El Necronomicón
Durante años Abdul Alhazred escribió sus vivencias en el desierto, tiempo que dedicó a descubrir secretos más allá de la comprensión humana. El libro, titulado Al-Azif o Necronomicón, es un tomo que contiene un saber prohibido y blasfemo, cuya mera lectura puede provocar la locura… o incluso la más horrible de las muertes.
SINOPSIS
Aunque los escépticos afirman que el Necronomicón es un tomo fantástico creado por H.P. Lovecraft, los auténticos investigadores de los misterios esotéricos del mundo saben la verdad: El Necronomicón es un volumen blasfemo de conocimiento prohibido escrito por el árabe loco Abdul Alhazred. Incluso hoy, a pesar de las tentativas por destruir todas las copias en cualquier idioma a lo largo de los siglos, aún existen algunos ejemplares, escondidos.
Dentro de este libro encontrarás historias acerca del Necronomicón, diferentes versiones del Necronomicón, y dos ensayos acerca del libro blasfemo. Ahora tú también puedes aprender el verdadero saber de Abdul Alhazred y conocer, de primera mano, el ignoto poder que se encuentra tras sus páginas.
Dejando a un lado el libro, comenzó a pasearse con inquietud por la habitación; mientras lo hacía, advirtió sobre la mesa un volumen avejentado de grandes dimensiones. Un pesado pisapapeles mantenía abiertas sus páginas amarillentas; cuando, por curiosidad, echó una ojeada a su título, Hamilton se sorprendió un poco al ver que era el misterioso Necronomicón del que el viejo Eric Scott había hablado de manera tan vacilante. Con su curiosidad azuzada, Hamilton examinó el libro más de cerca. Ciertos nombres que entrevió, como 'Taaran, Dios del Mal' y 'Nyarlathotep, el Caos Reptante', eran vagamente inquietantes.
Richard L. Tierney, El Que Aúlla en la Oscuridad
ÍNDICE
Prólogo (Robert M. Price)
Relatos Oscuros
El Pergamino Terrible (Manly Wade Wellman)
La Casa Del Doctor Xander (Martin D. Brown)
El Manto De Graag (Frederik Pohl, Henry Dockweiller Y Robert A. W. Lowndes)
El Muro De Settler (Robert A. W. Lowndes)
El Que Aúlla En La Oscuridad (Richard L. Tierney)
Demonios De Cthulhu (Robert Silverberg)
El Castillo En La Ventana (Steffan B. Aletti)
Acerca De La Próxima Edición Barato Del Necronomicón De Abdul Alhazred (John Brunner)
La Víbora (Fred Chappell)
Versiones Del Necronomicón
Prefacio Al Al-Azif (L. Sprague De Camp)
Un Fragmento Del Necronomicón (Frank Belknap Long Jr.)
El Necronomicón (Lin Carter)
El Manuscrito De Sussex (Fred L. Pelton)
Por Qué Abdul Al Hazred Se Volvió Loco (D.R. Smith)
Comentario
Historia Del Necronomicón (Howard Phillips Lovecraft)
La Vida Del Maestro David (David T. St. Albans)
Un Comentario Crítico Sobre El Necronomicón (Robert M. Price)
ANÁLISIS DE LA OBRA
Por increíble que pueda parecer, el concepto del Necronomicón y su nombre aparecieron en un sueño de Howard Phillips Lovecraft. Cuando despertó, se informó acerca de la posibilidad de que un libro llevase tal nombre y comprobó, para su sorpresa, que desde el punto de vista etimológico era perfectamente válido. Sin embargo, el verdadero germen del Necronomicón es El Rey Amarillo creado por Robert W. Chambers, que es una obra de teatro que ningún mortal puede leer sin enloquecer. Tanto Lovecraft como Chambers nunca escribieron esos libros, aunque sí fragmentos de ellos que servían como heraldos que anunciaban un mal mayor que aún estaba por conocer. En realidad, sólo los relatos que no pretenden ser el Necronomicón merecen realmente la pena como parte del universo lovecraftiano. Entiéndase bien: no se trata de una crítica destructiva hacia las versiones del libro prohibido que aparecen en la presente antología que, dicho sea de paso, son magníficas como relatos y se disfrutan con el mismo interés que la historia de un viaje hacia lo oculto.
El problema radica en que, como opinaba el mismo Lovecraft, la idea del Necronomicón es mucho más aterradora que cualquier libro que él pudiera escribir con ese título. Y fue algo que le pidieron en más de una ocasión, pero a lo que él siempre se negó. Parafraseando el prólogo de este libro, la obra de Lovecraft nos señala continuamente el Necronomicón para, cuando estamos ansiosos de leer esas frases blasfemas y prohibidas capaces de causar la muerte sólo por posar la vista en ellas… ¡se nos niegan! Piadosamente el autor rehúsa mostrárnoslas y así, relato tras relato, sólo se nos permite leer los párrafos menos dañinos y para los que la mente humana está preparada. Nuestro interés por poder hojear el impío tomo aumenta, pero sólo para que nuestros deseos sean frustrados una y otra vez. Decenas de libreros han recibido el encargo del Necronomicón, en diversos foros se pregunta acerca de su existencia o dónde conseguirlo (para mi asombro, muchos listillos afirman tenerlo) e incluso en 1960 se descubrió en el archivo de la Biblioteca general de la Universidad California, la siguiente ficha:
BL 430
A 47
B
Alhazred, Abdul _____aprox. 738 D.C.
Necronomicon (Al Azif) de Abdul Alhazred.
Traducido del griego por Olaus Wormius (Olao Worm)
XIII, 760 págs., grabados madera,
enc. tablas, tm. fol. (62 cm.)
(Toledo), 1647
La sombra del Necronomicón es alargada y, bajo ella, han ido creciendo otros muchos libros prohibidos de saberes ocultos. Obviamente tampoco el contenido de esas obras nos es revelado en su totalidad. La técnica de tender el cebo esperando que piquemos sólo para descubrir que no hay nada al otro lado de la caña de pescar, provoca una sensación de curiosidad, misterio e incluso temor. Indiana Jones no mira lo que hay dentro del Arca Perdida, como bien referencia en la introducción Robert M. Price, y el caos y la muerte que se desata a su alrededor permanecerá siendo un misterio para él. ¡Pero es mejor que no sacie su curiosidad o será ella la que le llevará a la perdición! Con esta idea los narradores de los diferentes libros prohibidos, con Lovecraft a la cabeza, nos ahorran esos infaustos pasajes que nos conducirían, cuando menos, a la locura. Y, como siempre nos previenen, esos conocimientos no deben caer bajo ningún concepto en las manos de cualquiera. Avisados ya, pasemos a echar un vistazo a los relatos…
A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de las tramas y los argumentos de los relatos que componen la antología.
RELATOS OSCUROS
EL PEGAMINO TERRIBLE
Manly Wade Wellman: Vivió entre los años 1903 y 1986. Fue un escritor norteamericano, nacido en Angola, conocido por sus historias de terror y fantasía ambientadas en los Montes Apalaches. Escribió todo tipo de género: ciencia ficción, fantasía, ficción histórica, novela detectivesca, novela del oeste, ficción juvenil y novela de no-ficción. Escribió reseñas de cine para el Wichita Beacon e incluso contribuyó en el guión del cómic The Spirit mientras Will Eisner estaba sirviendo a los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Sus tres personajes más conocidos son Silver John, el cantante vagabundo con una guitarra de cuerdas de plata, el juez Pursuivant, investigador de sucesos paranormales, y John Thunstone, el inteligente playboy y aventurero. En 1955, Wellman consiguió el Premio Edgar Allan Poe de no-ficción.
Acerca de la obra: Este relato menciona la revista Weird Tales que, de hecho, el protagonista colecciona fielmente mes a mes. La trama gira en torno a un concepto que puede verse en la película En la Boca del Miedo, dirigida por John Carpenter: la creencia en un mismo concepto por parte de un número suficiente de individuos serviría para darle realidad física. Con un argumento similar, Neil Gaiman presentó en la saga País de Sueños el cómic titulado El Sueño de un Millar de Gatos. En dicha historia el autor inglés afirma que si mil gatos soñaran al mismo tiempo que gobiernan sobre el hombre, la realidad cambiaría para materializar esa idea como si siempre hubiera sido de esa forma. Regresando a la pareja protagonista del relato, ambos habían dialogado previamente acerca de la posibilidad de convertir en real algo imaginario, como el terrible Necronomicón, por el hecho de que multitud de individuos hayan pensado y hablado de él hasta la saciedad a lo largo de los años. En esta ocasión, el elemento perturbador es una hoja de desagradable textura que se desprende de un número de la revista Weird Tales aún inédito. La hoja comienza a moverse como dotada de vida propia, adoptando todo tipo de texturas y formas. El relato resulta entretenido y apasionante pero, acaso por su brevedad, no logra transmitir la atmósfera de terror en la que los personajes principales se ven envueltos. En cualquier caso, es más que recomendable.
El propio autor reveló treinta años después a propósito de este relato, escrito en 1937, transcurre en el apartamento que teníamos durante los años treinta en la calle 24 Este, Nueva York; cómodo aunque no ostentoso. La pareja bien pudiera ser yo mismo y mi esposa, que no se llama Gwen. El Kline mencionado se trata del difunto Otis Adelbert Kline, un buen amigo mío, escritor y orientalista. Clark Ashton Smith y Robert Bloch son ellos mismos. El padre O'Neill era un viejo amigo de la familia de otra parte del país. Los años treinta fueron sombríos, con la Depresión en pleno apogeo y Adolf Hitler haciendo de las suyas; pero Kline y Smith y Farnsworth Wright, ese magnífico editor, estaban vivos y llenos de energía, y podías comprar WT por un cuarto de dólar, si es que lo tenías.
LA CASA DEL DOCTOR XANDER
Martin D. Brown: Dice Robert M. Price: El brevísimo relato de Martin D. Brown titulado originalmente "Dr. Xander Cottage" vuelve a ver la luz desde las desgastadas páginas del número de marzo de 1941 de "Scorpio", un fanzine prácticamente desconocido. Hizo falta recurrir a las técnicas arqueológicas y de investigación de Edward P. Berlung (editor de "Los Discípulos de Cthulhu" y que será reseñado próximamente) para desenterrar un ejemplar cuando ya habíamos llegado a un callejón sin salida.
Acerca de la obra: De claras reminiscencias lovecraftianas, el relato trata acerca de una misteriosa casa en la que nadie se atreve a entrar y sobre la que circulan un sin fin de leyendas. El narrador del relato y un amigo, de nombre Parker, se atreven a penetrar en el hogar del doctor Xander, a quien se relaciona entre susurros con la desaparición de muchas personas de la localidad de Elwood. El final, previsible por otra parte, está claramente influenciado por El Ceremonial de H. P. Lovecraft, incluyendo una extraña y repulsiva raza de seres que vive en profundas cavernas subterráneas, lejos de la luz del sol y del contacto con los seres humanos, siguiendo extraños e incomprensibles ritos de naturaleza perversa. Los estudiosos de la obra de Lovecraft y su círculo conectan este relato corto con la obra del maestro a través de A Través de las Puertas de la Llave de Plata, colaboración póstuma de H. P. Lovecraft y E. H. Price o el ya mencionado El Ceremonial. La presente obra sirvió de inspiración para La Última Fiesta de Arlequín de Thomas Ligotti, con la que comparte las desagradables criaturas que habitan bajo la superficie de la tierra y, muy especialmente, las palabras finales de uno y otro relato. Las últimas frases en ambas historias son similares en forma y fondo, redefinen los hechos y obligan a replantearse el argumento desde el principio.
Price realiza un apunte que reviste una cierta importancia para comprender mejor la naturaleza del doctor Xander: cabe preguntarse si el nombre "Xander" es tan simbólico como el del artista Pickman, ya que parece ser su equivalente. Si "Pickman" (significa, literalmente, "roer a un hombre") nos evoca a una manada de chacales royendo los huesos de una jugosa pieza de carroña, "Xander" pudiera considerarse una combinación de "X", símbolo de lo desconocido, y ander, una palabra alemana que significa ajeno o extraño.
EL MANTO DE GRAAG
Frederik Pohl: Frederik Pohl (1919-…) es un escritor y editor estadounidense de ciencia ficción miembro del grupo Futurians. Junto a C.M. Kornbluth ha escrito algunos relatos y varias novelas, incluyendo la distópica Mercaderes del Espacio que, como muchos de sus relatos, ridiculizan el consumismo y la publicidad. Desde 1959 hasta 1969 editó las revistas Galaxy Science Fiction e If (ganadora de tres Hugo) Es un conferenciante, profesor en el área de estudio del futuro, y autor de Practics Politics, manual del proceso político americano. Recibió el Premio Nébula por Homo Plus (1976) y Pórtico (1977). Por esta última también recibió en 1978 los premios Hugo y John W. Campbell Memorial. En 1985 volvió a recibir este último premio por Los Años de la Ciudad. Sus obras más tardías destacan por su imaginación y frescura.
Henry Dockweiler: Joseph Harold Dockweiler (1920-1949) fue un joven escritor prometedor que quiso seguir la estela de los primeros admiradores de Howard Phillips Lovecraft. El único relato de ficción que escribió lo firmó bajo el pseudónimo de "Paul Dennis LaVond" que escondía, además de a sí mismo, a los prometedores Frederick Pohl y Robert A. W. Lowndes. Existe también algún fragmento de un relato atribuido a él y que debió ser escrito hacia 1937.
Robert A.W. Lowndes: Robert Augustine Ward Doc Lowndes (1916-1998) fue un escritor y editor estadounidense de ciencia-ficción, editor de Future Science Fiction, Science Fiction, Science Fiction Quarterly, seguidor de la literatura de terror y escritor de historias de fantasía oscura como El Abismo (1941) y Los Saltadores (1942), inspirados en la obra de Lovecraft. Desde 1963 a 1971 publicó The Magazine of Horror, mezclando historias antiguas y modernas, y que fue germen de varias otras revistas: Startling Mystery Stories (donde se publicaron los primeros relatos de Stephen King y F. Paul Wilson), Famous Science Fiction (1966), Weird Terror Tales (1969) y Bizarre Fantasy Fiction (1970) que duraron hasta 1971. En 1991 recibió el Premio First Fandom Hall of Fame.
Acerca de la obra: Harvey, Hartley, Paulsen, Klarner y Roche son un grupo de cinco amigos de los cuales sólo los dos primeros quedan aún con vida. Cuando se reúnen para charlar, Hartley tiene un aspecto horrendo. Tras superar su temor inicial, Harvey y él comienzan a hablar acerca de lo sucedido: en un libro antiguo encontraron unas páginas manuscritas antiquísimas que señalaban la localización de lo que parecía ser un tesoro… pero que acabó siendo una maldición. Graag es una palabra holandesa que podría traducirse como con mucho gusto o de buen grado y, dada la naturaleza del manto al que se refiere el relato, es muy dudoso que nadie lo llevara con tanta predisposición. En el relato, Graag es el nombre del hechicero que poseía el libro que el grupo encontró y que señala un supuesto tesoro que, al final, resulta no ser tal. El gran gusano blanco que aparece en la obra recuerda, aunque remotamente, al que aparece en La Guarida del Gusano Blanco de Bram Stoker, novela que esconde gran cantidad de misterios y horrores si se sabe soportar su rebuscado y pedante lenguaje en los diálogos. La figura del gusano es recurrente en la literatura lovecraftiana. Así, muchos de los túneles que se encuentran bajo tierra han sido excavados por gusanos y en otros textos se hace referencia al gusano que roe. Incluso el nombre del traductor del Necronomicón al latín es Olaus Wormius, una clara alusión a worm (gusano en inglés) No hay que confundirlo, eso sí, con el médico y anticuario Danés del mismo nombre (1588-1654) Originalmente el relato apareció en 1941 firmado por Paul Dennis LaVond, un pseudónimo colectivo para tres jóvenes y prometedores escritores: Frederik Pohl, Harry Dockweiller y Robert A. W. Lowndes.
EL MURO DE SETTLER
Robert A. W. Lowndes: Ver El Manto de Graag.
Acerca de la obra: Clyde Cantrell y Will Richards son dos conocidos del instituto que decidieron montar una empresa editorial con bastante fortuna. Durante unas vacaciones descubren un muro, que discurre paralelo al camino que están siguiendo, aparentemente hecho en piedra y con una longitud imposible de determinar. Además, su trazado en el suelo es extremadamente recto y toda vegetación desaparece antes de llegar a su base. Tras investigar y recabar información acerca de otras personas que se sintieron igualmente intrigadas por la extraña construcción, y que acabaron enloqueciendo, deciden investigar el muro con todos los medios a su alcance. Sólo cuando han descubierto el secreto que esconde la misteriosa pared se dan cuenta de que deberían haber ignorado su curiosidad, pues la obsesión enfermiza y las terroríficas pesadillas ya no desaparecerán jamás. Con posterioridad, el aclamado autor de ficción Arthur C. Clarke escribió lo que podría considerarse una versión de este relato, originalmente publicado en 1942, y al que el afamado autor británico de ficción tituló El Muro De Oscuridad. La diferencia que puede encontrarse entre estas obras es que Lowndes hace mayor hincapié en los elementos paranormales de la historia que rodea al muro, llegando a decir incluso que está en el espacio sin estar en el espacio. Sin embargo, la obra de Clarke se centra más en la superación de fronteras y límites por parte de la Humanidad, aún en pañales a nivel científico, incluso cuando éstas no existen en realidad. En todo caso, ambos relatos son merecedores por igual de ser leídos por cualquier seguidor de los géneros de ficción y terror. Dicho esto, encuentro difícil vislumbrar la razón por la que Robert M. Price incluyó este relato en la antología, pues el Necronomicón aparece mencionado de forma casual y no es, ni mucho menos, un elemento central del relato como cabría esperar. Como datos anecdóticos, Robert Lowndes creó su propio libro terrorífico a imagen y semejanza del Necronomicón titulado Canción de Yste y que es referenciado en un número notable de obras. Originalmente, este relato se tituló El Muro Largo y fue publicada bajo el pseudónimo de Wilfred Owen Morley en 1942. Posteriormente se apareció una segunda versión del relato en 1968 y la versión definitiva, que se recoge en esta antología, en 1989.
EL QUE AÚLLA EN LA OSCURIDAD
Richard L. Tierney: Nacido en 1936, es un escritor y poeta norteamericano discípulo de Lovecraft que ha escrito novelas basadas en los Mitos de Cthulhu y es coautor, junto a David C. Smith, de una serie de novelas de Red Sonja. Escritor posterior a la época de Weird Tales, aún continúa la tradición de su Era Dorada en toda su gloria. Es autor de, al menos, diez novelas, cuarenta relatos cortos e innumerables poemas. Tierney comparte la visión cósmica de Lovecraft y se considera uno de sus acólitos aunque sin pretender alcanzar a su maestro. Afirma que los cambios realizados por August Derleth, con el que tuvo algún tropiezo, no responden en absoluto a los escritos ni a las ideas de Lovecraft.
Acerca de la obra: En este relato tenemos algunos de los componentes más clásicos del género pulp: tenemos dos caballeros misteriosos que realizan extrañas peticiones de productos químicos y libros para ciertos experimentos de naturaleza oscura y sobre los que mucho se rumorea. Se añade un castillo al borde del acantilado lleno de habitaciones en las que hace siglos que nadie ha puesto un solo pie y que contiene obras de dudoso valor literario y terrible contenido. Y para completar el cuadro sólo nos hace falta un héroe que se atreva a hacer lo que todo el mundo le aconseja que no haga: internarse en el castillo y averiguar qué se traen esos dos individuos entre manos. Pero quizá lo que encuentra es mucho más de lo que puede llegar a soportar porque ya se sabe que aquel que busca la verdad merece el castigo de encontrarla. Buena parte del nutrido grupo de fans que ha leído esta antología, ha tachado este relato como el peor de todos los presentados, calificándolo incluso de ridículo. No puedo estar de acuerdo con ellos dado que, objetivamente, la calidad literaria y argumental del relato es más que correcta. Subjetivamente, sin embargo, hay que admitir que se trata de un mero pastiche lovecraftiano cuyo final hace que conecte mucho mejor con Herbert West: Reanimador que con el Necronomicón. En efecto, los experimentos que están realizando los dos caballeros que habitan en el castillo, el arisco señor Pitts y el amable señor Taggart (un trasunto del doctor West y su ayudante), están relacionados con la reanimación de la muerte, aunque con fines muy distintos a los del maníaco doctor West. Como dato anecdótico, además de una cita perteneciente a El Tonel de Amontillado de Edgar Allan Poe que nos revela las motivaciones de los habitantes del castillo, cabe destacar que aunque la historia fue publicada en 1984, originalmente se escribió en 1957.
DEMONIOS DE CTHULHU
Robert Silverberg: Es un afamado escritor nacido en Brooklyn, Estados Unidos, en 1935. Introvertido, se volcó en los estudios y la lectura. Mi naturaleza solitaria me ha ayudado en mi carrera como escritor; soy feliz sin más compañía que la mía, confesó. Ha escrito infinidad de novelas, más de cuatrocientos relatos y múltiples libros en los que participó como antologista a pesar de haber interrumpido su carrera en dos ocasiones. Su ritmo de producción literaria fue tan abundante que se vio obligado a usar pseudónimos para no saturar el mercado, cosa que hizo de todas formas. Ha sido galardonado con cuatro premios Hugo, cinco Nébula y siete Locus, siendo el escritor de ciencia ficción más galardonado con estos prestigiosos premios. En el año 2004 recibió un premio por toda su trayectoria literaria.
Acerca de la obra: Como si de un capítulo de Más Allá Del Límite se tratase, el afamado escritor de ciencia-ficción Robert Silberberg narra la historia de un estudiante universitario de veintiséis años llamado Vorys que desea hacerse con el ejemplar del Necronomicón de la Universidad de Miskatonik. Allí trabaja Marty, un chico de diecisiete años cuyo único deseo es conseguir dinero fácil para presumir delante de las chicas y sus amigos. Vorys convence a Marty para que robe el libro por él pero, cuando el chico lo tiene en su poder, decide emplearlo en su propio beneficio. Hace aparecer una criatura llamada Narrathot (nótese la fusión de los términos narrador y thot) que no tiene inconveniente en obedecer al joven. Tampoco lo tiene en llamarle amo estúpido porque eso es Marty: un estúpido que usa poderes ancestrales para satisfacer minúsculos y mezquinos intereses juveniles. El sueño vence al protagonista y, en lugar de recitar el hechizo que despediría a Narrathot hacia su lugar de origen, lee otro mucho más peligroso: realiza la invocación de Yog-Sothoth abriéndole el portal para penetrar en nuestro mundo. Vorys apenas tiene tiempo de avisar al chico y comenzar a recitar un contrahechizo cuando la terrible criatura invocada libera a Narrathot y el caos, la muerte y la destrucción se enseñorean del lugar. Originalmente, la historia fue publicada bajo el pseudónimo de Charles Hamner y resulta un interesante relato de advertencia para aquellos que juegan con lo que no conocen (algo que en la serie de televisión con la que comparaba el relato en el párrafo anterior se nos ha avisado en más de una ocasión). A pesar de contener una cierta enseñanza acerca de los Mitos, Demonios de Cthulhu no deja de ser un mero pastiche lovecraftiano hecho para entretener y divertir sin mayor trascendencia que el uso de la mitología creada alrededor de la obra del escritor de Providence. Resulta ameno, al estar escrito con una técnica muy cinematográfica, pero no deja de ser un mero ejercicio de entretenimiento que no llega a la categoría de cualquiera de los relatos de Lin Carter o August Derleth (pese a las disensiones con la obra original del maestro que ambos han mostrado en sus trabajos) y pudiendo encuadrarse dentro de la fase de decadencia de los Mitos.
EL CASTILLO EN LA VENTANA
Steffan B. Aletti: Fue uno de los jóvenes escritores a los que Robert A.W. Lowndes publicó sus trabajos de la era pulp en la revista The Magazine of Horror. Este reconocimiento, a pesar de ser retroactivo, no dejaba de ser un gran honor para muchos escritores noveles. De hecho, eran muchos los lectores que opinaban que Aletti había sido uno de los mayores descubrimientos de la revista y que seguía la estela de Lovecraft con una imagen sólida y una narrativa fluida. Y tras cuatro historias: la presente El Castillo en la Ventana, El Último Trabajo de Pietro de Apono, El Ojo de Horus y El Sótano, despareció del campo de la ficción. Se trasladó para escribir y editar en otros campos.
Acerca de la obra: El mismo comienzo del relato es puro Lovecraft por los cuatro costados: Comprendan que este relato es absolutamente cierto, desde luego, y que no espero que crean ni una sola palabra. Y, para ser del todo justos, Lovecraft había tomado prestado este tipo de introducción del maestro del terror y renovador del relato corto, Edgard Allan Poe. El comienzo de El Gato Negro es como sigue: No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. La historia en sí trata del descubrimiento del diario de un tal doctor Michael Gwynn, en el que se mencionan el Necronomicón y la Canción de Yste, en una vieja tienda. El descubridor decide regalárselo a su compañero de cuarto, un aficionado a lo misterioso llamado Colin. Tras estudiar el libro, descubre que se menciona en él cierta habitación perteneciente a un edificio en Cornualles en el que se fabricó un cristal que permitía ver por una ventana de la habitación un paisaje de la Edad Media. Tras el viaje, encuentran la casa y la habitación correcta y, tras echar abajo el muro que cubría la ventana, comienzan a ver a través de ella el castillo medieval que da nombre al relato. El final del relato, con uno de los protagonistas (Colin) pasando al otro lado de la ventana, no es por esperado menos espectacular. Especialmente cuando el párrafo final habla de un brujo venido de otro tiempo, de dónde él mismo afirma proceder, y que acaba siendo ejecutado por el brazo secular bajo las implacables órdenes de la Inquisición. Pero, incluso entonces y durante todo el relato, el narrador pone en tela de juicio todo lo acontecido y llega a achacarlos a la locura. Como bien se sabe, aquel que se plantea su propia cordura es harto improbable que esté loco, por lo que sólo nos cabe aceptar como verdadero todo cuanto nos ha contado. Pareciera un ejercicio opuesto al que realiza Poe en El Corazón Delator, en el que la insistencia en tratar de convencernos de su cordura nos delata, casi desde el primer instante, la locura que mueve al protagonista. En cualquier caso, la relación de este relato con el Necronomicón es meramente tangencial, una ínfima mención en un diario. Pese a que la historia me agradó mucho, considero que no tiene razón de ser incluirla en esta antología (diga lo que diga el señor Price al respecto en el prólogo) al igual que sucede con El Muro de Settler.
ACERCA DE LA PRÓXIMA EDICIÓN BARATA DEL NECRONOMICÓN DE ABDUL ALHAZRED
John Brunner: Nacido en 1934 y fallecido en 1995, fue un escritor británico de ciencia ficción que publicó su primer relato con diecisiete años. Comenzó escribiendo novelas de aventuras con un ritmo de producción muy elevado, un estilo muy fluido y poca versatilidad. Sus obras versan sobre el futuro, centrando la atención en la descripción metódica de la sociedad imaginada por encima de las aventuras de los personajes. Este peculiar enfoque sociológico, carente de épica o trama argumental sólida, le ha impedido convertirse en un autor de mayor éxito. Sus mejores trabajos corresponden a la llamada Trilogía del Desastre compuesta por Todos Sobre Zanzíbar (1968), Órbita Inestable (1969) y El Rebaño Ciego (1972). Escribió El Jinete de la Onda de Shock, una de las obras precursoras de la corriente Cyberpunk.
Acerca de la obra: En el presente relato, de tan largo título, se esconde un trasunto de Howard Phillips Lovecraft que es el protagonista. Jasper Abraham Wharton es un erudito británico que recibe de un mecenas, en herencia, una biblioteca con los más variados volúmenes en ediciones de valor incalculable. Huraño, esquivo, con un odio profundo hacia la modernidad y todo lo que representa, Wharton es feliz entre sus libros, catalogando los miles de volúmenes que le ha sido dado custodiar. Entre los tomos más importantes se cuenta una traducción del Necronomicón que mantiene en el más completo de los secretos. Cierto día le visita un doctor en Filosofía y Letras americano, apellidado Schultz, que afirma tener un original del libro prohibido y necesitar la ayuda de Wharton para traducirlo, a lo que éste se niega en un primer momento. De hecho, decide traducir él mismo la copia que tiene en latín y publicarlo antes que el equipo de Schultz. Sin embargo, tras estudiar el contenido y quedar horrorizado por él, pretende convencer a los americanos para que mediante sus modernos métodos de edición literaria no pongan el Necronomicón al alcance del gran público. Las verdaderas intenciones del grupo de traducción, dirigidas por un híbrido de humano y profundo, son abrir miles de puertas por todo el planeta para facilitar el regreso de los Primigenios. De ahí el deseo de conseguir que el Necronomicón esté al alcance de todo el mundo: con que una de cada cien personas que intente realizar los conjuros descritos en el libro lo consiga, será suficiente. La fatalidad se cierne sobre el personaje protagonista y sobre el mundo. Lo que sabíamos que ocurriría más pronto o más tarde, el regreso de los Primigenios, está a punto de suceder. El ser humano tiene la batalla perdida de antemano contra los primeros moradores de la Tierra, aquéllos que ya eran viejos cuando nuestro mundo era joven, y a lo que único que podemos aspirar es a un corto aplazamiento de lo inevitable. En este relato, en definitiva, se cumplen las siniestras profecías que se cernían en forma de amenaza inminente sobre la humanidad. El ritmo del relato, dividido en siete capítulos, es algo lento hasta acercarse el final. A partir de ese momento la historia se acelera de una forma poco acorde a lo que el lector lleva leído y concluye de una manera que, quizá, resulte un poco precipitada. Por otro lado, es posible que la caracterización del personaje protagonista sea demasiado exhaustiva en los primeros capítulos y se nos proporcionen una serie de datos que, sin llegar a atreverme a calificarlos de superfluos, se muestran después como claramente innecesarios. Sin embargo, hay que reconocer que esa solidez y tridimensionalidad del personaje, poco habitual en los relatos breves, permite al lector anticipar sus reacciones y ponernos en su lugar durante toda la obra. En conjunto merece estar incluido en la presente antología al ser el famoso libro una parte importante del relato y no una mera excusa para convertir un relato de horror en un pastiche lovecraftiano (como sí ocurría, sin embargo, en El Castillo En La Ventana) Además, esta historia contiene un cierto toque de humor al chocar la personalidad arcaica de del protagonista con las costumbres del mundo moderno.
LA VÍBORA
Fred Chappell: Es un novelista y poeta nacido en 1936 en Carolina del Norte, EE.UU. Sus padres le inculcaron pronto el interés por la lectura y comenzó muy pronto a escribir relatos de ciencia ficción. Su mayor logro poético es la tetralogía Midquest (1981) que consiste en River (1975), Bloodfire (1978), Wind Mountain (1979) y Earthsleep (1980). En 1968 la Academia Francesa le concedió el premio al mejor libro del año por Dagon, una revisión del mito de Cthulhu. Ha ganado dos veces el premio World Fantasy por The Somewhere Doors (1992) y The Lodger (1994), el Prix de Meilleur des Livres Etrangers, el Bollingen Prize, el T.S. Eliot Prize y ha estado nominado dos veces más con The Better Boy (1992) y More Shapes Than One (1992).
Acerca de la obra: Sin lugar a dudas, La Víbora es el mejor relato de los que integran este volumen y, por sí mismo, ya valdría la pena la inversión realizada en la antología. Lejos del clásico final sorpresa, el relato es una sorpresa en sí mismo por los sucesos que se producen en torno al Necronomicón, que es sin duda el verdadero protagonista de la historia. Análogamente al hecho de que el diabólico Necronomicón pervierte las mentes de aquellos que lo leen y las conduce a la locura más absoluta, pervierte los textos de los libros que están a su lado variando poco a poco su contenido y absorbiendo de ellos la fuerza y consistencia material que precisa para subsistir. Primero varía unas cuantas palabras, después frases enteras y por último el texto queda transformado y prácticamente irreconocible. Pero sus efectos no se limitan a un único ejemplar. Todas las ediciones del libro afectado han sufrido alteraciones similares allá donde se encuentren: el Necronomicón parece consumir la esencia misma de la obra. Es curioso y original planteamiento que hace Fred Chappell del Necronomicón. Lejos de querer usarlo como una herramienta al servicio del relato, lo convierte en el protagonista del mismo. Lejos de ser una mera excusa argumental va un paso más allá y lo utiliza como centro de la acción mientras los otros dos personajes, tío y sobrino, asisten estupefactos y casi impotentes al despliegue de poder del libro maldito. La extensión del relato es perfecta, sin elementos adicionales que despisten la atención de la trama principal o párrafos que sólo ocupen espacio sin aportar información alguna. Con un ritmo trepidante, el autor nos sumerge en un relato corto que se hace más corto aún y nos deja con la respiración cortada en su abrupto y más que correcto final. Nuevamente se ha vencido una batalla contra las fuerzas que quieren entrar en nuestro mundo, pero el final del relato parece indicar que, tal y como ya sabemos, la guerra proseguirá de forma muy desigual. Y es que al final una mosca escapa portando el veneno de esa víbora que es el Necronomicón. Hay que resaltar, tal y como hacer el propio Price en la brillante introducción al relato, que el nombre original del libro blasfemo es Al-Azif, que se corresponde con el zumbido de los insectos en el desierto y que, a su vez, se confunde con el murmurar de demonios. Cuán apropiado resulta, entonces, que la criatura encargada de seguir propagando el insidioso mal del libro sea precisamente un insecto.
VERSIONES DEL NECRONOMICÓN
PREFACIO AL AL-AZIF
Lyon Sprague de Camp: Nacido en 1907 y fallecido en 2000, fue un escritor estadounidense de ciencia ficción, terror y fantasía conocido por sus historias sobre Conan el Bárbaro. Altamente formado en Ingeniería Aeronáutica en el Instituto de Tecnología de California, se tituló también en el Instituto Stevens de Tecnología. En 1940 se casó con Catherine Crook y durante la Segunda Guerra Mundial trabajó en el centro naval de Filadelfia con autores como Isaac Asimov y Robert A. Heinlein. Era miembro de un club literario exclusivamente masculino, el Trap Door Spiders, base para el grupo de ficción de Asimov llamado los Black Widowers. Fue también miembro del Swordsmen and Sorcerers Guild of America, formado por autores de fantasía heroica, algunos de cuyos trabajos se reunieron en la antología de Lin Carter titulada Flashing Swords!
Acerca de la obra: El "Prefacio al Al-Azif" de Sprague de Camp consiste en el prólogo a un Necronomicón que Owlswick Press publicó en el año 1973. Dicho ejemplar consistía en un libro con un gran número de páginas llenas de caracteres arábigos, que George Scithers había encargado a un artista. Dicho prólogo consistía en las desventuras que había acontecido en 1967 en Bagdad, estando el narrador de camino a la India, cuando averiguaron que se estaba realizando una traducción del Necronomicón del árabe antiguo a uno más moderno. Supuestamente dicha traducción se estaba llevando a cabo por un grupo de personas que, mientras se dedicaban a su trabajo de traducción, no pudieron evitar murmurar los conjuros que aparecían escritos en las páginas originales. En vista de los desastrosos resultados, se suspendió el proyecto de traducción y se decidió publicar el Necronomicón conforme fue encontrado en su dialecto original. El prefacio incluye la advertencia de no intentar traducirlo o, en todo caso, hacerlo en silencio para no sufrir la suerte de los doctores Babili, ibn-Yahya y Abdalmajid. Sin embargo, no sería del todo justo juzgar este texto como un relato en sí mismo, si bien lo es, porque en realidad es tan sólo el supuesto inicio de una obra mucho mayor; el Necronomicón, por supuesto. No obstante, Sprague de Camp sitúa con toda credibilidad las coordenadas espacio temporales que rodean al volumen que están traduciendo en Iraq. El breve relato resulta tan creíble como el resto de las historias que rodean a este y otros tomos de saberes arcanos y ocultos, comparable en genialidad a la que puede leerse en Historia del Ncronomicón del propio Lovecraft, aunque con un toque de humor negro.
UN FRAGMENTO DEL NECRONOMICÓN
Frank Belknap Long: Nacido en 1901 y fallecido en 1994, fue un narrador y poeta norteamericano de fantasía, terror, ciencia-ficción, novela gótica, cómics y no-ficción. Su carrera se extiende durante setenta años y es conocido por sus relatos de horror y ciencia-ficción, incluyendo su contribución a los Mitos de Cthulhu. En 1923, con sólo veintidós años, vendió su primer cuento, The Desert Lich, a Weird Tales. Su obra incluye veinticinco novelas, ciento cincuenta cuentos, ocho libros de cuentos, tres colecciones poéticas, numerosos artículos periodísticos, guiones de comics y perteneció al llamado Círculo de Lovecraft. Su relato más famoso es Los perros de Tíndalos. Recibió importantes premios como el World Fantasy Award for Life Achievement (1978), el Bram Stoker (1987) y el First Fandom Hall of Fame (1977)
Acerca de la obra: Escaso análisis permiten dos sencillos párrafos en los que la única información reseñable a proporcionar sobre ellos es que señalan al astrónomo John Dee traductor del Necronomicón del latín al inglés, idea que fue del total agrado de Lovecraft hasta el punto de que la añadió a sus relatos. John Dee fue un famoso astrólogo, astrónomo, geógrafo y matemático inglés ayudante de la reina Isabel I. Además de ser uno de los hombres más cultos de su época, se caracterizó por dedicarse al estudio de la adivinación, la alquimia, el hermetismo y la magia cristiana; cultivó la ciencia y la magia por igual.
EL NECRONOMICÓN: LA TRADUCCIÓN DE DEE
Linwood Vrooman Carter: Nacido en 1930 y fallecido en 1988, fue un escritor norteamericano de ciencia ficción y fantasía, además de editor y crítico literario. Algunos de sus pseudónimos fueron H.P. Lowcraft y Grail Undwin. Con frecuencia citaba sus propios escritos en sus artículos para ilustrar algún punto de su argumentación o incluía al menos uno de sus relatos en las antologías que editaba, cosa por otro lado muy habitual en todos los editores. Sus influencias más notables fueron Lord Dunsany, H.P. Lovecraft, Clark Ashton Smith y Edgar Rice Burroughs y, principalmente con los dos últimos, hizo algunas colaboraciones póstumas. Al igual que el anteriormente mencionado autor, Sprague de Camp, era miembro de los clubs literarios Trap Door Spiders, Black Widowers y Swordsmen and Sorcerers Guild of America.
Acerca de la obra: En los Mitos de Cthulhu, Lovecraft nombra a John Dee como la persona que tradujo el Necronomicón al inglés, de ahí el título del relato. La versión, de la que no vamos a hacer un análisis pormenorizado por la densidad del texto y la multitud de conceptos tratados, está compuesta por los siguientes libros y capítulos.
I. El Libro de Episodios
La Primera Narración: El Destino de Yakthoob
La Segunda Narración: El Ser bajo Menfis
La Tercera Narración: En la Ciudad de los Pilares
La Cuarta Narración: Desparecida
La Quinta Narración: La Cripta bajo la Mezquita
La Sexta Narración: Mnomquah
La Séptima Narración: La Locura que Vino del Tiempo
La Octava Narración: Sueños del Loto Negro
La Novena Narración: La Sombra Procedente de las Estrellas
II. El Libro de las Preparaciones
I. Acerca de los Poderes del Hechicero
II. Acerca de lo que Es Necesario para la Hechicería
III. Acerca de los Primigenios y los Favores que Otorgan
IV. Acerca de los Tiempos y Estaciones que Deben Observarse
V. Acerca de los Poderes de la Luna
VI. Acerca de los que Proceden del Exterior
VII. El Castigo de los Primigenios
VIII. Acerca de lo que se Prevé de su Regreso
IX. Los que Yacen Esperando
III. El Libro de las Puertas
I. Acerca de los Mundos más allá de este Mundo, y de las Maneras de Viajar
II. Acerca de la Vil Nigromancia
III. El Peligro que Acecha Más Allá del Tiempo
IV. Aquellos que Ayudan a los Devoradores Innombrables
V. Acerca de Tíndalos, y de sus Perros
VI. Si Quisieras Alzar a los Muertos
VII. Para Expulsar a lo que Has Llamado
VIII. Acerca de los Signos de Hnaa
IX. Acerca de las Puertas de los Sueños
X. Acerca de Koth, y del Signo de Koth
XI. El Ritual de la Llave de Plata
XII. Umr at-Tawil
XIII. Acerca de la Apertura de la Puerta a Yog-Sothoth
XIV. El Noveno Verso que Convoca a Yog-Sothoth
XV. Acerca de Aquellos que Proceden del Exterior y de Sus Semillas
XVI. Algo Acerca de las Puertas de se Abren Hacia el Más Allá
XVII. Acerca de Leng y de Sus Misterios
XVIII. Acerca de la Próxima Llegada de los Primigenios
XIX. Los Que Abren el Camino
IV. El Libro de las Expulsiones
I. Acerca de las Invocaciones de Aquello que No Puedes Devolver a Su Lugar
II. Acerca de las Diferentes Formas de Ejecutar la Expulsión
III. Acerca de Ib, y de la Venganza
IV. Acerca de la Estrella de Cinco Puntas Esculpida en Piedra Gris
Todos ellos dan muestras de una capacidad para la fabulación extraordinaria por parte de Lin Carter, aunque el lector no encontrará nada en el texto (afortunadamente) que le cause la muerte o la locura instantánea sólo por echar un vistazo. Sin embargo, el primer libro, titulado "El Libro de los Episodios", resulta una magnífica lectura acerca de las experiencias del profeta loco en su búsqueda del conocimiento prohibido en donde aparecen muchos de esos seres abominables descritos en otras versiones de este libro.
EL MANUSCRITO DE SUSSEX
Fred L. Pelton: Nacido en Lincoln, Nebraska, Pelton fue un entusiasta seguidor de la obra de Lovecraft que creó el libro prohibido llamado El Manuscrito de Sussex. August Derleth consideró apropiado publicarlo bajo el sello de Arkham House y, para generar una cierta expectación en torno al libro, lo mencionó en El barranco de Salapunco (El testamento de Claiborne Boyd). Posteriormente, en 1998, escribió y publicó A Guide to the Cthulhu Cult un manual de referencia acerca de los Mitos examinados exhaustivamente desde varias fuentes distintas, como el propio Lovecraft, el Liber Ivonis y su Manuscrito de Sussex. También incluye una completa transcripción del libro Cultus Maleficarum.
Acerca de la obra: Presentado como una traducción al inglés de una traducción en latín de un original árabe (hasta aquí coincide con el resto de las versiones existentes) del Necronomicón. Los fragmentos que pueden leerse en los relatos de Lovecraft, como por ejemplo en El Ceremonial, figuran igualmente como parte de El Manuscrito de Sussex. Con un par de capítulos sin traducir del latín, algunos otros que son ilustraciones no reproducidas o invocaciones y el supuesto fallo de un capítulo mal numerado, el relato está dotado de un realismo que maravillará a los seguidores de los Mitos de Cthulhu, aunque su fidelidad sea discutible. Parece ser que el original estaba escrito en caracteres góticos, con ilustraciones hechas por el propio autor y encuadernado en piel. Sin embargo, y a pesar de los prolijos detalles, el libro fue rechazado por varios editores y se publicó en la antología original únicamente para satisfacer a todos aquellos lectores que preguntaron una y otra vez por El Manuscrito de Sussex.
POR QUÉ ABDUL AL HAZRED SE VOLVIÓ LOCO
D.R. Smith: En el momento de elaborar el presente artículo no existe un mínimo de información disponible acerca de este autor.
Acerca de la obra: D. R. Smith realiza un ejercicio de inventiva acerca de los Mitos, relacionando unos Primordiales con otros de manera acorde a como se nos había venido narrando hasta ahora, pero dando un giro importantísimo a la historia de la locura de Abdul Al Hazred. Según Smith, se debió a Marco Antonio, el laureado político y militar romano que vivió entre los años 83 a.C. y 30 a.C. Se nos cuenta en este brevísimo relato que Marco Antonio tuvo que hacer frente, roto de cansancio y casi muerto de hambre, a una de esas criaturas que Al Hazred consideró dioses y adoro como tales. El resultado de la desigual batalla fue totalmente inesperado para el árabe que, al no poder aceptar su mente lo que había sucedido, enloqueció para siempre. Recordemos que las desiguales luchas o competiciones de hombres contra dioses es una constante en la mitología grecorromana y es de suponer, por tanto, que D.R. Smith ha seguido ese patrón. No obstante, en esta ocasión el mitos da un giro hacia el logos y un ser tan supersticioso y dependiente de la magia oscura como Abdul Al Hazred no es capaz de encajar la realidad. Generalmente, en cualquier relato o pastiche lovecraftiano, el protagonista enloquece al contemplar sucesos que van más allá de toda lógica cotidiana. Y ahí es donde radica la originalidad de la historia.
COMENTARIO
HISTORIA DEL NECRONOMICÓN
Howard Phillips Lovecraft: Nacido en 1890 y fallecido en 1937, fue un escritor estadounidense de Providence, Rhode Island, autor de relatos de terror y ciencia ficción, poeta y literato epistolar. Se considera un gran innovador del cuento de terror, al que aportó una mitología propia, Los Mitos de Cthulhu, desarrollada con otros autores y aún vigente. Su obra se asienta en el terror cósmico materialista, apartada del terror sobrenatural, incorporando elementos de ciencia ficción (alienígenas, viajes en el tiempo, existencia de otras dimensiones…). El nombre de Lovecraft es sinónimo horror, y sus textos han influido a otros autores de novelas, relatos, películas, música, cómics y dibujos animados. Muchos escritores modernos de terror han citado a Lovecraft como una de sus más importantes influencias. No obstante, fue un escritor que pasó prácticamente inadvertido en su época pese a que sus historias se habían hecho un hueco en publicaciones como Weird Tales. Mantenía correspondencia de forma regular con otros escritores, como Clark Ashton Smith y August Derleth, que llegaron a ser íntimos amigos suyos a pesar de no conocerse jamás en persona. Este nutrido grupo de escritores fue bautizado como el Círculo de Lovecraft, ya que tomaban prestados elementos de las historias de Lovecraft (libros prohibidos, dioses extraterrestres, lugares ficticios…) para usarlos en sus propias historias con su total beneplácito. Sin duda fueron los esfuerzos de ese Círculo, y muy especialmente los de August Derleth, los que evitaron que el nombre y las historias del autor de Providence desaparecieran en el olvido.
Acerca de la obra: A la hora de crear relatos, Lovecraft concebía la historia de forma cronológicamente lineal y, después, alteraba el orden de los acontecimientos de acuerdo a la conveniencia de la historia. Así aconsejó escribir confesando que, por malas que pudieran ser sus historias (pues para él consistían en un mero entretenimiento) hubieran sido mucho peores de no haber seguido esa pauta. Así, y para dotar de verosimilitud al Necronomicón, escribió a sus amigos más íntimos una breve historia y cronología del mismo, que es la que aparece en este texto. A pesar de su escasa longitud, es una historia bastante detallada de cómo el libro blasfemo habría sido transmitido desde su forma original, concebida por Al Hazred a los escasos tomos que han sobrevivido hasta nuestros días. Lovecraft nunca tuvo intención de publicarlo pero, como sucedió con todos sus escritos, al final éste también ha salido a la luz.
LA VIDA DEL MAESTRO
David T. St. Albans: Es el pseudónimo de David Pudelwitts, nacido en Chicago, EE.UU. en 1954. Desde entonces lleva más de veinticinco años desarrollando su trabajo como escritor e ilustrador en Scottsdale, Arizona, junto a su esposa Rosanne. Además de varios relatos cortos y poemas del género de terror, escribió La Vida del Maestro en 1984 y, hasta el momento, no ha publicado ningún otro relato que se enmarque dentro de los Mitos. Para la segunda edición de esta obra en los Estados Unidos, realizó algunas de las ilustraciones interiores. Otras de sus obras es Blood of the Dragon, donde muestra su fascinación por la figura de Drácula. En el año 2000 publicó Speaking to Angels acerca de su supuesta conexión con estas entidades.
Acerca de la obra: El relato está dividido en dos partes claramente diferenciadas. La primera de ellas es un prólogo a la supuesta traducción de la vida de Abdul Alhazred por parte de un discípulo suyo, en donde el autor reflexiona acerca la veracidad del Necronomicón y su contenido. La segunda es la traducción de la biografía en sí, realizada por el mismo autor que firma el relato: David T. St. Albans. La primera parte del relato resulta ser un brillante ejercicio de reflexión acerca del libro prohibido y su contenido. La verdadera naturaleza de los seres descritos en el Necronomicón es puesta en tela de juicio, así como sus supuestos poderes y longevidad, y se establecen ciertas diferencias entre los hechos "reales" y aquéllos que narraron los autores del Círculo de Lovecraft en sus relatos. La segunda parte, la supuesta biografía del maestro de El-Rashi, es un breve e imaginativo ejercicio de recreación sobre todo lo que el discípulo sabe de Abdul Alhazred, tanto visto por sus propios ojos como lo que otros contaron de los hechos. La muerte de Alhazred aparece presentada aquí como una "ascensión" por sus creencias, que variaron desde la Gran Raza a los Dioses Primigenios. Lejos de resultar una versión del Necronomicón, que evidentemente aparece mencionado de pasada, "La Vida del Maestro" es un fantástico relato hilado de forma cuidada y detallista que fue además embellecido por los dibujos del mismo autor. Una de esas ilustraciones, la de Abdul Alhazred en éxtasis mientras parece contemplar otro mundo, es una de la más difundidas y fácilmente identificables con el inexistente profeta loco. Lejos de resultar tedioso de leer, su frescura, originalidad, lenguaje sencillo y erudición en los Mitos le hacen merecedor de un rincón dentro de los mejores relatos del estilo lovecraftiano.
UN COMENTARIO CRÍTICO SOBRE EL NECRONOMICÓN
Robert McNair Price: Nació en 1954 en Mississippi, es profesor de Teología y, durante años, realizó una férrea defensa de la fe frente a la razón intelectual aunque, poco a poco, abandonó estas posturas. Desde muy joven comenzó a leer libros de la editorial Arkham House y, aunque durante su etapa de fundamentalismo religioso abandonó la fantasía lovecraftiana, regresó a ella en 1978 como lector y escritor. Presentó el artículo Higher Criticism and the Necronomicon en la revista Lovecraft Studies. Es una de las figuras más importantes del universo de Lovecraft al haber editado La Cripta de Cthulhu y, desde 1990, un gran número de antologías basadas en los Mitos: Cthulhu 2000, La Saga de Hastur, El Ciclo de Cthulhu, El Necronomicón y El Ciclo de Nyarlathotep.
Acerca de la obra: Si un texto merece levantarse el sombrero por su excelencia ése es, sin duda, Un Comentario Crítico Sobre El Necronomicón en donde Robert M. Price hace un estudio pormenorizado de los fragmentos de la obra relacionándola con religiones antiguas, modernas y algunos otros elementos cogidos de cuantas fuentes ha estimado oportunas. El estudio de la etimología de ciertas palabras merece un sobresaliente por su complejidad y veracidad. Como buen antologista, Price quiso dejar lo que él consideró el mejor Necronomicón, el más fiel a la idea original y el más riguroso, para el final: el suyo propio. Y no se equivocó, desde luego. Pues si mucho es lo que muestra, pormenorizado y analizado exhaustivamente con un alarde de conocimientos acerca de los Mitos que raya lo obsesivo, mucho más podemos suponer que aún queda piadosamente cubierto a los ojos de los mortales. El estudio que realiza acerca de los fragmentos de la obra prohibida que pueden encontrarse en los relatos de Lovecraft y otros autores, es notable. En lugar de realizar un libro completo, arriesgándose con ello a caer en los mismos defectos que comentaba el Solitario de Providence, ha usado las escasas líneas existentes en otras obras para analizarlas exhaustivamente, realizando un ensayo en el que se une la verdadera investigación religiosa, una demostración apabullante de conocimientos acerca de los Mitos de Cthulhu, una desbordante fantasía y una más que brillante capacidad de inventiva. El trabajo está dividido en tres partes con un número de capítulos variable para cada una. A continuación se analiza la obra a grandes rasgos.
Primera parte: Cuestiones preliminares. En esta introducción a los seis primeros capítulos del ensayo se nos justifica la existencia de este estudio teniendo en cuenta el gran número de trabajos de la misma temática, el libro prohibido, existentes. Price llega a afirmar que tanto Lovecraft como sus seguidores eran conocedores de ciertos textos arcanos de donde extraían los fragmentos que ahora se nos presentan.
I. El enfoque crítico. En el primer capítulo se realiza una breve exposición acerca del comienzo del estudio de la veracidad en los textos, la historiografía crítica, que también hay que aplicar a la hora de comentar los textos relativos al Necronomicón.
II. Abdul Alhazred. En el segundo capítulo se analizan los datos conocidos del autor del Necronomicón, el árabe, poeta y profeta llamado Abdul Alhazred poniendo especial hincapié en su misteriosa muerte a manos de una entidad invisible, para la que el texto proporciona una explicación plausible.
III. ¿Qué clase de libro es? En el tercer capítulo el autor trata de dilucidar el tipo de libro que el Necronomicón realmente es: ¿una recopilación de conocimientos arcanos, un libro de invocaciones o un texto religioso? Mediante el análisis del título y sus interpretaciones a lo largo del tiempo se trata de dar una respuesta a dicha incógnita.
IV. Fuentes de Alhazred. En el cuarto capítulo se muestran algunas de las fuentes empleadas por Alhazred para la creación del Necronomicón, como cuando el poema loco menciona a Ibn Schacabao, el Libro de Thoth y, en opinión de Price, diversos fragmentos del Apocalipsis, los textos de exorcismo y muchos otros.
V. La historia de la religión. En el capítulo quinto, y partiendo del ejemplo de las diferencias dentro del cristianismo entre la tradición judeo-cristiana, encabezada por Pedro, y la helénico-cristiana, liderada por Pablo de Tarso. De forma analógica, el Necronomicón parece contener varias tendencias y líneas de pensamiento en su interior.
VI. El sistema de numeración de versículos. En el sexto y último capítulo de la primera parte se explica la razón que justifica el orden escogido para los fragmentos, así como el sistema de numeración de las frases para su rápida identificación. Para ello se ha empleado un método idéntico al usado en las Sagradas Escrituras cristianas.
Segunda parte: La obra auténtica. Durante la segunda parte del texto se presentan los fragmentos de autores conocidos o de cuya procedencia existe un cierto consenso. A partir de este punto, los comentarios de Price son tan importantes, cuando no más, que el propio texto en sí.
VII. De aquello que vino antes que el hombre. El capítulo séptimo, el más extenso del trabajo crítico de Price, trata acerca de los primeros moradores de la Tierra y su destino tras la guerra "en los cielos", destacando el de Cthulhu y su condena en R'lyeh, donde espera el despertar. Este último concepto es tratado como análogo a "morir" y comparado con la muerte y resurrección de Lázaro en el Nuevo Testamento.
VIII. Acerca del libro de Thot. El capítulo octavo gira en torno a las figuras del terrorífico Yog-Sothoth, guardián de la puerta, y Nefren-Ka, el cruel faraón de Egipto conocido como el "Faraón Negro", a quien se considera un sacerdote que trató de extender el culto a la criatura llamada Nyarlathotep, el de los mil rostros.
IX. Acerca de los muertos. El capítulo noveno trata acerca de la nigromancia, magos, encantadores, hechiceros y clarividentes, así como muchos de los peligros, prodigios y desgracias que acarrean o pueden provocar.
Tercera parte: La obra apócrifa. Esta tercera parte reúne textos procedentes de diversas fuentes y traductores, así como de ediciones que no se pueden especificar.
X. La caída de Cthulhu. El capítulo décimo no sólo trata de la caída de Cthulhu tras la rebelión contra los Dioses, sino que se habla también del destino del resto de Primordiales mediante ciertas analogías (presentes en toda la obra) con los textos sagrados cristianos.
XI. Panfletos apocalípticos. En el capítulo once se nos muestran dos fragmentos de textos que narran la ascensión de los Primigenios desde su lugar de exilio o refugio. El segundo de ellos describe un Apocalipsis en el que, al igual que sucede con el de Juan, termina con la derrota del mal, encarnada por los Primigenios.
XII. Ritos de exorcismo. En el capítulo doce se incluyen los textos que hacen referencia a algunas fórmulas de expulsión que debieran figurar en el Necronomicón, pero que dependiendo de la fuente no se nos asegura que sean correctos, ya sea por una incorrecta traducción o porque incluyan añadidos posteriores.
XIII. Interpolaciones cristianas. En el capítulo trece se muestran dos últimos textos, uno de ellos escrito (no traducido) por John Dee en el que Abdul Alhazred se confiesa como malvado y otro de una fuente desconocida en el que se invoca la sabiduría de una famosa autoridad en la cumbre de su carrera, tal y como puede verse en algunos textos religiosos.
Dentro de la Colección
Nuevamente nos encontramos con la alternancia de un libro de relatos cortos entre otros dos volúmenes con historias únicas. El Necronomicón, publicado entre Silencio y La Casa Infernal, supuso la segunda publicación de un título aparecido en Solaris Ficción dentro del nuevo sello de Solaris Terror (el primero fue el ya clásico Cthulhu 2000) Se maquetó de forma diferente acorde con la estética de la nueva colección y se cambió la portada original por otra que resulta igual de tétrica, pero mucho menos evocadora. Muchos coleccionistas acérrimos no tuvieron más remedio que comprarse un libro que, en realidad, ya tenían desde hacía dos años. Con esta nueva novela, el nivel de la colección continuaba alto, especialmente para aquellos que cuentan entre sus escritores favoritos con el solitario de Providence, pero lo mejor aún estaba por venir…
Calificación: 70
Título: El Necronomicón
Autor: VVAA
Editorial: La Factoría de Ideas
Edición: Rústica, 352 páginas
Lo mejor: La excelencia de algunos relatos y el último comentario de Robert M. Price.
Lo peor: Algunos relatos no están directamente relacionado con el Necronomicón.
Sinopsis: Aunque los escépticos afirman que el Necronomicón nació de la imaginaría de Lovecraft, los investigadores de los misterios esotéricos saben la verdad: es un volumen blasfemo de conocimientos prohibidos escrito por el árabe loco, Abdul Alhazred.
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Un artículo muy interesante. La verdad, no me hubiera imaginado a Brunner en una antología de este tipo. Tomo nota de cara al futuro. Un placer leerte, compañero.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.