The Broken

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Cuando un espejo se rompe durante la cena de cumpleaños de John McVey, surge una tensión inexistente hasta ese momento, Al día siguiente, su hija Gina ve por la calle a una mujer idéntica a ella. Al seguirla a su apartamento encuentra una foto de su padre con esa otra mujer, un doble perfecto de sí misma.

Sinopsis

 

Gina McVey, joven radióloga de un importante hospital londinense, acude a la celebración del cumpleaños de su padre, John. Entre los invitados se encuentra su novio Stefan, su hermano Daniel y la novia de éste, Kate. Durante la cena, mientras charlan animadamente, un gran espejo de pared se hace añicos sin motivo aparente provocando entre los asistentes el brote de una tensión inexistente hasta ese momento.

 

Al día siguiente, de camino a casa, Gina cree ver en la calle a una mujer que guarda un asombroso parecido con ella. Sobrecogida, decide seguirla hasta su apartamento, donde, al encontrar la puerta abierta, descubrirá horrorizada una fotografía de su padre con esa otra mujer, un doble perfecto de sí misma. A partir de ese momento, la paranoia se apodera de ella y comenzará a dudar incluso de sus propios allegados.

 

Ficha Técnica

Dirección y guión: Sean Ellis

Países: Reino Unido y Francia

Año: 2008

Duración: 88'

Género: Terror

Intérpretes: Lena Headey (Gina McVey), Richard Jenkins (John McVey), Michelle Duncan (Kate Coleman), Asier Newman (Daniel McVey), Melvil Poupaud (Stefan Chambers), Ulrich Thomsen (Dr. Robert Zachman), Daren Elliott Holmes (Simon)

Producción: Lene Bausager y Sean Ellis

Música: Guy Farley

Fotografía: Angus Hudson

Montaje: Scott Thomas

Diseño de producción: Morgan Kennedy

Vestuario: Vicki Russell

Estreno en España: 27 Febrero 2009.

 

Crítica

 

Has vencido y me rindo.

Pero a partir de ahora tú también estás muerto; muerto para el Mundo, el Cielo y la Esperanza.

Existías en mí y en mi mente, y observa, gracias a esta imagen que es la tuya, hasta que punto te has matado a ti mismo.

Edgar Allan Poe

 

Con esta acertada cita, que nos pone en antecedentes de cuanto va a ocurrir en la película mucho más de lo que debiera, da comienzo The Broken, una película de terror quizá demasiado serio y poético, con una magistral fotografía que no dejará indiferente a los admiradores de este tipo de detalles. Escrita y dirigida por Sean Ellis, y protagonizada por Lena Headey, fue presentada en el Festival de Cine de Sundance de 2008 y ganó el premio a la mejor fotografía en el Festival de Cine de Sitges, resultando además nominada como mejor película. A pesar de estar catalogada dentro del género de terror, podría ser igualmente clasificada como psicothriller dependiendo de la interpretación y la orientación que cada espectador desee darle. La trama es compleja en su simplicidad, y como si de una película de David Lynch se tratara, existen elementos susceptibles de ser definidos a gusto del consumidor. Una primera advertencia: a aquéllos que les guste el terror de vísceras, sustos y sangre no encontrarán absolutamente nada en The Broken que llame su atención. No porque no contenga estos elementos, que los tiene, pero son meros recursos puntuales más al servicio de potenciar la comercialidad de la película que por necesidad argumental.

 

La escena inicial, el cumpleaños del padre, nos muestra un momento interpretativo en el que los actores nos exponen su faceta más distendida y natural, resultando completamente convincente. Por supuesto, el espectador curtido en mil películas de terror sabe que todo eso cambiará en cuestión de minutos y, en efecto, la tragedia no se hace esperar. El espejo que ha estado reflejando la alegre cena se quiebra en mil pedazos y es en ese momento cuando un elemento de naturaleza indeterminado y terriblemente perturbador es liberado y cae sobre todos ellos, que contemplan su imagen en la reflectante superficie rota. Podrían buscarse las semejanzas entre esta película y Reflejos (2008) o su versión original coreana El otro lado del espejo (2003) pero, a pesar de las evidentes coincidencias, la premisa principal sobre la que gira la película es otra muy distinta.

 

A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de la trama y el argumento.

 

 

"Pues aunque el olvido me ha dado la calma, no por eso ignoro que soy un extranjero; un extraño a este siglo y a todos los que aún son hombres. Esto es lo que supe desde que extendí mis dedos hacia esa cosa abominable surgida en aquel gran marco dorado; desde que extendí mis dedos y toqué una fría e inexorable superficie de pulido espejo."

Howard Phillips Lovecraft, El Extraño

 

The Broken no se basa en una criatura ajena a los protagonistas que emplea su imagen para intentar destruirlos sino que, partiendo de la premisa proporcionada por la cita inicial, es el propio sujeto el que se destruye a sí mismo. Para narrar esta historia, Sean Ellis emplea la figura del Doppleganger. En la tradición germánica, la contemplación del Dopplengänger señala la muerte cercana de aquél que le mira y eso es, según puede entenderse, lo que sucede en este caso. Y que nadie espere otra explicación más o menos esotérica, alienígena o mundana visionando atentamente la película, porque el director ha decidido no darla. A partir del momento de la rotura del espejo durante la cena de cumpleaños, toda esa naturalidad, distensión y familiaridad se convertirá en desconfianza, miedo y paranoia. Y no es para menos; todos los miembros de la familia reflejados en el espejo serán asaltados y asesinados por su doble, que ha surgido de su interior. Gina ya no puede estar segura de si la persona con la que está hablando es o no quien dice ser pero, como en las mejores películas del género, existen elementos para la sospecha. Esencialmente la carencia de emociones, siendo las afectivas las más notables por su ausencia al tratarse de personas con vínculos emotivos entre ellas.

 

Una de estas muertes en concreto, que homenajea al clásico Psicosis de Hitchcok, parece rodada únicamente para cumplir con la papeleta de sangre y horror propia del terror moderno y en contra del terror atmosférico y argumental que había estado conduciendo la película hasta ese momento. Y es que al igual que sucedía con la que quizá sea las obra maestra de Poe, La caída de la casa Usher, la verdadera protagonista de la película es la atmósfera oscura, fría, de pesadilla, con una gama cromática que oscila entre azul y el gris con contadas excepciones y que rodea toda la acción desde el fin de la cena que de forma tan agradable había comenzado. Este contraste entre lo que el espectador contempla al comienzo y el cómo, poco a poco, se va produciendo ese descenso hasta el más desquiciante y desolador de los finales, es donde se encuentra la clave de la película. La anterior obra del director, Cashback, fue originalmente un cortometraje que rodó en forma de película dado el éxito obtenido y, en esa misma línea, podría parecer que The Broken es un episodio de Más allá del límite hipertrofiado. Por supuesto, es comprensible esta opinión entre aquéllos que gustan del cine de terror con mayores dosis de acción y que suele ser lo habitual en el género.

Sin embargo, existe otra categoría dentro del terror, en el que uno de sus mayores representantes pudiera ser Sesión 9, para el que la lentitud del desarrollo de la trama está al servicio del efecto que quiere causar la película, no tratándose de ningún defecto. No obstante, no olvidemos que se trata de una película coproducida por Francia, país que se caracteriza por un cine lento en su desarrollo argumental y con una atmósfera densa. En este caso, además de esa impecable atmósfera, contamos con un reparto que cumple sobradamente lo que podría esperarse de él. Ninguno desentona, aunque destaca por encima de ellos Lena Headey (300) sobre la que recae el peso de la película y que no sólo sale airosa, sino más que dignamente del trance. A su atractivo natural hay que sumarle una gran capacidad interpretativa, sólo comparable a la de Richard Jenkins que, pese a sus breves apariciones, deja sentir su presencia en la película. Podría compararse, aunque en menor medida, a lo que sucedía con su actuación en la teleserie de culto A dos metros bajo tierra, en donde a pesar de estar su personaje fallecido desde el primer episodio de la primera temporada, su presencia es una constante en el corazón y en la mente tanto de los protagonistas como de los espectadores.

 

La sorpresa final es del todo previsible, tal y como antes había comentado con respecto a la escena inicial, para aquéllos aficionados a las películas del género. Sin embargo resulta inquietante ver cómo la suposición del avezado espectador se materializa al final del film. Y sin temor a equivocarme, me atrevería a decir que es un guiño a La noche de los cristales rotos (la protagonizada por Tom Berenger de 1991), del mismo modo en el que otros fragmentos son un guiño a algunas otras películas. Por ejemplo, la carencia de sentimientos de los seres del espejo parece un calco de las reacciones de las criaturas de La invasión de los ultracuerpos (Philip Kaufman, 1978) y que recordemos que es la puesta al día (sin el anticomunista politiqueo de trasfondo) de La invasión de los ladrones de cuerpos de Don Siegel del año 1956. En este caso es el mito del Dopplengänger el que parece proporcionar la única explicación plausible a la película, si es que el espectador desea encontrarle una. El Dopplengänger es una criatura cuyo nombre procede del alemán y se puede traducir como "el doble andante". Es el doble fantasmagórico de persona y con frecuencia nace como un desdoblamiento de la misma siendo la copia su aspecto maligno.

Los Dopplengänger han sido explotados en el terreno de la fantasía como criaturas con la capacidad de adoptar la forma de un ser vivo copiándolo hasta el más mínimo detalle. Generalmente las consecuencias de tratar con este ser, o simplemente mirarle a los ojos, son fatales (como sucede en este caso, cuando todos se contemplan en el espejo al comienzo de la película, al finalizar la escena de la celebración) Curiosamente, sin embargo, en el relato de Poe titulado William Wilson, del que está tomada la cita del comienzo de la película, el doble no se corresponde con el lado maligno del protagonista, sino que actúa como la voz de su conciencia. Según Lena Headey comentaba en una entrevista, la película, que no cuenta con excesivos efectos especiales, trata de centrarse más en los sentimientos y las emociones de los protagonistas. Dicha opinión no es del todo exacta, pero es un indicativo de las intenciones del director, Sean Ellis, que recuerda mucho en sus trabajos a los poetas y escritores del Romanticismo, para los que la belleza formal de la obra era mucho más importante que la obra en sí misma. Y aunque la original Cashback ya fue un ejemplo de esto, en The Broken resulta evidente e innegable.

 

Desde un punto de vista psicológico, existe un nombre para el aparente mal que sufre la protagonista, llamado "Síndrome de Capgras" que se definido como: "la idea delirante de que otras personas, normalmente muy cercanas al paciente, han sido reemplazadas por dobles exactos, que son impostores". El nombre de la enfermedad, relacionada con la pérdida del reconocimiento emocional de los rostros familiares, fue dado en honor de Jean Marie Joseph Capgras, psiquiatra francés que descubrió en 1923 la enfermedad a la que describió como la "ilusión de los dobles", en una mujer de setenta y cuatro años que afirmaba que su esposo había sido remplazado por un extraño.

 

¿Quién sabe? Puede que la anciana tuviese razón después de todo…

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Patapalo
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Ésta me la apunto. Yo soy uno de esos espectadores que disfrutaron enormemente con Sesión 9 y que, sin embargo, no se enganchan a las películas de vísceras, así que creo que ésta es mi tipo.

Un artículo francamente interesante. Un placer leerte.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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HPLovecraft
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Muchas gracias por el elogio al artículo, Patapalo. Espero poder seguir escribiendo artículos acerca de esas películas que, al igual que dicen de "La 2", son para una inmensa minoría. Debo decir que no llega a la excelente calidad argumental de "Sesión 9" (que sólo unos pocos hemos apreciado, por lo que he podido comprobar hasta el momento) pero la fotografía y la puesta en escena está mucho más cuidada que en la película de Brad Anderson.

Un cordial saludo desde algún lugar cercano a Providence.

La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.

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