Este sueño no es mío

Reseña del cuento ilustrado de Hernán Goñi, Florencia Bianchi y Marcelo Pérez, que resultó ganador de la XXVII edición del premio Apel·les Mestres y publicado por Destino Infantil

Resulta sorprendente la cantidad de ideas que se pueden encadenar en menos de treinta páginas (un par de folios de escritura real, de hecho) manteniendo una historia ágil y, al mismo tiempo, capaz de tocar incluso a los lectores más caprichosos: los pequeños.

A la fuerza ahorcan, me estoy convirtiendo en un experto en literatura infantil de primer tramo, ése que en muchas ocasiones requiere de alguien al lado para explicar qué pone al pie de las imágenes, y aunque en una primera aproximación pudiera parecer un género sencillo, es de los más complicados. Las historias tienen que ser asequibles, pero al mismo tiempo originales y atractivas. Ésta es, sin duda, de las mejores que he leído.

La trama resulta sorprendente por su proximidad a los pequeños lectores y por lo original, que, al mismo tiempo, es su planteamiento y su tratamiento. Cada página, de hecho, parece traer sorpresa. Todos soñamos, pero ¿qué contar sobre los sueños? En “Este sueño no es mío” nos encontramos con una auténtica tensión narrativa en la historia -cosa que suele fallar en las historias infantiles- y el lector quiere saber qué pasará al final -y no hablo sólo del lector que no sabe leer, sino del que le acompaña-.

Al mismo tiempo, es una historia para volver una y otra vez sobre ella, cosa que les encanta a los canijos, y plantea unos escenarios muy sugerentes (el sabio chino -que mi chico cree que es malo, seguramente por los bigotes; la fábrica de sueños; la jungla...) sobre los que el pequeño puede tejer sus propias historias.

El apartado gráfico ayuda mucho en este sentido, pues presenta una familia cercana a los nuevos lectores y unos personajes muy carismáticos, que atrapan con su propia imagen. En este sentido, cabe comentar que el diseño del propio cuento facilita su lectura -casi te dan la entonación- y capta muy bien la atención de los pequeños.

En definitiva, un trabajo de equipo que ha tenido el resultado ideal. Un premio muy merecido.

Autores

Hernán Goñi (Buenos Aires, Argentina, 1966) ha trabajado como redactor y director creativo en distintas agencias de publicidad en Argentina y España. Muchas de sus campañas han sido galardonadas tanto a nivel nacional (el Festival de San Sebastián, los Premios ONDAS y los Premios Club de Creativos de España) como internacionales (los festivales de Cannes, Nueva York, Londres y el Iberoamericano de Publicidad). En el poco tiempo libre que le dejan su agencia de publicidad y sus hijos Malena y Lucas, le gusta escribir cuentos que después les lee por las noches. Tiene varios proyectos terminados y está preparando el guión de un musical para niños.

Florencia Bianchi (Buenos Aires, Argentina, 1969) es maestra y coordinadora del Área de Educación Infantil en un centro educativo de Madrid. Sus conocimientos pedagógicos y su experiencia, que desempeñó también en su ciudad natal le han inspirado para iniciarse en la creación de literatura infantil.

Marcelo Pérez (Rosario, Argentina, 1962). Formado en la Escuela de Artes Visuales Manuel Belgrano, su experiencia laboral demuestra su gran versatilidad, que Moebius definió como “tener diez cabezas para una sola mano”: dibujante de cómic en revistas como Fierro, Skorpio, Lancio Story o L'Eternauta; publicidad con agencias como Saatchi&Saatchi, SCAF o Remo y para marcas como Coca-Cola, BMW, Telefónica o El Corte Inglés; colaboraciones en cine (Nexo y La hora fría) y televisión (serie de dibujos animados para la Fox); e ilustrador de libros de texto y novela juvenil, entre los que destacan Memorias de Idhún y Crónicas de la torre, de Laura Gallego. Actualmente prepara una serie de álbumes de cómic de ciencia ficción y varios proyectos de cuento infantil.

Sinopsis

Malena, una niña pequeña, empieza a tener sueños extraños, pero no entiende por qué...

Edición

Este sueño no es mío

Hernán Goñi, Florencia Bianchi y Marcelo Pérez

Destino Infantil, 2008

Cartoné

Una edición muy cuidada, en tapa dura y de buenas dimensiones, que permite tanto disfrutar los dibujos como que sea manejable para los pequeños lectores (o quienes les leen teniéndolos en el regazo). La calidad de las hojas es remarcable, pues son resistentes pero, al mismo tiempo, su acabado no perjudica a las ilustraciones.

Conclusiones

Me había dejado el libro en la mesa para poder consultar datos mientras escribo esta reseña. En cuanto lo ha visto mi chico, se lo ha llevado para “leérselo”. Por supuesto, no todos los niños tienen los mismos gustos, pero es una buena señal, qué duda cabe.

Encontrar un libro infantil que tenga una auténtica trama y una originalidad real es más complicado de lo que parece. Aquí se consiguen ambas cosas, lo que da como resultado una historia con mucho cuerpo pero a la vez asequible para los pequeños, que estimulará su imaginación abriendo una puerta en cada página. Sin duda, una lectura más que recomendable para los más pequeños de la casa, incluso para los que, como el mío, no saben leer todavía -al menos, palabras-.