[Un plató de televisión. Una periodista a un lado de la mesa. Un invitado al otro lado de la mesa. Al lado, en pie, una figura humanoide de arcilla.]
Periodista [mira a cámara]: Buenas noches y bienvenidos a una nueva edición de Informe Dominical. La responsabilidad de esta cadena como medio de comunicación público nos ha obligado, como no podría ser de otra manera, a cubrir la noticia de esta semana con un programa especial. Hablamos, claro está, de la escultura viviente que nos acompaña en plató, lo que la prensa ya se ha encargado de bautizar como el gólem, y cuyo responsable no es otro que el rabí Benjamín Benasuli.
»Buenas noches, rabino y gracias por concedernos el privilegio de esta entrevista en primicia.
Benjamín Benasuli: Buenas noches a usted también.
P: Debo reconocer que el colectivo de periodistas, entre los cuales nos incluimos los profesionales de esta casa, pusimos en cuestión la veracidad de esas primeras informaciones que apuntaban a la capacidad de animar materia inerte, en otras palabras, la existencia real de magia. No solo nosotros, por supuesto, pero una vez que el grupo de expertos designados por la comunidad científica ha aceptado el empirismo de las pruebas que usted aporta…
[La creación gira la cabeza y apunta a cámara con dos cuencas vacías.]
»Ver para creer, como se suele decir...
»Para que logremos entenderlo, y para aquellos que aún se mantienen escépticos, ¿podría explicar el proceso mediante la cual ha logrado que esa figura de barro que le acompaña cobre vida?
BB: Bueno, en primer lugar, quiero dejar claro que no soy un pionero. Me he limitado a aplicar algunos de los conocimientos místicos de la cábala, algo que ya habían logrado con anterioridad otros rabinos en Europa. En cuanto a la pregunta en cuestión, mucho me temo que para comprenderlo se precisa una amplia base de conocimiento y no únicamente de la Torá. ¿Ha leído usted a Tritemio?
P: ¿A Tritemio?
BB: Sí
P: No, creo que no.
BB: Pues es fundamental.
P: Deduzco por sus palabras que desarrollar la explicación nos llevaría algo más de tiempo del que disponemos en el programa.
BB: En mi caso apenas fueron necesarias dos décadas de estudio.
P: Entiendo. Se han barajado esta semana todo tipo de especulaciones. Como comprenderá hay un sinfín de preguntas que todos nos hacemos. Dígame, ¿qué le ha empujado a hacer público este conocimiento oculto?
BB: No fue una decisión sencilla, desde luego. Se deriva de un principio genuino de conservación. La motivación principal es contribuir a proteger la vida, la obra suprema de Dios; erradicar de una vez y para siempre las crisis humanitarias o medioambientales; el hambre y las guerras. En definitiva: una solución global para el planeta.
P: ¿Puede desarrollar este planteamiento?
BB: Sin duda. La creación que aquí me acompaña es una herramienta perfecta para el fin que planteo.
»El gólem no come; no duerme; no muere, a no ser que se pretenda terminar con él; posee una fuerza descomunal; es capaz de arar, sembrar y cosechar; puede levantar construcciones sin descanso…
»Imagínelo como un autómata capaz de realizar cualquier tarea sencilla que le sea asignada. Y sin generar residuo alguno. Su creación requirió de unos pocos quilos de barro y un sencillo proceso ritual que pude llevar a cabo en algo menos de un minuto. Una nueva esperanza de futuro se abre al mundo.
P: ¿Entiendo por sus palabras que plantea una fabricación en serie de estos «servidores públicos»?
BB: Eficientes servidores públicos.
P: ¿Tan insalvable es el rumbo que ha tomado el mundo que seríamos incapaces de enderezarlo sin esa ayuda?
BB: Lo es. La temperatura del planeta asciende vertiginosamente a causa del uso indiscriminado de combustibles fósiles y por los sistemas intensivos de producción. La población crece descontroladamente en los países pobres, aumentando de forma exponencial la brecha de la desigualdad. Las epidemias han dejado paso a las pandemias. La reaparición del extremismo en numerosos países…
P: Es una perspectiva ciertamente pesimista.
BB: Y pese a todo, real.
P: Cuando menciona el extremismo, ¿se refiere, por ejemplo, al auge de la extrema derecha en Europa?
BB: Me refiero a cualquier tipo de opción de gobierno que se sustente en el odio. A mis abuelos los concentraron en un gueto a las afueras de Praga, ¿sabe? Tras la ocupación alemana, empezó el acoso contra el pueblo judío: los niños como mi padre fueron expulsados de la escuela; después vinieron las sinagogas incendiadas, los ataques en plena calle por parte de grupos fascistas… Pero la peor consecuencia de la guerra estaría aún por llegar: el hambre. La desesperación rugía por entonces en las entrañas del gueto. Mi abuela deambulaba por las calles en busca de recetas que cualquiera pudiera regalar y las leía por las noches a sus hijos con la esperanza de que, si soñaban con comida, los famélicos cuerpos combatirían un día más. Un día su cuerpo dejó de soñar. Los que no sucumbieron de inanición en esos terribles meses lo hicieron poco después en las marchas de la muerte. Sin duda, esto no es más que una pequeña pincelada de las atrocidades de las que es capaz el ser humano...
P: ¿Cree que podría volver a repetirse algo semejante?
BB: Creo que se repite a diario. ¿Cuántas personas mueren con pulmones encharcados de agua por intentar alcanzar las costas de la vieja Europa? Están a la vista, aunque la mayoría prefiere apartar la mirada.
P: Sus declaraciones desde luego no están dejando indiferente a nadie. Por redes sociales vemos que ya se han pronunciado representantes de las patronales expresando su temor a que se establezca un marco de competencia desleal con los gólems. Por otro lado, los sindicatos hablan de la destrucción de millones de puestos de trabajos y de las consecuencias devastadoras que podría tener para las familias. Tanto el gobierno como la oposición no se han pronunciado todavía al respecto, entendemos que a la espera de ver qué postura sostiene el Consejo Europeo cuando se reúna próximamente. ¿Cómo se define políticamente?
BB: Le aseguro que es algo que no me interesa en absoluto. Soy un Mequbbāl, un estudioso de la cábala. No malgastaría nunca mi tiempo en un asunto tan inescrutable e infértil como la política.
P: Pero lo que plantea necesariamente precisa de gestión y por tanto de un modelo político. ¡Y a nivel global, nada más y nada menos!
BB: Más que gestión, precisa supervisión. Pero no hay motivos para preocuparse. No estaría hoy aquí haciendo este anuncio si no hubiese una solución al respecto.
P: ¿Qué quiere decir exactamente?
BB: Mire, al concluir la segunda guerra mundial, hablo antes de que se fundara el estado de Israel, fueron muchos los que optaron por reencontrarse con los familiares que habían logrado huir estableciéndose en América, Argentina, Reino Unido… Así que mi pueblo puede garantizar que llevará a cabo de manera eficiente y controlada esta tarea en cualquier país.
P: ¿Debo entender por sus palabras, corríjame si me equivoco, que serían únicamente judíos los que tendrían la capacidad de «programar» a los gólems, si se permite el anacronismo?
BB: Sin duda.
P: ¿Y no podría considerarse un privilegio o una discriminatorio para el resto de la población si lo prefiere?
[Silencio. El rabí mira fijamente a la periodista.]
BB: Considérelo una patente, entonces. Puedo entender que haya personas a las que les resulte intolerable algo así. A mí me resulta intolerable que en Angola mueran por no tener acceso a la vacuna de la malaria o que haya niños esclavizados en talleres clandestinos de Bangladesh confeccionando la ropa de cada nueva temporada.
P: De todas maneras, rabí, debe reconocer la seria controversia que provoca, quiero decir… ¿Qué ocurriría si mañana ordenase a un ejército de gólems invadir un país o derrocar un gobierno?
BB: Que lo harían con absoluta eficiencia y sin oposición. Ya le he dicho que un gólem solo muere si se pretende acabar con él… y si se conoce cómo hacerlo, sin duda; de otra manera, la creación es indestructible. Nos hemos asegurado de que los errores cometidos en el pasado no vuelvan a sucederse. Mi pueblo no estuvo preparado entonces, pero sí lo estamos ahora. Disponemos ya de algo más de diez mil unidades fabricadas.
P: ¿Me está diciendo que llevan fabricados más de diez mil gólems en el mundo?
BB: No, no, me refería únicamente en Europa. Vamos por detrás de otros continentes, pero esperamos mejorar la producción en los próximos meses.
P: Pero…
BB: Vuelvo a reiterarle que no hay motivos para preocuparse, todo lo contrario. Puedo asegurarle a usted y a sus telespectadores que a partir de ahora las cosas van a ir mucho mejor en el mundo.
[El invitado gira la cabeza en dirección a la figura.]
»¿Verdad?
[El rostro de la creación se retuerce de manera grotesca perfilando una sonrisa sardónica.]
Relato admitido a concurso.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.