante el continuo de Möbius, que será un elemento fundamental en la trama del siguiente volumen de la pentalogía. Mediante este procedimiento, Harry Keogh se desplaza a Rusia, al Chateau Bronnitsy (base de la sección psíquica soviética) para combatir a Dragosani, que ha adquirido el poder de matar por medio de la mirada. Sin embargo, uno de los muertos que acompañan a Harry se antepone entre los dos nigromantes y, dado que un muerto no puede morir, la mirada afecta a su emisor. Dragosani muere, pero Harry Keogh también al haber sido alcanzado por disparos de bala. No obstante, antes de morir realiza una última proeza basada en los conocimientos que ha adquirido para eliminar de una vez por todas a Dragosani.

 

ANÁLISIS

Una vez que el lector se ha dejado enganchar por la historia, se comprende con gran facilidad las razones que asistieron al éxito que tuvo El que habla con los muertos. En primer lugar reinventa a un clásico monstruo del terror como es el vampiro. La visión de Brian Lumley de estas criaturas de la noche se aleja de los entornos góticos y decadentes, así como de los dilemas morales (o la falta de ellos) sobre la maldad inherente a los crímenes que tienen que cometer para seguir con vida que tanto ha apasionado a los seguidores de Anne Rice (entre los que me cuento sin duda alguna). Por otro lado, y al menos en este primer volumen, los vampiros tampoco son las bestias irracionales y sedientas de sangre, poco más que meros animales que presentan otras obras y que tenemos asociadas a la figura del nosferatu. Es cierto que según avanza la pentalogía, descubrimos que dichos vampiros sí son en realidad más bestiales de lo que esta primera novela nos permite suponer, pero eso será tratado en otros artículos posteriores.

 

En este primer volumen nos encontramos con que el vampirismo es una enfermedad causada por un parásito que se aloja en el interior de los seres humanos como la criatura de un Alien, el Octavo Pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979). El huésped dota al anfitrión de un gran número de características que le hacen muy superior a un ser humano corriente, aunque también le transmite ciertas debilidades. Por ejemplo, la luz del sol y el fuego siguen siendo terriblemente mortales para estas criaturas, pero la estaca en el corazón lo único que hace es paralizar al parásito que habita en su interior del anfitrión, sin matar a ninguno de los dos. El lector conoce toda esta información gracias a la escena en la que un soldado superviviente de la Segunda Guerra Mundial relata un suceso acaecido muchos años atrás por el que tuvo que ayudar a morir a un individuo llamado Faethor Ferenczy, que afirmaba ser un vampiro, al encontrarse en una situación angustiosa y horriblemente dolorosa de la que no podría escapar jamás. Gracias a esto, muchos de los mitos concernientes a la figura del no muerto quedan anulados o alterados mediante una serie de explicaciones pseudo científicas completamente convincentes dentro de la lógica interna de la obra (recordemos siempre en la ficción y el terror usar la suspensión de la incredulidad).

 

Recuerdo como si fuese ayer que la primera vez que leí este libro quedé totalmente fascinado (y, lo admito, parcialmente escandalizado) por el nivel de detalle tan extraordinario que alcanza el autor en todas sus escenas. Sin llegar a ser tan visual como otros autores de la talla de Richard Matheson, la prosa de Lumley resulta, sin embargo, mucho más rica y absorbente. La explosiva mezcla que realiza de terror, espionaje y ciencia ficción, unido a unas gotas de pornografía (literalmente hablando) mantiene al lector en vilo hasta la última página. En ella se descubre lo que ya suponíamos cuando miramos la portada: la historia no termina ahí, ni mucho menos, sino que aún quedan muchos secretos por revelar. El que habla con los muertos es un título magistral de la literatura moderna de terror y una obra absolutamente imprescindible para todos los amantes del género fosco de calidad.

 

Calificación: 90

Título: El que habla con los muertos

Autor: Brian Lumley

Editorial: Timun Mas

Edición: Rústica, 424 páginas

Lo mejor: La originalidad de la obra y la correcta mezcla de géneros.

Lo peor: Algunos personajes, profusamente usados, son poco descritos.

Sinopsis: Harry Keogh y Boris Dragosani son dos psíquicos unidos por el talento de hablar con los muertos y destinados a enfrentarse a muerte dentro de una guerra fría paranormal.

 

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Patapalo
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Puntos: 209184

Ésta es una novela que tenía en el punto de mira desde hace un tiempo, pero no me terminaba de decidir porque la antología que leí de Lumley no me sedujo en su conjunto. Ahora me has dado el empujón que necesitaba: en breves me haré con ella.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Meliot
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Puedo decir que es una las novelas que más veces he leído y de las que más me ha influenciado. Una pena que vaya perdiendo fuelle a lo largo de los siguientes volúmenes.

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