La herida

5 estrellas :)

Se me gana con la ternura y este cuento es súper tierno. Casi lloro y todo T.T

Precioso.

Te dirán que no hay vísceras ni maltratos y que este es un concurso fosco.No los escuches :p

¡Suerte!

Muy bien contado, muy bien urdido. Varios aspectos del relato denotan oficio. Por decir uno, los diálogos aportan información que el narrador no reitera, y viceversa. La prosa va amamantando una idea que por detrás de esa fachada con onda withe mirror se oculta el elemento fosco que la digiere. No sé por qué me viene que el caballero iguana es una alegoría física y conceptual del Quijote, delirios míos, quizás. Mejor ni menciono los delirios que me vienen con la alegoría de la caverna y The truman Show... (aunque despertar estas referencias son mérito del autor)

Por otro lado, he sentido que la fuerza del comienzo (porque arranca muy WTF), se va diluyendo pasado el ecuador. Y eso que la idea y la concesión final, ligada con fuerza al título, se entienden perfecto, pero sentía que el cuento me iba preparando (hablando en cristiano: calentando la pava) para un desenlace, por lo menos, tan WTF como el principio, y, para este lector, no fue así. Lo que digo nada tienen que ver con un final feliz o triste, sino sorprendente. Igual el final me gustó.

4 estrellas

Un relato entrañable, fantástico en todas sus acepciones.

A ver qué puedo criticar con absoluta envidia: hay una repetición “El estanque estaba rodeado de sauces, y estaban a punto de alcanzar la muralla” que afea un poco, quizás ¿“los sauces rodeaban el estanque”?  Un par de erratas: “viendo?—inquirió” y “su zapatillas”.

Está muy bien escrito, sin duda. La voz de los personajes, el ritmo, los diálogos, la trama que construye un westworld versión infantil y coloca en él a un niño burbuja… Y la creadora, por supuesto como el contraste dramático.

No sé si hay una lectura del final que no logro comprender por completo, por las dudas lo comento.

Si hay algo que se puede criticar quizás es que al margen de la “creación de criaturas” no encuentro otros elementos que me evoquen la figura del concurso, y el relato en sí me parece fuera del género. Debido a esa desviación no le daré la máxima puntuación, que sin duda merecería en cualquier otro caso.

Puntuación: 4,5 heridas

Tío, casi me haces llorar. Yo soy un escritor de relatos de terror que vive en la oscuridad, hace pactos tenebrosos con fuerzas antinaturales y comulga con espíritus impíos. Y casi me haces llorar. Eso no se hace, maldita sea…

Un gran cuento para adultos. Personajes entrañables que resultan simpáticos a la fuerza, todos ellos, los tres, el caballero Iguana, su fiel montura y la señora Búho ―buenísimo cada vez que corrige vocabulario mal utilizado; es un clásico, lo sé, pero bien usado, siempre gusta― y situaciones de fantasía que pintan rápidamente y con tonos llamativos un mundo muy especial. Un poco odiosa, por otro lado, la mujer, demasiado encasillada en su papel de madre destrozada y poco cuerda, pero al final cumple como antagonista redimido, así que se le perdona.

Más sobre la historia: tenemos aquí una especie de Westworld ―perdonad si la comparación es algo comercial― creado en exclusiva para un crío un tanto especial. El choque entre los dos mundos ―el real y el artificial― es grandioso, para mí lo mejor del relato

El final quizás demasiado feliz, pero me gusta. Odio los dramas, el sentir pena porque sí y confieso que empezó a no gustarme el cariz de los acontecimientos cuando se anuncia que lo van a quemar. Habría sido un tanto forzado emplear 2500 palabras ―estoy obsesionado con el maldito número de palabras desde que concurso en certámenes de este foro― en presentarnos personajes adorables y luego destrozarlos en las 500 restantes. Ya iba a quitarte una estrella por eso. Pobre Azul, joder. Habría sido pasarse.

Del estilo, poco que decir salvo que lo encuentro brillante, una obra maestra. Un buen ejemplo a seguir. Cada línea escrita tiene su motivo y es esencial, no se pierde tiempo, no hay paja. Una de las cosas que aprecio del Polidori es poder leer a tantos autores que demuestran que no son necesarias las florituras para hacer un gran relato con aroma a maestría.

Y pasando al certamen… He aquí la pega que encuentro. ¿Frankestein? No lo veo. Pinocho sí, pero no Frankestein. Se podría entender que el monstruo no es el propio niño “renacido” si no el mundo creado, que no deja de ser un experimento creado para un buen fin pero que termina descontrolado. Una comparación quizás demasiado… frágil.

El relato se lleva cuatro estrellas mágicas. Felicidades.

Pues poco que añadir a lo ya comentado por los demás. Te voy a decir una cosa: es de esas historias que lees y que te hacen envidiar y admirar al autor al mismo tiempo.

Yo sí que veo el tema de la convocatoria en la figura del niño, claramente "reconstruido", por lo tanto, como creo que el relato es sencillamente soberbio, vayan ahí mis primeras 5 estrellas.

Costosa mercromina

Me das envidia. Muuuuucha envidia. Y de la mala. Eso sí, me vas a ahorrar trabajo.

En formas, modos y maneras, nada. También es verdad que me lo he leído sin respirar y así muchas cosas pasan desapercibidas. Vamos, ¡vaya cosa bien escrita, pardiez!

Lo mejor... todo. Los personajes superoriginales, quizá excepto la señora Búho. Los diálogos, fantásticos: se distingue quien habla por la forma de hacerlo, ¡en un relato! —y Borges no cuenta para comparar, ¡releñes!—. El argumento, original no, lo siguiente.

En tierra de nadie, dejo el título. Se corresponde con el relato y, de hecho, es parte enorme de la trama. Pero resulta un tanto generalista.

Lo peor, tan solo una cosa: el tema de la convocatoria me parece, e insisto que me parece, algo... ¿tangencial? —¿y esto lo estoy diciendo yo?— . O, al menos, no parece referirse al monstruo revivido de la novela, aunque trate de resurreciones artificiales... no tengo claro cómo explicarlo [tras escribir el comentario y leer el resto, veo que ha habido quien lo ha explicado muuuucho mejor: se parece más a pinocho que al vástago artificial de Víctor, aunque se mencionen los que creo unos soldados reciclados que deben ser ultrachulos.] Pero es algo mínimo.

Vaya, pues, mi agradecimiento al autor por regalarnos estos minutos de lectura y 4,75 berridos en la noche. Éste, de momento, es el ganador de mi quiniela personal para esta convocatoria.

Lo siento, tío, pero te lo tengo que decir: te odio. Y te odio del mismo modo que he odiado a muchos otros por ser capaz de crear historias que me gustaría haber escrito yo. Te odio desde la más repugnante envidia porque te voy a tener que dar un buen puñado de estrellas cuando termine de leer todos los relatos. 

Pero como estamos aquí para encontrar pegas, ahí van las mías: tres párrafos seguidos comienzan con la misma palabra: Hector. 

Chúpase esa. ¿Ahora qué? ¿A qué no te lo habían dicho nunca, eh? A ver si eres capaz de recuperarte de esta crítica.

Sigo odiándote. 

Víctor Frankenstein abandona a la criatura en un alarde de irresponsabilidad mayúsculo durante un ataque de drama forzadillo pero necesario para que después, en la novela, suceda lo que sucede. El tema de la responsabilidad del creador/científico se afronta en este relato de una manera muy distinta, muchísimo más humana y sensible. Es interesante cómo la temática de la convocatoria se ajusta mediante la criatura obvia, el hijo androide, pero deja que el peso emocional sea sostenido en buena medida por las otras criaturas que también son fruto y responsabilidad del personaje principal, con su destino a merced de ella cuando le parece que dejan de ser útiles y solo traen recuerdos dolorosos. Además, se acerca al proceso de duelo de una manera sobria que mezcla la no siempre útil teoría con la práctica (a la que siempre hay que hacer frente llegado el caso).

Es cierto que la teatralidad de la primera parte merecería ser revalorada, por mucho que esté claro que se buscaba un ambiente de fábula fantástica; es cierto que la forma en que se introduce la información importante para la trama en esa misma parte quizá necesite algo más de naturalidad acorde con su tono; es cierto que la estética necesita un poco más de atención y también es cierto que en aire quedan cosas importantes relativas a lo que debe ser, diría yo, inteligencia artificial en el seno de criaturas cibernéticas, igual que la razón por la que unas criaturas parecen saber algo más que otras en el Mundo De Dentro. Pero no es menos cierto que este relato tiene una naturaleza distintiva y además busca el abordaje de las ideas, conceptos y/o personajes de la novela original desde nuevas perspectivas y teniendo muy presente lo comercial.