Zatorre
Un relato muy melancólico y muy bonito, muy bien construido. Tiene unas cuantas ideas muy evocadoras y la combinación de las mismas es muy sugerente y efectiva. Al principio, pensaba que iba a encontrarme con una historia parecida a "La lluvia amarilla" de Llamazares, pero el viaje a la selva de los guaraníes le da una dimensión adicional muy interesante. El tratamiento de los fantasmas es muy ingenioso y creo que funciona muy bien. Por ese lado, sobresaliente.
La escritura en sí también me ha gustado mucho, aunque creo que alguna frase merecería un repaso para ganar fuerza y fluidez. Hay alguna repetición y algún detalle de puntuación que no te costará terminar de pulir. En cualquier caso, son cosas menores.
Muchas gracias por compartir este relato. Muy bueno.
Un relato muy sugerente, con un especialmente trabajado lenguaje literario en algunos momentos.
Buena ambientación, tanto en la recreación del vívido ambiente selvático como en las polvorientas descripciones del pueblo moribundo.
Creo que el resultado final es bastante redondo y equilibrado y el autor consigue un relato de categoría, en mi opinión; un 4,5 para mi gusto.
El tema de fondo, la herencia ancestral como carga autoimpuesta que nos impide avanzar, siempre me ha parecido muy interesante. Por eso me gusta especialmente el giro final, el motivo por el que los fantasmas "acosaban" al protagonista era justo lo contrario a lo que el "acosado" podía pensar: lo que querían de él era que los dejara ir, no que continuara cargando con ellos (con el pueblo entero, física y espiritualmente).
El acoso real, en forma de oligarquía eco-mafiosa, me parece más cogido por los pelos, menos original (quizá no hacía falta); aunque hay momentos muy buenos, al menos en lo formal (por ejemplo lo del grupo "Postreror" y lo de la "revalorización de residuos").
Bravo y suerte con el concurso.
Gran relato sobre, si se me permite la broma, un auténtico. Cazafantasmas.
Me encanta el planteamiento inicial y como resuelve el mismo en un final para el que nos has ido preparando paro que no deja de sorprender. Quizás sobra algún hilo argumental (la visita del abogado o las disquisiciones religiosas) no por inapropiadas si no por cortar el ritmo tan particular que tiene el relato y que es otro de sus puntos fuertes (aunque algún salto espacio-temporal me despistó)
Estupenda prosa, medida y adecuada y una ambientación bárbara.
Mi nota es 4,75.
¿Qué es eso que tienes en el hombro?
«Los hombres sin hueso» y la casilla del abuelo.
Lo+
Creo que todo: el título, la trama, los personajes, el ambiente, las especias brasileiras, el narrador...
Lo-
Por poner pegas, algunas frases de construcción que se me ha hecho algo extraña, como «Tenía que seguir atendiendo». El acoso de la empresa del vertedero, personalmente, lo cambiaría para que fuese un poco menos… errr… ¿visto? Ojo, no el concepto en sí, que lo veo necesario, sino su forma de meterse en el relato.
Unos «petas do Brasil» para ver:
★★★★½
Estadísticas:
Palabras : 2914
Matrices : 16.531
Caracteres : 13.696
Letras : 13.242
Párrafos : 102
Sílabas : 5754
Frases : 203
Szigriszt1993: 69
Perspicuidad : Bastante fácil
¡Repetido!
Un relato en el que me ha costado entrar, sobre todo por un párrafo inicial repleto de información, pero que he seguido con más y más interés.
Repleto de fantasmas, pérdida del pasado y nostalgia, el ritmo está muy medido y se agradece esa sensación de no saber qué pasará a continuación.
Felicidades por el relato y gracias por compartirlo.
Cuatro estrellas.
Un relato portentoso, con una ambientación inmejorable y un envidiable manejo léxico. La historia de fantasmas es muy original, y el protagonista transmite de forma excelente esa mezcla de responsabilidad y cansancio por su carga. Me ha parecido un gran trabajo. Mi enhorabuena de entrada.
El punto que me ha convencido un poco menos creo que responde a gustos personales, y es que los saltos de escenario que se producen, y el mimo que se le dedica a cada párrafo, hacen que en algunos momentos el ritmo se resienta y, personalmente (insisto), prefiero la sensación de que el relato me arrastra con él que el de tener que empujarlo yo.
En cualquier caso, felicidades.
4,5 estrellas.
Se me queda una sensación agridulce, porque creo que hay dos historias potentes en este relato, pero que al mezclarse han perdido fuerza y dejan muchos interrogantes. Una es la historia de Zatorre, un caserón llenito de fantasmas que rodean y atormentan a su huésped. Esto por sí solo ya podría componer un relato, sin embargo se me va deshinchando porque en el final el protagonista deja de tener protagonismo, la casa arde sin su intervención (aunque el lector le eche buena voluntad y haga coincidir los rayos, no sería cosa suya) y ni siquiera nos cuenta él el desenlace, aparece una prima que no conocíamos para finalizar el cuento. Por otro lado está la historia de la tribu amazónica, que con su exotismo acaba por sepultar a Zatorre y pilla impulso como para sostener un relato por sí sola ya que no necesitaría la excusa de la mansión; el fotógrafo que arrastra fantasmas y busca la cura del chamán, es una imagen potentísima que se hubiera bastado sola. Porque, de todas formas, ni en una ni en otra parte del relato se explica el origen, el porqué el protagonista tiene esa capacidad.
Cosas a corregir:
Soniquetes molestos como “ lo abandonaba a su suerte, siempre con miedo a volver y encontrarlo expoliado o herido de muerte por las fuertes tormentas” o “ el relevado mostraba al abogado acosado” (*debería ser revelado)
Frases con un orden peculiar: “Y a su hermano con un gorro de lana, desaparecido en una cumbre a más de ocho mil metros de altura, acercándose a él y señalándole el jardín retándole a una carrera en la piscina.” Creo que sería más correcto: Y a su hermano, desaparecido en una cumbre a más de ocho mil metros de altura, acercándose a él con un gorro de lana y señalando el jardín retándole a una carrera en la piscina. O como “Le explicaré lo que el grupo inversor que represento hará para conseguir lo que quiere.” que debería ser: Le explicaré lo que hará el grupo inversor que represento para conseguir lo que quiere.
La parte que empieza “Como un vientre enfermo...” creo que es excesiva. Es de esos trozos que sirven más para el disfrute del autor y despliegue de su estilo, que para aportar datos necesarios para que avance la historia. Solo hay que compararlo con la parte que le sigue para ver la descompensación.
Gracias por compartir y suerte.
*La colleja es para las veces que una palabra que desconocía me ha sacado de la lectura.
Pero qué preciosidad. Y lo digo así, sin más. Este relato me convence de que, si bien puedo ser capaz de escribir muy de vez en cuando cuentos interesantes o espeluznantes, nunca llegaré a crear algo tan bonito.
Me gusta la historia que se cuenta, los escenarios planteados, la manera sutil y progresiva de perfilar a Santi y, sobre todo, la prosa, muy trabajada sin llegar a estar recargada.
Coincido con Jane en que quizás los dos escenarios tan distintos y a la vez exóticos a su manera compiten entre ellos y llegan a ahogarse, pero creo que es una cuestión menor porque el escenario principal ―Zatorre, que no es solo el escenario principal, sino protagonista claro de la historia― siempre está presente, no se permite que el lector lo olvide.
A menudo en los relatos de monstruos se intenta humanizar a las criaturas, hacer que el lector se encariñe con ellas en lugar de temerlas. En este relato, esto se logra de forma notable, ya que los fantasmas son en cierto modo entrañable, afables… pero no por ello dejan de resultar espeluznantes.
Ojo a ciertas frases, hay cosas algo feas, sobre todo en palabras que se repiten. Además de las que ha señalado Jane, he visto:
Desde que había vuelto de Brasil, cada foto que tiraba por encima del hombro revelaba el mismo resultado. Daba igual el fondo, la luz o el enfoque. Su padre encaraba el objetivo, anhelante, queriendo decir algo. Su madre, siempre tan pragmática y cariñosa como la recordaba, parecía querer recogerlo en sus brazos. Su hermano, un grandullón visceral siempre a punto de estallar, miraba al objetivo con la sonrisa del amor más sincero.
Santi estaba más acostumbrado a ser testigo y a preguntar que a responderse a sí mismo. Siempre parco en palabras, se escondía detrás del objetivo para sacar de la realidad la verdad más pura.
Repetir palabras muy seguidas se puede llegar a perdonar, pero en un listado queda especialmente mal.
Otro caso:
(...) y los jardines se convertían en el campo de juegos de habitantes inesperados.
Único habitante de un pueblo abandonado dominado por el caserón de Zatorre, (...)
Aquí, además de quedar fea la repetición, genera confusión. Si Santi es el habitante inesperado, ¿cómo puede haber otros? A ver, que se entiende perfectamente, pero obliga al lector a pararse y pensar.
El rito de desprendimiento al que se sometió, según el chamán de la tribu arrastraba una carga de la que debía desprenderse, no salió bien y, desde entonces, veía a sus padres en el salón de casa, todavía jóvenes, como la última vez que los vio con vida.
Uf, uf. Esta sí me costó entenderla. Creo que el inciso que resalto debería ir mejor entre paréntesis o guiones (a mí me gustan mças estos últimos) o, incluso, dada la importancia de este párrafo, separar la oración en dos.
El chamán le miraba por encima del hombre y al infinito.
Aparte del leísmo (que está aceptado, pero con el verbo mirar a mí me chirría mucho), la frase queda rara. En realidad, no puede mirar a la vez a Santi y al infinito por encima del nombre de Santi. Lo simplificaría a El chamán miraba al infinito por encima de su hombro, por ejemplo.
Parece que me pongo muy estricto con las correcciones, pero precisamente hago tantas porque creo que un relato con una prosa tan deliciosa merecería quizás dos o tres lecturas en voz alta para pulir estas aristas.
Puntúo ya cuando termine de leer todos.
Y ya como curiosidad, el diccionario de la RAE recoge tembetá, por lo que no debería irr en cursvia (no me las doy de listo, es que no tenía ni idea de qué es un tembetá y lo tuve que buscar).
*La colleja es para las veces que una palabra que desconocía me ha sacado de la lectura.
Cierto. ¿Por qué se ha pasado de moda lo de poner una nota a pie de página para ayudar a los lectores? Cada vez lo veo menos. Creo que se asume que todos tenemos Internet a mano (en el Kindle esto es una gozada), pero a mí también me saca un poco de la lectura.
Cuento que se cocina sin ninguna prisa y que organiza la información de manera inteligente para entrelazar dos realidades distintas en un mismo hilo. Excelente a nivel ortográfico y rico en vocabulario, aunque a veces las palabras rimbombantes no llegan como quien no quiere la cosa, como si el propio relato fuese una excusa para ellas y no al revés.
La historia se entiende de forma muy clara en lo que acaba siendo un camino de liberación. El peso de una estirpe. Una duda me vino sobre el desenlace. La cuestión es que en realidad, si los fantasmas querían de alguna manera que Santi se desprendiera de todo, que en definitiva la casa desapareciera y con ello la carga que esto suponía, entonces bien valía que el abogado se saliera con la suya. Entiendo la resistencia de Santi, que aún no había tenido ese despertar espiritual que consigue con chaman de por medio, pero ¿por qué los fantasmas tirarían del abogado (foto)? Si el grupo Postreror iba a tirar todo abajo para hacer un vertedero, al final hubiese sido lo mismo, hubieran ganado también los fantasmas. Es decir, los fantasmas se habrían salido con la suya, la liberación de Santi. Creo que la eliminación de este detalle (que los fantasmas no tiren del abogado) reforzaría la idea final.
4.5
Esta forma de exponer los relatos y leer los comentarios está siendo muy interesante. Es sorprendente lo que son capaces de intuir los lectores y lo que a mí se me escapa.
Respondiendo a varios comentarios, diré que efectivamente el relato original era muchísimo más largo, casi una novela, por eso se ha colado el grupo Postreror.
Porque, de todas formas, ni en una ni en otra parte del relato se explica el origen, el porqué el protagonista tiene esa capacidad.
Jane, al principio del cuento se explica que el protagonista, ya con el peso de cuidar de unas ruinas y de ser el último de su familia, viaja a la selva y tras la ceremonia en el poblado indígena, empieza a ver los fantasmas:
El rito de desprendimiento al que se sometió, según el chamán de la tribu arrastraba una carga de la que debía desprenderse, no salió bien y, desde entonces, veía a sus padres en el salón de casa.
Reconozco los ripios involuntarios y las repeticiones. Y no son por faltas de revisión, porque los he revisado y revisado hasta la saciedad. Mi dislexia, con los años más patente, me está pasando factura. Estoy empezando a usar un programa que reconoce estos defectos, pero todavía no lo uso con todos.
Lo del tembetá me ha dejado a cuadros, juraría que la última vez que lo busqué no aparecía. Yo la aprendí en Brasil hace un montón de años.
Lo de las frases con orden peculiar que también apunta Jane Eyre, me hace mucha gracia, porque es verdad. Me pasa en el trabajo y hablando, creo que mi cabeza funciona al revés.
Muchas gracias por los comentarios.
Una gran historia de fantasmas, con una idea muy potente y muy bien desarrollada, aunque hay algo que no me ha hecho disfrutarla del todo y no logro adivinar qué es, pero que me ha creado cierta sensación de incomodidad, quizás esos saltos entre escenas; quizás es que, en las partes que transcurren en la selva había palabras en idioma indígena que yo desconocía y me ponían "zancadillas" en la lectura; pero como digo, no lo sé.
De todos modos debo decir que es envidiable en cuanto a la prosa utilizada.
Por cierto, que eso de gente que arrastra tras de sí espíritus, o sus propios pecados trasmutados en formas físicas, creo que es una creencia muy propia de muchas culturas chamánicas.
4,25 estrellas.
Las descripciones de la decadencia del pueblo y del caserón son de quitarse el sombrero. Magníficas. La forma en la que el protagonista convive con esa carga fantasmal, la melancolía, la soledad… Todo muy conseguido. Solo me ha sacado un poco de esa sensación la aparición conveniente y repentina de esa prima lejana. También hay un “relevado” que debería ser “revelado”. Gran relato.
4,5 estrellas.
Uno de mis relatos preferidos en los que llevo leído. Me ha encantado esa cola de fantasmas que arrastra el protagonista, en el sentido literal y en el metafórico que es lo que le da esa trascendencia especial al relato.
Como pegas quizás el uso de algunas palabras desconocidas que me entorpecían la experiencia y la sensación de saltar entre escenas.
4,5 estrellas
Buen relato, coincido en lo más general, y también he tenido la sensación de que a pesar de todo lo bueno, hay algo que no me acaba de cuadrar.
Tres estrellas y media: ***'
Puntuación: 5 estrellas. Una pasada de relato, uno de los tres que más me han gustado de todos. Venga, me voy a mojar: mi favorito. Mil gracias de nuevo por compartirlo.
Puntuación: 5 estrellas. Una pasada de relato, uno de los tres que más me han gustado de todos. Venga, me voy a mojar: mi favorito. Mil gracias de nuevo por compartirlo.
Gracias, Curro. Muchas gracias por tus palabras. Eso anima un montón.
Lamento no haber comentado más relatos, pero entre las vacaciones y los viajes de trabajo he estado muy desconectado.
Relato admitido a concurso.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.