Perdonad que abra un tema específico sobre esto, pero no pretendo desviar los generales y me parece una cuestión crucial tanto en España como en la región que vivo de Francia.
El turismo se ha convertido desde el siglo XIX en un motor de la enconomía de primer nivel, pero se ha desarrollado hasta tal punto que ha trastocado el equilibrio del mundo. Ahora con la pandemia nos encontramos con imposibles cuadraturas del círculo en los países que viven del turismo y también con escenarios que nos muestran hasta qué punto nos hemos pasado de frenada, como lo de Venecia, por un año libre de hordas de turistas.
Personalmente, como amante de la cultura, tengo una sensación agridulce. Por un lado, disfruto como el que más cuando visito algo, pero al mismo tiempo me preocupa su conservación y me desespera la falta de interés real del 80% de la gente que pulula, por poner un ejemplo, por la Alhambra.
Quizás por haber acompañado viajes de estudios los últimos tiempos, esta sensación se ha acentuado. ¿Realmente merece la pena desplazar miles de kilómetros a alguien para que se haga selfies al lado de un monumento que no sabe ni lo que es ni le va ni le viene? ¿Habría que regular los viajes y el turismo en general de alguna manera? ¿Conseguiremos encontrar un modo de turismo realmente sostenible y con la situación que tenemos ya encima?
Yo no lo veo muy claro, pero me parece el momento insoslayable para plantearse el turismo de masas tal y como lo estamos explotando.
Pues precisamente Francia tiene una muy importante parte de turismo no masificado en el mundo del camping. Hay una increíble red de camping municipales o no municipales pero sencillos donde se va a descansar y ha hacer visitas ligeras.
Aquí estoy yo en Itxassou.
El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes, la virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria - Winston Churchill.