Hoy es el primer día "oficial" de vacaciones. La segunda y el tercero han atado al bebé a un juguete descomunal que nunca he sabido para qué vale con un cordón de albornoz. Al menos, ahora sé para qué vale: como lastre.
El bebé está nervioso perdido porque un señor que vende postales de Navidad a cambio de la voluntad lo ha despertado de la siesta. Drenando voluntad.
Tengo 240 emails a revisar para estar tarde y prefiero no pensar mucho en las maletas. Por suerte, dentro de un rato me piro a kendo, donde solo existen los golpes y el olvido.
ps.- el tercero ha venido a decirme, muy serio: "Para decir "español" digo "españolo"". No sé si es un mensaje secreto o solo quiere volverme loco. Creo que todavía no sabe qué idiomas habla.
xD Usar el kendo como la bebida, para olvidar.