Así creo que es como le queda al Capitán América eso de llevar su propia pistola. De hecho, creo que podríamos cambiar la expresión a “como al capi su pistola” para representar eso de que algo no pega ni con cola.
Desde luego, mal que me pese, hay que reconocer que la razón asiste al tipo que haya ideado la feliz idea de armar al Capitán América: el tío, se supone, fue creado como un supersoldado, y a los soldados se les dan armas. De cajón. De hecho, estrictamente, el Capitán Amércia ya iba armado, aunque el escudo sea un arma defensiva.
Además, no es el primer superhéroe del universo Marvel que lleva armas de fuego, aunque al Castigador sea difícil considerarlo un héroe al uso. Y, bueno, todos sabemos que en Estados Unidos no es raro aficionarse a llevar una pistola. Así que, aplicando aquello de que la cabra tira al monte, pues sí, tiene su lógica que al Capitán América le hayan adjudicado su pistola reglamentaria, la cual, al menos, -o eso espero- no tirará rayos de energía ni ninguna pijada semejante.
Pero bueno, a pesar de todo, y de darme yo mismo buenos argumentos, no dejo de pensar que al Capitán América le va su pistola como a un Cristo dos a juego.
No, no le quedan bien. Por muy soldado que sea. Lo del escudo es otra cosa: es ingenioso, da juego en los combates contra los tipos malos (en los que hay que darse de leches como los hombres, a puñetazos), y, además, permite que los dibujantes se luzcan con posturitas muy efectivas. No es el discóbolo pero, sin duda, el Capitán América y su escudo son algo mítico, uno de esos aciertos insospechados que sobreviven al paso del tiempo.
Lo de la pistola, espero, no. Espero sinceramente que no sobreviva al paso del tiempo, porque ya no es que le quede mal al Capitán América en sí, sino a todo el universo Marvel. Y tengo unos cuantos argumentos para justificarlo, más convincentes que los precedentes a pesar de ser mucho menos lógicos. Al menos, eso es lo que creo.
El universo Marvel, como todo mundo de fantasía, tiene sus reglas absurdas que trasgreden la realidad, y es muy saludable. De hecho, es la gracia del asunto. Una de ellas es que las muertes van con cuentagotas. Los supertipos Marvel se pueden dar de leches hasta destruir una ciudad, pueden montar más explosiones que el Equipo A y pueden tirarse coches a la cabeza, pero tampoco pasa gran cosa. Esto es algo que cuela bien, seguramente por la costumbre, mientras se reduzca a tirarse trozos de atrezzo a la cabeza. Una vez se sacan las armas de verdad hay dos opciones: que no se acierte ni un tiro -lo que es muy socorrido con los malos- o que las balas den y cumplan el cometido para el que se fabricaron -lo que vale para tipos siniestros como el Castigador, la excepción que confirma la regla-.
De este modo, tenemos la opción de que el Capitán América no consiga dar un balazo a ningún supermalo de ahora en adelante, lo que sería muy triste, o que se convierta en un nuevo azote mortal para los criminales, lo que sería inquietante. La segunda opción me gusta poco (pues cuando uno lee cómics de superhéroes, no es novela negra lo que anda buscando), pero la primera me parece ridícula. ¿Es necesario que el Capitán América tenga ese horrible “defecto especial” de los G.I. Joe de los dibujos animados? ¿Tantas balas para no matar ni a un sólo tipo?
Los superhéroes tienen un lado absurdo, infantil, y es por ello que resultan tan agradables sus historias. Personajes memorables como Lobezno han sabido caminar por el límite entre lo razonable y lo agradable (poco sangriento ha resultado para ir armado con semejantes garras), por lo que podría confiar en los guionistas de la Casa de las Ideas, que por algo les llamarán así. Pero, lo reconozco, tengo mis dudas sobre el futuro del Capitán América.
Que nadie se lleve a engaño: me ha gustado tanto este superhéroe como otros totalmente opuestos, como el Vigilante de DC. A ése sí que le venían bien las pistolas, y no tenía inconveniente en usarlas como Dios manda. Y supongo que de ahí vienen mis inquietudes.
Tanto pedir cambios, y guiones móviles, y ahora que llega uno me da por inquietarme. La verdad es que clama al cielo y poca defensa tengo. Y aun así, ¿será el Capitán América el Capitán América, o quedará de él sólo el traje y un escudo tras el que esconderse un siniestro pistolero... O, peor aún, un fantoche que no acierta ni un tiro?
Lo siento, pero aquí tengo que llevarte la contraria...
Mi primera razón es histórica, ya que en los tiempos de la 2ª Guerra Mundial, cuando se creó al personaje, no era tan raro ver al Capi armado con una ametralladora pegando tiros a los Krauts. Esto se ha visto más aun en los recientes flashbacks sobre el Capi en la guerra (tanto de nuestro Capi como del de Ultimate), donde lo vemos mucho más como soldado que como superhéroe...
La ota razón es argumental. Quien siga las series Marvel actualmente sabrá que Steve Rogers, el verdadero Capitán América, murió tras el final de la Civil War, por lo que el tipo que se enfunda actualmente en la bandera es Bucky, su antiguo compañero infantil reciclado en asesino de la vieja Unión Soviética con el cerebro lavado. Cuando Bucky (recuerdos recuperados mediante) acepta convertirse en el nuevo Capitán América, tiene que hacer algunos cambios. Uno de ellos es un nuevo uniforme que es, en realidad, una armadura. El otro es la pistola. Estos cambios responden a que James Buchanan Barnes no es un supersoldado, ni mucho menos. No tiene superfuerza, superresistencia ni supercuración. Lo único que tiene es un brazo biónico (cortesía de la Madre Rusia primero y de Nick Furia, después) y su entrenamiento militar. No es de extrañar, pues, que este nuevo Capitán América recurra más a menudo a las armas de fuego, e incluso a los explosivos, que el otro. Aunque, eso sí, conserva el escudo, aunque reconoce que no es la mitad de bueno con él de lo que era Steve Rogers.
Lo de los tiros lo resuelven de un modo no del todo malo (aunque, siendo un nuevo Capitán, yo no vería mal que volase algunas cabezas de vez en cuando... en especial si es la de Modock con un bazooka...). Bucky lleva la pistola, hemos dicho, porque la necesita al no ser un verdadero superhombre, pero al mismo tiempo comprende la fuerza del símbolo y el legado que representa, por lo que sabe que no puede ponerse a volar cabezas a diestro y siniestro. Así pues, el uso que le da es sobretodo disuasorio y para distraer (ya que cualquier maloso se queda atónito al ver al Capi encañonándolo con una veretta) y también para incapacitar, pero nunca (o casi nunca) para matar. No es que falle (al contrario, Bucky es uno de los mejores tiradores que campan por el Universo Marvel, con el permiso de Frank Castle, claro...), sino que no quiere hacer ciertas cosas que sabe que Steve no aprobaría.
Por mi parte, creo que debería cepillarse algunos extras más, pero es malévolamente divertido ver al Capitán América volándoles las rodillas a la banda de sicarios de turno........
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