Prepárense para reír
Advierte un letrero a la entrada de Villajocosa. Las calles reparten narices coloradas, los duelos son con globos de agua, se respira óxido nitroso y cada vecino es un chiste.
Después, cuando se retiran los turistas, el encargado recoge a sus habitantes, desconecta las luces y llora.
Te han vuelto a dejar solo, Rariano.
Bastante inútil