Le llamamos Mente Enjambre porque necesitamos denominaciones para las cosas, porque así ciertos horrores parecen más asequibles. No obstante, no debemos olvidar que sólo es un nombre que hemos adjudicado a algo mucho más insondable y más terrible que una mente, a algo que guía a otro algo mucho más feroz e implacable que un simple enjambre.