Las flores del mal
Reseña de la famosa antología de poemas de Charles Baudelaire
"Lo odioso aparece al lado de lo más bajo, lo más repugnante al lado de lo más infecto. Nunca se vio sobar y morder tantos pechos en tan pocas páginas; nunca se contempló semejante desfile de demonios, de fetos, de monstruos, de gatos y de podredumbre. El libro es un hospital abierto a todos los excesos de la mente, a todas las putrefacciones del corazón."
Me permito empezar esta reseña sobre “Las flores del mal” de Charles Baudelaire con un extracto de un artículo de Gustave Burdion publicado en Le Figaro con motivo de la primera edición de este compendio de poemas. Lo hago no sólo para incitar a la lectura de éstos con tan sugerente presentación, sino también para ilustrar el impacto que causó esta obra en la opinión pública. Hay que precisar que Baudelaire fue condenado a una multa por causar un efecto nefasto sobre sus lectores.
Esta condena estableció, probablemente, la inamovible imagen de Baudelaire como dandy rebelde enfrentado a las hipocresías de la sociedad francesa del XIX, nada tan terrible desde nuestro actual punto de vista. Incluso el Tribunal Supremo, a instancias del propio Gobierno, revisó el proceso un siglo después para borrar dicha condena.
Así, es estéril quedarse únicamente con este cliché. Es importante, de hecho, al leer “Las flores del mal”, intentar que no tome un papel predominante, porque, a pesar de lo que pueda parecer, este libro es un viaje interior. De hecho, todo él versa sobre el propio espíritu del poeta, compartido en mayor o menor medida por todos los seres humanos, y, sobre todo, sobre los males que le asolan.
Como protagonista sobre todas estas flores del mal se alza una: el hastío –spleen en el original-. Y contra esta dolencia, tan propia de nuestros días y tan cercana que hace que el texto produzca indefinibles escalofríos, se oponen los versos de Baudelaire, un canto dolido, desesperanzado y hermoso. Y si esta mirada melancólica y torturada salpicó con sus apreciaciones a la sociedad que sirvió de marco al poeta, lo honesto hubiera sido escuchar su dolor. Pero como advertía el editor de “Los desechos” –los poemas censurados por la condena- “les bêtes y ont décidément usurpé la parole sur les hommes”. –Las bestias han usurpado decididamente la palabra a los hombres-.
Autor
Charles Baudelaire nació en París en 1821 y volvió para morir allí en el año 1867 aquejado de parálisis. Huérfano de padre a los seis años, su relación con su madre y su padrastro fueron tormentosas. En 1841 emprendió un viaje a la India, aunque no tardaría en volver a París para continuar con su carrera literaria. Durante su vida pasaría largos periodos viviendo en Bélgica, país al que juzgó muy severamente.
Tuvo su primer éxito literario con las traducciones que realizó de los textos de Edgar Alan Poe, con quien tenía una gran afinidad. Su principal obra es “Las flores del mal” (1857), aunque también cabe destacar los cuadernillos de crítica de arte titulados “Los salones” (1845-1846), “Los paraísos artificiales” (1860), “Pequeños poemas en prosa”, “Cohetes” y “Mi corazón al desnudo”, estas últimas publicadas póstumamente.
Sinopsis
“Las flores del mal” es una amarga reflexión sobre la existencia humana con el trasfondo del hastío omnipresente.
Edición
Las flores del mal
Ediciones Cátedra (Grupo Anaya), 2000
Edición de bolsillo bilingüe realizada por Alain Verjat y Luis Martínez de Merlo
Otras ediciones
Alhulia, rústica 2001
Alianza Editorial, rústica 2004
Ediciones 29, rústica 2004
Ediciones Altaya, cartoné 2005
Ediciones Escolares, rústica 2004
Edimat libros, rústica 2003
Editorial Planeta, cartoné 2002
Editorial Pre-Textos, rústica 2002
Planeta-De Agostini, cartoné 2003
Conclusión
“Las flores del mal” es un texto muy intenso. Es una exposición sin miramientos y sin concesiones de todos los dolores que asolan al poeta. Es una llamada cara a cara, como los propios versos del primer poema rezan: “Tu le connais, lecteur, çe monstre délicat,/ - Hypocrite lecteur, - mon semblable, - mon frère!” –Lector, tú ya conoces a ese monstruo exquisito,/ ¡Mi semejante, - hipócrita lector, - hermano mío!-.
Ante una exigencia tal, pues todos los poemas comparten la misma crudeza, el lector no puede quedar indiferente. “Las flores del mal” es una obra que impresiona, que implica lo más profundo del espíritu humano. Y gracias al genio de Baudelaire trasciende a obra de arte, ya que, no en vano, el poeta tenía el don de encontrar la palabra justa. Así, sus versos devienen geniales.
Lo mejor: Su capacidad de llegar a lo más profundo del espíritu humano.
Lo peor: El texto puede resultar muy duro y, en ocasiones, difícil de entender.
Nota: 95
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