Gólems, maldiciones y DVD

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El burro
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GÓLEMS, MALDICIONES Y DVD

¡La qué se ha liado! ¡Y todo por el puñetero concursito de marras! Qué además he vuelto a perder… ¡con lo bien que empecé!

¿Qué  a que concurso me refiero? ¡Pues al Gólem d’Or, claro está! ¿Cómo, qué no lo conoce? ¡Pero si es famosísimo! ¡El evento estrella de la Feria Esotérica de Madrid! En fin, será mejor que empiece de cero.

Yo soy competitivo. En todo lo que participo voy a ganar. En los campeonatos de futbol escolares, en las clases, en las partidas de rol con los colegas… claro que el único gol que marqué fue en propia meta, nunca pase del cinco pelón y mis personajes  caían a la primera tirada de dados. Sí, soy un patán, pero competitivo.

Por eso, cuando por error cayó en mis manos el panfleto de la Feria Esotérica, quise participar. La destinataria era doña Úrsula, mi vecina. Una bruja en toda la extensión de la palabra, toda vestida de negro, dueña de un gato negro y con el humor más negro que he conocido. Cuando vio la carta abierta, me miro con enojo y gruñó:

— ¿En qué especie de batracio desea ser convertido? ¿Rana ridibunda? ¿Bufo bufo? ¿Bufo calamita?

— ¿Ein? —respondí  haciendo gala de mis profundos conocimientos zoológicos.

— ¡Qué voy a convertirte en sapo, alcornoque!

—Mujer, no se ponga así. Recuerde cuando estuvo enferma y le traje sopa.

—Me dio diarrea.

—-Le cuidé al gato en vacaciones.

—Es gata. Y me la devolvió preñada y con pulgas.

—Oiga, sea buena. Solo quiero participar en el concurso ese de los gollums.

—Gólems—corrigió ella— ¿Quieres participar y no sabe ni como se llaman? Vaya, vaya… esa maldición que me ahorro, porque tengo la convicción de que el concurso y su vida se unirán de modo indisoluble. ¿Qué sabes de la Cábala?

—Qué era húngaro y jugó en el Barça.

—Te dejaré un libro.

Me entregó un grueso volumen llamado “Tratado avanzado de creación de constructos animados”. Se lo devolví dos días después, sin haber pasado del tercer párrafo. Me presto otro llamado “El arte de construir un gólem: nociones elementales de animación cabalística”. Traía muchos dibujos y esquemas. Seguía sin entender ni jota, y tampoco de “Construir gólems en 10 lecciones”. Al fin me dejó uno que fue mi biblia en mis primeros pasos en la golémica: “Pippo y el fantástico mundo de los gólems”. Ilustrado y clarito.

Con esos rudimentos me dispuse  a fabricar mi primer gólem. Baje al bazar de la esquina y le dije al dependiente chino:

—Quiero arcilla de modelar.

—Tercer pasillo izquierda.

—Allí hay seis paquetes, necesito más. Unos doscientos más.

—Tú tienes muchos niños, ¿no? —respondió el chino con asombro. A la semana tenía el barro. Ahora, solo tenía que esculpirlo y darle vida.

¿Solo? ¡Ja! ¿Ustedes han probado a esculpir cien kilos de barro? ¡Es dificilísimo! Mis primeros intentos fueron un  churro. Literalmente. Empezaba a valorar la posibilidad de presenta un gólem-churro cuando encontré una colección en DVD llamada ”Aprende a esculpir con Tamara”. Desde luego , esa chica tiene arte. En el tercer volumen ya modelaba la arcilla como un alfarero, esculpía con una energía digna de Miguel Ángel y forjaba el bronce como quien pela patatas. Pero yo lo único que lograba era churros vagamente humanoides. Cuando logré crear un bípedo con cierto parecido a un hombre quedaban tres horas para  el cierre de la inscripción. Cargué a Celedonio en la furgoneta y llegué a IFEMA a tiempo.

Dejé al trasto alineado junto al resto y me dispuse a afrontar la fase previa .La primera prueba era muy sencilla: llamar a tu gólem y que este acudiese. Mi creación tenía una programación cabalística muy simple pero para aquel reto debía bastar. Metí la orden en su boca y me fui a mí puesto donde, a la señal de inicio, llamé:

—¡Celedonio! ¡Aquí!

El humanoide abrió los ojos y con voz ronca dijo:

—Papaaaaaaaá…

No dio ni un paso. Antes de acabar su primera palabra se estrelló contra el suelo, repartiendo barro por medio pabellón. Yo miraba atónito. Un juez se acercó, me entrego una escoba y dijo:

—Eliminado. La próxima vez póngale rodillas.

Doña Úrsula se partía de risa cuando se lo contaba. Se ofreció a explicarme algunos conceptos básicos pero me negué. Uno tiene su orgullo.

Al siguiente año me decidí por un gólem metálico. De acero pulido, con servomotores, telémetro laser, frenos hidráulico y controladora arduino. No tenía ni idea de programar pero, por suerte, encontré unos DVD titulados “Aprende a construir androides y autómatas con Tamara”. Me quedó un cacharro espectacular, mal está que lo diga. Por eso me quedé de piedra cuando el juez puso una escarapela roja en la frente de Brutus.

— ¿Descalificado? ¿Por qué?

—Señor, esto es un concurso de gólems y usted presenta un robot.

— ¡Protesto!

—Léase las bases.

De nuevo volví a casa derrotado y encima tuve que soportar el pitorreo de Doña Úrsula, que se ofreció a darme algunas clases de cabalística. Esta vez acepte y me fueron muy útiles en mi tercer proyecto, Celedonio II, hecho de arcilla y con rodillas.

Llegamos al IFEMA  y pasamos la fase previa con suficiencia. La primera ronda ese año era un duelo de originalidad. Mi rival presentó un gólem a base de ristras de ajos trenzadas que tocaba el ukelele mientras recitaba “The Rime of the Ancient Mariner”. El mío contaba hasta diez y eso saltándose el tres y el ocho. Derrota total.

Al año siguiente probé con un gólem de porcelana. Me quedó precioso, parecía una figurita de Lladró, solo que de dos metros y doce centímetros de altura y doscientos kilos de peso. Me costó un fortunón, pero Paco y Pepe, compañeros de infortunio me dijeron: “tío, este año ganas”. Todo iba sobre ruedas hasta que fue sobre ruedas literalmente. Cuando estaba desembalando a Leonardo pisé la plataforma con ruedas que usaba para moverlo  y salí disparado con mi gólem abrazado. Recto hacia el estrado donde el presidente de IFEMA iba a pronunciar unas palabras.

-¡Horror! —fueron esas palabras antes de que yo y Leonardo le lanzásemos por el aire a él, el estrado y al presidente de la Real Federación de Gólems y Monstruos.  Cuando emergí del montón de cachitos de porcelana, el jurado al completo me esperaba para descalificarme.

A mi vecina la bruja se la había llevado por delante una neumonía por lo que esa ocasión creía que me libraría de sus chanzas. ¡Qué va! Sobre la mesa del salón un tablero de guija me esperaba. En cuanto me acerque, el vaso situado sobre el tablero se desplazó al signo de interrogación.

— ¡Mal! —respondí. Y le relaté mi participación. Cuando  concluí, el vaso se desplazó varias veces mientras yo leía en voz alta —. J-A-J-A-J-A

¡Maldita bruja! Ni la muerte la privaba de reírse a mi costa. Se iba a enterar. Iba a ganar el concurso costase lo que costase.

Los años siguientes probé con gólems construidos con alimentos, que estaban muy de moda. El primero con queso. Mi casa olía a calcetín, los vecinos me denunciaron pero Gruyere, mi gólem, tenía un aspecto increíble. La prueba de originalidad la superé de calle. La siguiente prueba se celebraría a la mañana siguiente y yo, confiado, dejé al coloso lácteo en su pedestal. Al día siguiente no quedaba  nada de él. Resulta que IFEMA tenía una plaga de ratones. Pensé en quejarme pero el presidente, aun achacoso del trompazo del año anterior huyó al verme aparecer. Descalificado por falta de gólem.

Después vino Kiko, mi creación a base de mazorcas de maíz. Por si las moscas lo rocié de matarratas. Pero tuve la mala suerte de colocarlo al lado de una salida de aire caliente del sistema de calefacción. En tres minutos mi gólem era un inmenso montón de palomitas venenosas. Nueva descalificación y de nuevo pitorreo en la guija.

— ¡No le veo la gracia!

—P-U-E-S-LA-T-I-E-N-E.

— ¡Ese concurso es una maldición!

—P-O-R-F-I-N-L-O-E-N-T-I-E-N-D-E-S.

Estaba demasiado deprimido para responder .Cogí la guija y la guarde en un armario. Cuando volví al salón me encontré al espectro de doña Úrsula sentada frente a mí.

— ¡Menudo grosero estás hecho!

—Mire doña Úrsula, hoy no estoy de humor. Diga lo que tenga que decir y váyase.

—Venga Octavio, no lo pagues conmigo. Tú abriste una carta ajena y cargaste con una maldición que me tenía como objetivo.

—Así que estoy maldito ¿no?

—Claro. ¿Cuánto hace que no sales con amigos? ¿Qué no te llaman? ¿Qué no lees un libro que no sea de golémica? ¿Qué no ligas?

Tenía razón. De hecho era aún peor: había perdido mi empleo y mis hermanas creían que estaba como unas maracas. El fantasma continuó.

—Y piénsalo, con las que has montado ¿cómo es que te dejan seguir participando?

— ¿Cómo me libro del hechizo?

—Ganando. Lo cual es casi imposible. ¿Has visto el palmarés del concurso? ¿No? Pues míralo.

Con desgana miré la tablet y me metí en la página del concurso. Miré la edición de ese año. Desierto. Y el anterior, igual. Una lista de años y la palabra desierto al lado llenaba la pantalla. Seguí bajando hasta 1987. Allí figuraba el último ganador: Úrsula Pancorbo.

—Esa soy yo —dijo la bruja—.Fue la última edición normal del concurso. Después cambió la dirección y empezaron las maldiciones. Una conspiración de la Real Federación de Gólems y Monstruos  para librarse de las brujas no federadas. No soportan a las mujeres independientes y como los suyos no ganaban, pues no ganaría nadie.

—Pues lo tengo claro.

—Escucha Octavio, la clave está en destruir el concurso o ganarlo. O hacer ambas cosas a la vez. Haz lo que mejor sabes hacer: siembra el caos, que los  jueces se vuelvan locos.

Doña Úrsula comenzó a desvanecerse.

— ¡Pero quédese y écheme una mano!

—Adiós Octavio —respondió ella, translúcida—. Nos vemos en un año. Suerte.

¡La iba a necesitar! Lo primero era el material. Necesitaba uno moldeable, flexible y, por encima de todo, barato. Elegí el papel. Y claro, me di cuenta que no tenía ni idea de trabajar con él. Por suerte localice una colección en DVD llamada “El arte del Origami es fácil con Tamara”. Por material no iba a ser: revistas del corazón, periódicos deportivos  y hasta el recordatorio de comunión de mi sobrino. Lolo no resultaba tan imponente como sus predecesores pero funcionaba. Probé a escribir una instrucción y metérsela en la boca, una de las pruebas que exigen en el concurso. “Baila” y el gólem se marcó una coreografía a lo Michael Jackson bastante buena.

Rumbo a IFEMA, iba hecho un manojo de nervios. ¿Sería este año el de mi triunfo? Al llegar me recibieron los habituales grupos religiosos que me pedían que no entrase a ese antro de brujos satánicos, tomé la biblia que me ofrecían y pase al interior  del recinto, donde salude a Paco y Pepe, que este año traían gólems impresionantes. 

El de Paco era un gólem de madera, inspirado en el Siglo de Oro, que funcionaba mediante instrucciones escritas en versos endecasílabos. Pepe traía un gólem de barro del Mar Muerto, con el que pensaba echar el resto y llevarse el concurso. “Estos dos también están malditos” pensé. Coloqué a Lolo en su pedestal e iniciamos el concurso. El juez miró con recelo mi gólem pero le dio por apto. Primer escollo superado.

Me di una vuelta para ver a la competencia. Habían descalificado a siete, entre ellos el de Pepe, que discutía con el juez.

— ¡Es un gólem!

—No, es un zombi —respondió el juez. Y como para corroborar sus palabras, el gólem dijo “cereeeeeebros” con voz quejumbrosa —. ¿Lo ve?

—Eso es un efecto secundario del barro del Mar muerto, pero es un gólem.

En esto el gólem se puso en marcha y al grito de “cerebros” se fue derechito a por el presidente de IFEMA, que escapó de milagro, pero con dos mechones de cabellos menos.

—Zombi —afirmó el juez mientras pegaba con desgana la escarapela roja en la frente del gólem. Hice un gesto de ánimo a Pepe, mientras este hacía uno a los jueces bien significativo. El caso es que iba superando prueba. La de originalidad gracias al material empleado, la de combate con mucha suerte, pues quedó emparejado con un gólem de piedra, material que siempre flaquea frente al papel.

Comenzó la prueba de baile y arrasamos. Lolo bailó una coreografía espectacular de Smooth Criminal, cerrada por un “hi,hi,hiiii”, que le valió un aplauso monumental. En esta prueba cayó Paco, al negarse su gólem a obedecer una instrucción en rima asonante. Se puso terco y su naturaleza alcornoquil hizo el resto.

Al baile siguió la canción. Me acerqué a mi gólem y le metí en la boca la letra de Staying alive de los BeeGees. Y surgieron dos cabezas más que acompañaron a la principal con voz de falsete. Fue la leche, mal está que yo lo diga. El público aplaudió a rabiar, hasta el presidente de IFEMA, eso sí, desde una distancia prudencial. Pude ver una chispa de pánico en los ojos de los jueces y a continuación otra  de maldad. Bueno, más que chispa fue la producción eléctrica anual de una central térmica.

—Prueba final. Se trata de un recorrido por el recinto ferial mientras porta dos antorchas.

¡Qué mala idea! Porque no solo le pusieron las antorchas en las manos, ¡es que las encendieron! Enseguida noté el nerviosismo en las tres cabezas de Lolo.

—Introduzca las instrucciones en la boca.

¡Maldición! Mi libretita no estaba en mi bolsillo. Puede observar las miradas cómplices del jurado y sus risitas ahogadas viendo como buscaba desesperado.

—No tenemos todo el día —apremiaron, mientras uno sacaba brillo a la escarapela roja. Desesperado, yo hurgaba en mis bolsillos y di con un librito, arranque una hoja y garabatee algo así como “mantén el fuego encendido y obedece”.

Sucedió algo increíble. Mi gólem se convulsionó, en sus tres cabezas los papeles que las componían se retorcieron y giraron hasta que en la primera apareció el número seis, en la segunda un VI y en la última la palabra six. La cabeza central giró dos veces antes de anunciar:

—El milenarismo va a llegar.

Las tres cabezas se metamorfosearon en serpentiformes, brotando  cuatro más. La bestia comenzó a avanzar, envuelta en llamas que no la quemaban, arrasando todo a su paso. Una de sus testas comenzó  a cantar The number of the beast.

— ¡Qué obvio! —dijo un juez con desprecio e hizo unos gestos extraños con las manos a la vez que pronunciaba unas palabras ininteligibles. La sonrisita se le borró de la cara cuando la bestia, lejos de resentirse por el hechizo, creció.

Otro de los brujos intentó un nuevo hechizo, con el mismo efecto. Un chorro de algo indefinido pero peligroso brotó de la boca de la cabeza central y el juez huyó despavorido. Sentí una punzada de  orgullo, pero mi gólem estaba descontrolado y no sabía por qué. Miré el libro de donde había arrancado la hoja de instrucciones. ¡Era la Biblia que me habían regalado a la entrada! La hojita en cuestión pertenecía al Apocalipsis y Lolo era la Bestia.

Mi gólem seguía sembrado el caos. ¿Qué podía hacer? Una cosa era ganar el concurso y otra provocar el final de los tiempos.  Tuve una idea pero necesitaba ayuda. Paco y Pepe se hallaban a cubierto a mi izquierda. Me acerqué a ellos

— ¡Menuda has montado, hermoso! —dijo Paco.

Les expliqué mi plan. Necesitaba meter una instrucción en cada boca de Lolo, así que cada uno nos teníamos que ocupar de dos cabezas. Pero eran siete las cabezas. Necesitábamos a alguien más.

— ¡Voluntario!—oímos decir a alguien con voz de pito. Nos giramos. Era el presidente de IFEMA, Silvestre Parrando. Ante nuestro asombro, confesó—. Yo también estoy maldito.

Arrancamos las hojas que necesitamos y salimos de nuestro refugio. Llamé a mi gólem, que acudió en el acto.

Lolo, hijo, deja de hacer el burro —dije.

— ¡Soy legión! —contestó él, muy en su papel. Sus cabezas bajaron, con sus bocas  abiertas.

— ¡Ahora! —grité. Y metimos las instrucciones en la boca. Inmediatamente las cabezas comenzaron a morderse unas a otras mientras el cuerpo se convulsionaba hasta finalizar en una explosión de confeti. ¿Cómo lo habíamos hecho?  Te lo contaré, ya que el límite de palabras lo permite. Cada papel contenía una fuerza antagónica: los de Paco, extraído de su del Siglo de Oro, contenían una obra de Quevedo y otra de Góngora; Pepe metió una foto de los hermanos Cano; Don Silvestre introdujo dos trocitos de periódicos deportivos, uno del Barcelona y otro del Real Madrid; yo introduje un artículo sobre un mediador de la ONU que, como es sabido, solo enredan más los conflictos. Luego funcionó el principio de acción y reacción. O el de interacción electromagnética. O el teorema de Tales. No tengo ni idea. El caso es que Lolo quedó reducido a papelillos.

Entonces, renqueante, se acercaron la pareja de jueces supervivientes y dijeron al unísono:

—No ha completado el recorrido. Derrotado. El  Gólem d’Or queda desierto.

Fueron a burlarse, pero sus múltiples traumatismos no se lo permitieron. Me había quedado a seis metro sesenta y seis centímetros del éxito.

Y aquí estoy, rumiando la derrota. Estoy hundido. Y eso que Don Silvestre me ha empleado en IFEMA. Pero tengo por delante otro año maldito y en casa me espera una sesión de guija, que no me apetece nada.

Y he pisado un chicle. ¡Un chicle! ¡Eso es! El material de mi nueva creación será chicle. ¡Qué cara va a poner Zhao, el chino del bazar, cuando encargue diez mil bolas!

Consideraos advertidos. Si recibís una carta o u mail cuyo remitente es la RFGyM, no lo abráis. Y no solo porque estaréis atrapados sin remedio en el mundillo de la creación de gólems. Ni porque vuestra vida social se irá al carajo. Es porque os enfrentareis a mí y yo voy a ganar.

Aunque se acabe el mundo.

Literalmente.

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 209184

Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Patapalo
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Una apuesta ambiciosa que me he generado sensaciones dispares. Por un lado, al principio me faltaba historia, se me antojaba una sucesión de gags a lo Mortadelo, sin otra función que girar en torno a la idea del gólem de un modo humorístico. Luego llega lo de la maldición y retomas las riendas para darle auténtica forma de relato. Quizás algo descompensada, pero que funciona a fin de cuentas.

Con la parte humorística me pasa algo parecido (y que supongo que es inevitable con el humor): algunas cosas me han resultado demasiado obvias, de relleno, y otras me han hecho reír, literalmente.

La sensación final que me queda es positiva, me ha gustado y me parece adecuado para la antología. El bemol es que le falta un pulido también: sobre todo en los primeros párrafos tienes una buena ensalada de tildes a revisar. Nada grave, pero que afea considerablemente el conjunto y no predispone demasiado positivamente a la lectura.

En resumen, enhorabuena por el valor mostrado y suerte.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Danduay
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Poblador desde: 07/05/2020
Puntos: 256

Un relato divertidísimo que desborda ingenio y creatividad, cargado de guiños foscos por todas partes. Se nota que has disfrutado escribiéndolo y esa sensación de gozo y libertad total se transmite al texto, lo que le hace ganar fuerza y le aporta una sensación de vértigo casi psicodélico.

Suscribo las pegas que apunta Patapalo (estructura y ortografía sobre todo). Y en especial, la segunda, porque "despista" y saca al lector del relato. Está uno dentro de la película y de repente, tropieza con una piedra en forma de tilde. Es difícil que no se pase nada (a mí el primero), por eso es tan importante repasar y repasar. Si no somos, como pintores que dejaran manchas en el lienzo.

Creo que es un 4 (descontadas las faltas). ¡Suerte!

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Lenteja
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Poblador desde: 27/04/2020
Puntos: 106

¡Qué risa de relato! Me ha gustado su humor al estilo de la familia Monster y el toque ingenieril, sentando las bases de la golémica.

Al principio me ha desconcertado un poco la aparición de doña Úrsula porque no entendía la relación inmediata con el concurso. Lo he ido entendiendo después.

Una pena lo de las tildes y gazapillos varios que se suceden. Le quitan parte de la gracia al relato. Te doy, por eso, 3 estrellas.

 

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jane eyre
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Poblador desde: 02/03/2009
Puntos: 10051

Me hubiera encantado verlo masticando las diez mil bolas de chicle, porque claro, todo el mundo sabe que el chicle solo es moldeable bien masticadito jajajajajjaja

Bueno, pasaré por alto la ausencia de un buen puñado de tildes que no son perdonables pero se compensa por el buen rato pasado con la lectura.

El autor ha creado un protagonista-narrador con una voz creíble y coherente. Ha usado asociaciones de ideas que no se me hubieran ocurrido en la vida y que funcionan estupendamente en el contexto humorístico del relato.

Ahora bien ¿fosco? Pues no. Ahora mejor, a mí no me importaría toparme con un relato así en la antología porque los elementos están aunque la atmósfera falte.

 

Puntuación: 3,5 estrellas

 

 

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Enoch Emery
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Poblador desde: 31/03/2021
Puntos: 36

No voy a añadir mucho más a lo dicho por aquí. Creo que el relato necesita un pulido para que funcione más en conjunto, claramente va de menos a más. A pesar de que tiene bromas y giros ingeniosos, es más eficaz hacia el final porque encajan de forma más natural en lo que estás contando (al principio me parece todo más forzado).

Me ha divertido mucho la reinterpretación en clave IFEMA del gólem, así que le doy un 3,5.

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Dr. Ziyo
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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

Enhorabuena por el relato, señor Burro. Me ha parecido muy ingenioso, plagado de situaciones humorísticas (algunas muy buenas) y muy imaginativo. Me has hecho reír y eso es lo que cuenta en este tipo de relatos. Lo que no he visto, o tal vez no he sabido ver, han sido detalles que pudiera calificar como foscos.

Como han comentado otros compañeros, hay un baile alocado de tildes por ahí, sobre todo al principio, aparte de otros pequeños errores que se pueden subsanar con un repaso más concienzudo. Uno de los que más me ha llamado la atención ha sido la palabra guija, que se repite varias veces y a la que yo entiendo, a no ser que esté equivocado, que le falta la diéresis para leerla correctamente, o sea: güija.

He dudado a la hora de poner la nota. Me movía entre un 4 y un 4,25, pero como autor de muchos relatos de humor, algunos dentro del Polidori, creo que hay que ser valiente para arriesgarse a presentar un relato de este género, por lo tanto, mi valoración final es 4,25 pequeñas canicas de arcilla.

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El burro
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Poblador desde: 20/05/2020
Puntos: 90

¿Qué no es fosco el relato? ¡Qué barbaridad! ¿Cómo pueden decir eso si casi  provoco el Apocalipsis? Y no solo eso, ¡es que salen los BeeGees! 

Ahora en serio, (y esto no es ua justificación a posteriori) esta vez he intentado no solo que haya elementos foscos aislados (los hay a espuertas) sino una historia fosca, con una introducción (la bruja), un nudo (la revelación de la maldición), un desenlace (destrucción de IFEMA) y un epílogo (pisando el chicle). De hecho el epílogo es muy triste, porque el tipo deja ver que asume la maldición y, probablemente,pierde la chaveta.

Pero detectais dos defectos que acepto: empieza muy tarde y está tan diluida en la humorada que pasa bastante desapercibida.

Gracias por comentar y por los votos.

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Dr. Ziyo
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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

El burro dijo:

¿Qué no es fosco el relato? ¡Qué barbaridad! ¿Cómo pueden decir eso si casi  provoco el Apocalipsis? Y no solo eso, ¡es que salen los BeeGees! 

Ahora en serio, (y esto no es ua justificación a posteriori) esta vez he intentado no solo que haya elementos foscos aislados (los hay a espuertas) sino una historia fosca, con una introducción (la bruja), un nudo (la revelación de la maldición), un desenlace (destrucción de IFEMA) y un epílogo (pisando el chicle). De hecho el epílogo es muy triste, porque el tipo deja ver que asume la maldición y, probablemente,pierde la chaveta.

Pero detectais dos defectos que acepto: empieza muy tarde y está tan diluida en la humorada que pasa bastante desapercibida.

Gracias por comentar y por los votos.

Te doy la razón en una cosa. El detalle de los BeeGees es tan fosco que perturbó mi raciocinio y nubló mi entendimiento y ya no fui capaz de entrever más fosquedad que esa.

Por cierto, hablando de música, esta escena me pareció buenísima, merecedora de un aplauso:

Comenzó la prueba de baile y arrasamos. Lolo bailó una coreografía espectacular de Smooth Criminal, cerrada por un “hi,hi,hiiii”, que le valió un aplauso monumental. En esta prueba cayó Paco, al negarse su gólem a obedecer una instrucción en rima asonante. Se puso terco y su naturaleza alcornoquil hizo el resto.

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L. G. Morgan
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Puntos: 2674

Muy divertido. Me ha gustado mucho. Pese al tono humorístico, mantiene muy bien la coherencia y va avanzando con fluidez. El personaje de Úrsula me había parecido un poco flojo en su presentación, por demasiado manido, pero según avanza el relato me ha ganado totalmente. Un puntazo su empeño por aparecerse de cualquier modo XD

Tildes aparte (ni hecho aposta, ¿eh? enlightened), alguna errata menor que exige revisión general. Aunque sea desde lo cómico, el mito está perfectamente abordado. Es cierto que no resulta muy fosco, pero es seleccionable sin ninguna duda.

3,75 estrellas

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Easton
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Poblador desde: 06/11/2011
Puntos: 416

El relato tiene una cosa que no me gusta nada, y es que el narrador se dirija a mí (al lector), porque me hace estar presente en mi realidad y cuando leo me gusta ausentarme de la mía y perderme en la realidad del narrador. Pero también tiene otra cosa a la que le doy mucho mérito, y es que me ha hecho sonreír y el humor escrito es algo que considero muy difícil.

Si pienso en historia es verdad que me falta algo de explicación (del por qué del concurso o de la maldición), pero gana puntos en cuanto a originalidad.

Respecto a la forma, hay algunas erratas que pulir pero es cierto que no son demasiadas.

2,75 estrellas

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El burro
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Poblador desde: 20/05/2020
Puntos: 90

Easton dijo:

El relato tiene una cosa que no me gusta nada, y es que el narrador se dirija a mí (al lector), porque me hace estar presente en mi realidad y cuando leo me gusta ausentarme de la mía y perderme en la realidad del narrador."

Este burro pode disculpas. Es cierto, Octavio entra en la realidad del lector,pero solo un instante para transportarlo a la suya. El romper la cuarta pared es siempre un poco arriesgado, luego hay que volver a levantar el tabique y alicatarlo hasta el techo.

Easton dijo:

Si pienso en historia es verdad que me falta algo de explicación (del por qué del concurso o de la maldición), pero gana puntos en cuanto a originalidad.

La maldición si se explica: es un intento de la Real Federación de librarse de las brujas independientes, que no están federadas.Por divesos motivos, las maldiciones o llegan a su destino, y termina implicando a un puñado de chalaos.Prefiero dejarlo así y que el lector imagine el por qué.

 

Gracias por las opiniones y la nota.    

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El burro
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Poblador desde: 20/05/2020
Puntos: 90

L. G. Morgan dijo:

Muy divertido. Me ha gustado mucho. Pese al tono humorístico, mantiene muy bien la coherencia y va avanzando con fluidez. El personaje de Úrsula me había parecido un poco flojo en su presentación, por demasiado manido, pero según avanza el relato me ha ganado totalmente. Un puntazo su empeño por aparecerse de cualquier modo XD

Tildes aparte (ni hecho aposta, ¿eh? enlightened), alguna errata menor que exige revisión general. Aunque sea desde lo cómico, el mito está perfectamente abordado. Es cierto que no resulta muy fosco, pero es seleccionable sin ninguna duda.

3,75 estrellas

Gracias. Úrsula quiere ayudarle en todo momento, pero el zoquete de Octavio no se deja. Me hubiera gustado que tuviese más desarollo, pero así creo que queda bien.

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Curro
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Poblador desde: 24/09/2015
Puntos: 1048

Toca ponerse con esta burrada (y aquí burrada no es un término peyorativo; léase la segunda acepción que encontramos en la RAE, es decir obra escrita (por lo general, relato) cuyo autor es un burro).

El segundo relato de corte puramente humorístico que leo en este certamen (aunque hay algún otro que también juega bastante con el humor) y que entiendo que es el que abrió la amena caja de pandora sobre si el humor es un género o un enfoque :D

Me gustó mucho el arranque, me pareció muy original. Ya he comentado esto en otro relato de este Polidori: me gusta cuando se hace humor tratando de hacer pasar por cotidianos eventos claramente surrealistas. Para empezar, me trae recuerdos de esas exposiciones en el recinto ferial de Madrid que me chupaba antes de darme cuenta de que en realidad de las ferias lo que más me gusta es el concepto, no la asistencia, y dejara de ir porque me aburría un montón. A lo que voy: no me cuesta imaginarme una Expomagia repleta de puestos con las últimas novedades arcanas, dentro de la cual el evento estrella sea el Gólem d’Or. Lo veo bastante plausible (lo que igual quiere decir que, de tanto leer libros de fantasía y terror, igual se me está secando el seso y para mí todo eso es real y no ficción).

A la vez, los distintos tipos de gólem me hacen recordar el universo Dragones y Mazmorras y sus múltiples gólems de piedra, de hierro, de hueso o incluso de carne. Este enfoque que va más allá del clásico gólem de barro también se agradece por su frescura.

Lo mejor: el acopio de materiales al por mayor en el chino del barrio y los DVD de Tamara. Aportan una gran carga de humor al relato, por encima de las exposiciones en sí, que quizás quedan algo descafeinadas en comparación.

Me gusta mucho el personaje de la vecina y solo lamento que entre en escena tan tarde, igual se le podría haber dado más juego.

La convocatoria final del Gólem d’Or está convenientemente recargada de detalles para una explosión final de surrealismo que cierra muy bien el relato, junto con el epílogo, también bien medido.

Me pregunto si no se hace algo largo en algún punto. Es cierto que llega un punto en que simplemente se resume el resultado final de cada gólem, pero nuevo se nos presentan más gólems en detalle cuando se habla de los competidores en certamen final, lo que empieza a dar sensación de sucesión de gags cómicos más que una historia, porque en el fondo el protagonista es Octavio; de pronto se le da demasiada atención a personajes secundarios que hasta ahora solo habían sido figurantes. En ese punto quizás se debería haber pisado un poco el acelerador hasta el final.

Mi puntuación final es de 3 estrellas.

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DamaGP
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Poblador desde: 20/04/2021
Puntos: 19

Me ha encantado tu cuento, me recordó °La Conjura de los Necios" y creo que es mucho decir; empezando con mucho humor y al final una especie de desazón. Si no fuera por las erratas te daria 5. En fin...

Califico con 4,25

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Efepe
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Poblador desde: 28/05/2017
Puntos: 320

Pues como siempre digo, os admiro a los que escribis humor.

Me ha costado enganchar, aunque luego me he echado unas risas. Me ha encantado lo de «la próxima vez ponle rodillas».

Mi puntuación es un 3,96.

EFePe

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Aquí hay mucha imaginación y mucho cachondeo, sin duda. Me he querido arrancar los ojos en diversos momentos por la falta de acentos o cada vez que leía “guija”, todo hay que decirlo.

Aún recuerdo el relato del certamen pasado, y creo que con esas fórmulas que empleas (el running gag de Tamara sin ir más lejos) consigues calar en el lector.

Abro paréntesis tiquismiquis (el artículo femenino afea el chiste en “¿Qué sabes de la Cábala?” quizás “¿sabes algo de Cábala?” quedaría más redondo.) Cierro paréntesis tiquismiquis.

La palabra constructo no tiene esa acepción tan Dungeoniana en la RAE, por cierto, ya sé que nos suena genial…

Poco más que aportar, a mí me parece fosco a rabiar si bien no es terrorífico (y para no volver al debate de la fosquedad recuerdo el ejemplo de la familia Adams que puso Patapalo en su día: fosco sí, miedo no).

Voy a puntuar el relato con 3,5 estrellas. Felicidades y gracias por compartirlo.

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torpeyvago
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Poblador desde: 29/02/2016
Puntos: 1890

Bricomanía + Art Attack + Manazas

Sobre todo, muy divertido.

Lo +

Llega de pleno al tema de la convocatoria, aunque con un enfoque muy fresco. Sorprende la maldición y la intervención brujil en lugar de rabínica o cabalística. El humor marxista revuelto con Gila me parece fantástico, de aparente sencillez. La enumeración de batracios, gran detalle. También la enumeración de libros nivel experto a dummie. El título adecuado: lo mejor, el DVD. Buen desenlace y buen final.

Lo -

DDTs díscolos en algún signo de puntuación, como «la fase previa .La primera», «responder .Cogí la guija», donde, por cierto, falta diéresis. No hay que hacer caso al corrector de MSWord: «— ¡Menudo grosero», no debe haber espacio entre el guion largo y el signo de apertura. O guiones largos ausentes: «-¡Horror!», o, directamente, artefactos extraños que delatan el procesador empleado: «—-Le». «Don» debe ir con minúscula: «que Don Silvestre me ha». Algún leísmo suelto.

En cuanto al argumento, me chirrían un poco cómo el juez es consciente de que hay una maldición o que lo que introduce en el gólem de papel no son instrucciones claras, sino partes del apocalipsis. Pero todo esto es cosa de poco.

Quizá le sobra algún gólem, y puede quitárselo con tranquilidad, ya que se ha quedado a cuatro palabras del límite. En definitiva:

★★★½

Y gracias por ofrecernos esta lectura.

Estadísticas:

Palabras : 2996
Matrices : 17.218
Caracteres : 14.288
Letras : 13.624
Párrafos : 102
Sílabas : 5926
Frases : 301
Szigriszt1993: 74
Perspicuidad : Bastante fácil

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Muy bien trabajado el relato en los detalles, los recurrentes —como los dvd de Tamara y las conversaciones vía ouija— y los que van avanzando la trama a golpe de ingenio. Por mi parte me ha hecho reír más el entramado en sí que no las chanzas puntuales, que me parecen, a veces y para mi gusto, un poco subrayadas. El relato tiene un ritmo muy fluido, ergo está muy bien escrito, detalle que suele pasarse por alto cuando algo se lee de un tirón y es humorístico. Erratas múltiples que ya se han mencionado y que denotan, dada la buena mano detectada, una escritura a última hora sin repaso alguno o uno muy, muy por encima.

Me ha confundido la explicación ofrecida sobre la maldición. Por un lado, si tiene por objetivo librarse de las brujas no federadas en el concurso es raro que la maldición las obligue a participar, a pesar de que el jurado esté comprado. Por otro lado, hacer que no gane nadie, ni tan siquiera los «suyos», en especial cuando el jurado está comprado, también parece extraño. Trato de no ser tiquismiquis con esto, pero cuando se ha revelado la maldición del protagonista ha sido un buen giro argumental que no me esperaba, pero la explicación no me ha parecido lógica.

No tiene mayor importancia, pero me ha gustado un detalle en una trama con tantas elipsis y de tanta extensión (todas de al menos un año): el apuntar, a posteriori junto a la revelación de la maldición (y congruente con ella), todo lo que ha sucedido en ese tiempo con apenas tres líneas. Es un detalle simple, elegante, congruente y cohesivo.

 

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El burro
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Poblador desde: 20/05/2020
Puntos: 90

Hedrigall dijo:

Me ha confundido la explicación ofrecida sobre la maldición. Por un lado, si tiene por objetivo librarse de las brujas no federadas en el concurso es raro que la maldición las obligue a participar, a pesar de que el jurado esté comprado.

 


Me temo, señoría, que estamos ante el típico caso de "está tan claro en mi cabeza que me creo que todo el mundo lo sabe y no lo explico".

Explicación hay pero plantar en los comentarios lo que debería estar en el texto estaría un poco feo y no soy un ventajista. Mejor la dejo para el final del concurso.
Gracias por sus comentarios y la nota, que sin duda tiene una asignada.

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El burro
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Poblador desde: 20/05/2020
Puntos: 90

torpeyvago dijo:

Bricomanía + Art Attack + Manazas

Sobre todo, muy divertido.

Gracias sire, reconocer en estas pobres líneas al Marx más revolucionario o al gran Gila:

Me llega al corazón.
+Me hacen verle como alguien de gran corazón
O
+Me hace dudar de su sobriedad.

Me decanto por lo primero ;-)

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torpeyvago
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Poblador desde: 29/02/2016
Puntos: 1890

El burro dijo:
reconocer en estas pobres líneas al Marx más revolucionario o al gran Gila

De los hermanos Marx, no confundamos las cosas nonono

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Tony Kanapes
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Poblador desde: 08/12/2015
Puntos: 173

Se agradece este relato, con un toque de locura y surrealismo.

Me gusta mucho el tema de la maldición y los Golem sucesivos que aparecen. Reconozco que alguna carcajada se me ha escapado y creo que daría para un relato más largo con las peripecias de estos hacedores de Golem.

Felicidades y gracias por compartir.

3'5 Estrellas.

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Ozymandias
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Poblador desde: 27/04/2020
Puntos: 79

Confieso que decidí seguir con este relato por el avatar del autor, que me pareció muy gracioso. Ahora veo que era muy apropiado. 

Es muy meritorio escribir un relato así. El humor no es sencillo porque el drama es universal y puedes estar más o menos seguro de que un tema toque la fibra sensible pero el humor es otra historia. El comienzo me pareció muy gracioso pero temía que no pasara de ahí y que el relato se limitara a la sucesión de chistes. Hasta que resulta que hay una historia que no está nada mal y la verdad es que me enganchó saber qué iba a pasar. No es un relato gracioso sin más sino que también me intrigó y me resultó de lo más disfrutable.

Es cierto que hay problemas con las tildes y con la puntuación, lo cual se nota en un relato donde los diálogos son tan abundantes. Pero creo que esto se puede arreglar fácilmente con un repaso y el disfrute lo compensa para mi gusto. 

Mi nota es 4'5.

And on the pedestal these words appear:

My name is Ozymandias, king of kings:

Look on my works, ye Mighty, and despair!

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El burro
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Poblador desde: 20/05/2020
Puntos: 90

torpeyvago dijo:

El burro dijo:
reconocer en estas pobres líneas al Marx más revolucionario o al gran Gila

De los hermanos Marx, no confundamos las cosas nonono

Claro, si a esos me refiero yo. Llegar a un sitio y revolucionar al personal, eso solo lo lograban Groucho, Chico y Harpo... los otros Marx salieron más sositos, los pobres blush

Tony Kanapes dijo:

... creo que daría para un relato más largo con las peripecias de estos hacedores de Golem. Felicidades y gracias por compartir. 3'5 Estrellas.

No, creo que mucho más largo, lo justo para asentar la historia y reforzar el papel de Úrsula. A lo mejor quitando el chiste de Kubala y un par de golems...

Gracias.

Ozymandias dijo:

Confieso que decidí seguir con este relato por el avatar del autor, que me pareció muy gracioso.

(...) El humor no es sencillo porque el drama es universal y puedes estar más o menos seguro de que un tema toque la fibra sensible pero el humor es otra historia. 

Me alegro de que mi avatar sirva para atraer lectores, sobre todo si ponen esas notazas.no

Es cierto, el humor es de cada uno y el drama de todos, pero uno hace lo que puede. Y lo que puedo y quiero es agradecerte tus piropos.

Me voy a creer alguien de merito y luego miraré tus obras y desesperaré. blush

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Muy bueno! Lo que me reído a partir de El milenarismo va a llegarr!, la carcajada casi ha espurreado de sopa a los demás, por estar leyendo mientras cenaba jajajajaja XD

Las leves faltas ortotipográficas ya comentadas, ouija! me obligan a bajar medio punto:

Cuatro estrellas: ****

 

 

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Hekizade
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Poblador desde: 22/05/2021
Puntos: 64

El relato tiene chispazos muy divertidos e ingeniosos. A mis ojos son su gran virtud y a la vez defecto, pues no contribuyen demasiado a la fosquedad si la entendemos, según se ha comentado, como "oscuridad de la atmósfera" o algo "poco acogedor, desagradable, amenazador". En cualquier caso, tiene mucho mérito en conjunto. Ánimo y suerte. Mi puntuación es un 3,25. 

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Angelito
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Poblador desde: 25/12/2013
Puntos: 263

Ciertamente está plagado de errores gramaticales. En las primeras 2 líneas ya encontramos 3 (o sea, más errores que líneas).

“¡La qué se ha liado! ¡Y todo por el puñetero concursito de marras! Qué además he vuelto a perder… ¡con lo bien que empecé!”. A estos “qué” les sobra la tilde enfática. Y después de los puntos suspensivos, si no hay coma, entonces lo siguiente debería empezar con mayúscula. En la tercera línea, “¿Qué a que concurso me refiero?”, la tilde del “Qué” debería ir en el otro “que” y no en donde se ha colocado.

Hay chistes que son geniales. Queda claro que hay una marcada intención humorística que se imprime de principio a fin, con una pasarela de Golems que cada año van cayendo en derrotas y descalificaciones en el marco de un concurso que se desarrolla en la Feria Esotérica de Madrid. A su vez, se trae a colación la cultura del tutorial que ofrece todo de una forma más accesible para el cerebro, mucho más que los libros.

La cuestión es que dentro de la mecánica del propio argumento no parece ser una maldición algo que el prota ya padecía de antemano, después de todo Octavio es muy competitivo. Y en realidad nada le obliga a competir. ¿Qué pasa si alguien decide no presentarse al concurso? Nada, no pasa nada. Entonces lo que le obliga a competir siempre es algo que ya viene con él de antes: la obsesión por ganarlo todo. Después se entiende que en realidad la maldición es perder siempre el concurso, y esto es lo jodido para el prota. En fin, podría ser este específico absurdo el motor de esta desternillante historia.

tres estrellas

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Stendek
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Poblador desde: 27/05/2020
Puntos: 198

Un buen relato, con un humor casi surrealista. Lo de la maldición resulta dificil de captar. El final tiende al gigantismo y la exageración, pero es tolerable dentro del estilo del cuento.

Le doy 4 estrellas.

Un saludete.

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Ozymandias
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Poblador desde: 27/04/2020
Puntos: 79

El burro dijo:

Me alegro de que mi avatar sirva para atraer lectores, sobre todo si ponen esas notazas.no

Es cierto, el humor es de cada uno y el drama de todos, pero uno hace lo que puede. Y lo que puedo y quiero es agradecerte tus piropos.

Me voy a creer alguien de merito y luego miraré tus obras y desesperaré. blush

Hostia, pues no había caído en lo de mi firma. Sí que suena amenazante crying

Como curiosidad, es que me aprendí el poema en inglés y para uno que me sé en la lengua de Shakespeare tenía que usarlo.

And on the pedestal these words appear:

My name is Ozymandias, king of kings:

Look on my works, ye Mighty, and despair!

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