Otro maldito viaje

Otro maldito viaje

Un magnífico relato. Está narrado con una pulcritud y un estilo que envuelve. Te deslizas en la historia sin darte cuenta, y, cuando estás dentro de ella, te pone la piel de gallina. Tal vez porque la fantasía se mezcla con la realidad; una realidad cruenta y cotidiana que te hace pensar que somos carne de cañón para las trampas del lado oscuro. Vemos lo que nuestra mente quiere ver, y el alma ambiciosa es capaz de cualquier cosa con tal de conseguir que nuestros deseos se cumplan. Me gusta cómo el autor/a, convierte en atemporal la verdadera esencia de la brujería. Esta ahí, a la vuelta de la esquina; ese desenlace tan elaborado lo pone de manifiesto. Muy bien cerrada la historia. 

Un buen relato. No sólo me ha hecho trasladarme a Barcelona sino que además creo que los personajes están bastante logrados, especialmente la chica joven cn su prticulr frma d scribr :)

En el lado negativo a veces me ha dado la sensación de un abuso de frases cortas y yuxtapuestas... ¿un intento por acelerar el ritmo en las partes más baladíes del relato para que el lector no pierda el hilo del meollo? Sí es así, buen intento, pero me parece que corta un poco el ritmo obligando a leer un poco a trompicones esas partes.

En una primera lectura me ha costado entender porque desaparecía de la historia el taxista para dejar paso al carruaje... en una segunda lo he entendido.

4 estrellas 

Me ha gustado mucho, muy original el enfoque del tema, que queda perfectamente representado. El relato empieza como una novela de género negro (mola haber visto Barcelona desde ese prisma) que se desgrana con el ritmo adecuado, sumando datos con los que completar la hipótesis que te vas planteando según lo lees. Sientes que te lleva de la mano dando los pasos necesarios hasta llegar al desenlace, que según intuyes será impactante.

Cuando Mario desaparece he tenido un momento de duda (no me cuadraba) XD, pero claro, al final todo queda explicado y cada pieza ocupa exactamente el lugar que le corresponde. Excelente orfebrería literaria.

No he detectado ningún error remarcable, aunque estaba tan embebida que me hubiera dado igual XD Solo ha habido una imagen que no alcanza en mi opinión el nivel del resto: Dejó atrás las calles desiertas de Montjuic, refugio de parejas que se escondían por la noche para darse el lote, y donde algunos yonkis tomaban su medicina. Es solo un capricho mío, pero el resto está tan bien "acabado" que me parecería más en el mismo tono algo como "Dejó atrás las calles desiertas de Montjuic, refugio de parejas que buscaban amor en los portales y donde algunos yonkis tomaban su medicina". (Maniática que es una, sí :-) )

★★★★☆

Hola, Sanbes. Un trabajo genial.

Creo que el inicio te deja enganchado y vas soltando sedal a un ritmo que deja al lector pegado a la página. El desenlace lo he disfrutado muchísimo y las descripciones de la ciudad ayudan a que sea muy creíble. El uso de la radio, el nombre de las calles, el taxi como tapadera… Todo fantásticamente bien llevado.

Como dice L.G. Morgan, esa frase me descuadra también. Será que tenemos las mismas manías. Pero las casualidades entre lectores son por algo.

Y hablando de casualidades, me pareció que la noticia sobre la máscara está metida demasiado con calzador; aunque su información es necesaria para comprender el desenlace. Es una lástima que no se dé a conocer ese detalle de una manera menos abrupta y tan oportuna… Pero qué demonios, a esas alturas del relato ya tenía ganas de ver qué se ocultaba tras el taxista. Tal vez si la noticia fuera comentada al principio no me hubiera parecido tan forzada.

Mi puntuación es de relato genial

★★★★☆

Sanbes, por lo visto soy el único al que no termina de convencer tu relato. Eso es bueno, significa que es seguro que los demás tienen razón y yo estoy equivocado. Siempre podrás decir eso de que gusta a nueve de cada diez. En serio, perdóname por venir a aguarte la fiesta de las cuatro estrellas. Solo un poco.

Tengo que decir que leí el principio del relato con algún desinterés. Es verdad que el recurso de escribir valiéndose de noticias de periódico o de la radio me da un poco de pereza. Por cierto que en la frase esa, que sí, suena un poco rara, que te señala Eddy (él no te lo ha dicho porque es muy educado) ¿no se habrá comido un ratón la “h” de alagando (el corrector no te ha avisado porque existe efectivamente el verbo alagar, inundar formando lagos). Pero vaya, eso no es nada. En fin, que sin entusiasmarme la historia demasiado he seguido porque estaba bien escrita, con buenos golpes, hasta que el taxista se vuelve y le suelta su frase al del maletín. Ahí me has dado, creo que hasta he parpadeado. Las dos frases del taxista son lo mejor del relato, muy buenas. Y la reacción de los pobres diablos engañados también, breve y convincente, sin caer en la tentación de explayarte. Esa parte es de gran altura, la verdad. Pero de pronto, cuando ya me habías ganado, sales con lo de la Máscara de Hierro. En el relato la radio funciona un poco como una chistera de mago, pero esta vez has sacado de ella un conejo demasiado grande. Pero si eso me ha chocado, la transformación del taxi en carruaje me ha parecido una pasada. ¿Desde cuándo repostan los carruajes y están provistos de equipos de radio? El taxi, pienso, debería haber sido menos taxi. Un coche de punto tal vez en la antigua Barcelona. Así es como ver de pronto a un oficinista transformado en gladiador. No sé, el caso es que ya no me he sacudido la sensación de extrañeza hasta el final.

3 estrellas

Comencé a leer este relato de género negro con mucho interés. Enseguida aprecié que había trabajo y ganas de contar una historia. Casi desde el principio, sin saber siquiera que iba a pasar, mentalicé una nota de cuatro. De el desenlace dependería subir otro punto más. Sin embargo, a medida que leía mi interés se fue desinflando de manera extraña, y reconozco que parte de ello tuvieron que ver esos mensajes de telefono que tan mal quedan para mi gusto en una obra literaria. No sé, pero creo que la improvisación sobre la marcha se va haciendo demasiado evidente a medida que avanza (fue a apagar la radio... apagó la radio, sólo un poco más abajo p.ej) y vi el final de la historia como si estuviese en mitad de un callejón sin salida y oriendado hacia el fondo. Reconozco, de hecho, que me perdí en la historia. Sigo creyendo que hay un trabajador nato detrás de todo esto, y que lo creo capaz de hacerlo mucho mejor, incluso en este mismo certamen, en cuanto dé con la idea potente que necesita.

(Edito: Algo debía fallar, cuando los demás han puntuado una gran historia. Joder, es el estilo que más me gusta, crudo, directo, con mala leche, ofrece una visión distinta y actual de la brujería, entonces ¿qué me pasa con él?... Lo he vuelto a leer, mucho más despacio, y me he apoyado en los comentarios de los compañeros para entender las partes que no comprendí esa primera vez. Un 2.5 no es justo para este relato, máxime cuando, después de leer unos cuanto más, he puntuado relatos con la misma nota y que me han gustado menos. El problema vuelve a ser mío, de comprensión lectora. Y el formato. Seguro que leído en papel mejorará aún más. Aún así... gñññ sigue habiendo algunos detalles que me resultan confusos o un pelín forzados. Pido disculpas tanto al autor como al resto de compañeros.)

Mi voto:3.5

Esto... la de vueltas que he tenido que darle a este relato para sacar algo en claro porque hasta el final, me encajaba más con un demonio que con un brujo. En un primer momento pensé que el taxista había montado en el carruaje y por eso hacía maldades (una manera de pagar su deuda) pero no me parecía suficiente, como que no quedaba justificado el dominio de sus clientes.

Así que seguí pensando y di con algo que me ha encantado (si no es lo que tú has escrito, perdona la mejora jjajajajja): el taxi era el carruaje y, del mismo modo que los clientes no veían a las brujas que lanzaban los hechizos malvados, tampoco veían la realidad del vehículo ni la de su conductor. Solo después de haber sido victimas, podian verlo tal cual era.

Si esta es la idea, me parece cojonudamente buena XDDD

Por lo demás, los párrafos “radiados” igual deberían ir en cursiva o entrecomillados para que el lector quedara avisado del cambio narrativo fuera de la voz del narrador.

Hay frases que deberían estar escritas en otro orden: “De pronto, enseñó las palmas, se arrodilló y comenzó a formular una especie de oración mientras el taxi se alejaba, atrayendo la atención de los peatones.” Así parece que lo que llama la atención es la marcha del taxi, creo que debería ser: De pronto, enseñó las palmas, se arrodilló y comenzó a formular una especie de oración que atrajo la atención de los peatones mientras el taxi se alejaba.

Y, como mientras más releo, con mayor claridad veo la idea que tanto me ha gustado (acabo de caer en que el viaje cumple los deseos de los clientes):

Mi votación es de 5 estrellas.

Relato bien escrito, excepto eses breves detalles ya comentados (yo también invertiría esta frase dejándola así: "con la piel de la espalda y el pecho arrancada con un cúter"), buen ritmo y de agradable lectura. A mí lo de "darse el lote" me gusta y no me chirría especialmente. Yo lo entendí todo cuando se radia lo del descubrimiento arqueológico, todas esas noticias que escucha con gusto han sido clientes suyos y el final es estupendo, la conversión del taxi en carruaje no me extrañó pues no es una transformación, sino un caída del velo jojo

Cuatro estrellas:

****

Ejecución simple, directa, concisa y casi perfecta. La historia tiene un ritmo fantástico y ya desde el principio se hace imposible separar los ojos de ella hasta el final. Es muy llamativo el contraste entre ese paisaje moderno descrito durante la mayoría del relato respecto al carruaje y sus ocupantes descritos al final. Por la estructura del texto había muchas piezas que encajar y encajan como las piezas de un reloj. Volviendo al “casi”, si bien el texto tiene calidad literaria de sobra y se nota la buena mano del autor, en cuanto a estilo creo que aún se le podría dar un pulido a ciertas cosillas. Un trabajo estupendo, en cualquier caso.

La idea me deja con la boca abierta. Genial por su originalidad. Está escrito con soltura y, aunque descoloca el principio, cuando se descubre de qué va el juego ya sólo quieres pasear en ese taxi, saber más y ver hasta dónde puede llegar todo. Me ha gustado mucho. Y el título está logrado. 
Señalo algo: la acotación “ (La aguja del indicador de gasolina comenzaba a subir)” en cursiva y en medio del texto da la sensación de que es algo que también dice la radio. Creo que habría que diferenciar esa frase.
5 estrellas

Me ha gustado el relato. Te deja con ganas de saber más. De leer un sinfín de historias más. Describe muy bien todos y cada uno de los personajes y te adentra en cada una de las historias visualizándolas con claridad. Relato que quedaría muy bien en papel. 

Respira conjuros y brujería por todas partes. Barcelona tomada por el Maligno. 

Enhorabuena 

★★★★☆

Gracias a ti por permitirnos leerte 

Así qué, a seguir escribiendo eh