Hago los honores con...
La casa en el confín de la tierra: lo bueno es que el estilo de Corben de anatomías y fisonomías exageradas, iluminaciones extremas, angulaciones aberrantes... va muy bien con la obra original. Lo malo es que, tanto el estilo como la historia son muy conocidos y no sorprenden. Por lo demás, es la oportunidad de tener un pequeño-gran trabajo autoconclusivo y con sabor a clásico del viejo maestro Corben por menos de diez pavos y en una edición decente que inbcluye prólogo de mr. Alan Moore.
Este del oeste: En Ociozero se publicaron muy buenas reseñas del resto de obras de Jonathan Hickman. Esta es su nueva propuesta con el magnífico dibujante Dragotta, cuyo nombre no me sonaba, pero creo que en poco lo va a petar. La historia que se presenta parece que va a ser una macrosaga fácil de etiquetar como "western apocalíptico" (literalmente). Empieza "in media res" y vamos descubriendo una Norteamérica alternativa dividida en siete naciones que pactaron algo, por el momento no del todo claro, relacionado con los cuatro jinetes del apocalipsis. Hickman parece tenerlo todo bien pensado, los personajes son de lo más cool y no hacen más que soltar frases molonas, poner poses y vestir de forma guay, en un mundo grandioso con homenajes evidentes a "La torre oscura".
Siendo bueno el guión, Dragotta es el gran triunfador, capaz de diseñar las siete naciones de modo que sean diferenciables, utilizando con acierto referentes idealizados con un estilo dinámico y limpio que hace pensar en el "manga", pero también en dibujantes occidentales como "Adamov". Si no se tuerce la cosa con el paso de los números, esta puede ser una gran saga.
Historias de fantasmas: Este es el segundo tomito de los que sirvieron de presentación para Jeff Lemire ambientados en su condado natal del Canadá profundo. Como Hickman, ha pasado a ser otro de los geniales-limitados dibujantes que se han convertido en principales guionistas de la industria americana.
Esta obra es visualmente nefasta. Lemire dibuja muy feo todavía ahora y con coloristas que le apoyen, pero aquí, además, su estilo es muy primerizo y descontrolado. Sin embargo logra transmitir lo que quiere gracias a una buena planificación. Es una historia familiar, íntima, triste y sin esperanza.
Luego Karen Berger (creo que fue ella) le descubrió para el cómic comercial. Todo un acierto, porque leyendo algo así, yo nunca habría pensado que podría escribir con tanto éxito historias de acción superheroica, CF y similares. Le tengo ganas a su Trillium.
Bueno, pues ya está, por hoy.
La casa en el confín de la tierra: lo bueno es que el estilo de Corben de anatomías y fisonomías exageradas, iluminaciones extremas, angulaciones aberrantes... va muy bien con la obra original. Lo malo es que, tanto el estilo como la historia son muy conocidos y no sorprenden. Por lo demás, es la oportunidad de tener un pequeño-gran trabajo autoconclusivo y con sabor a clásico del viejo maestro Corben por menos de diez pavos y en una edición decente que inbcluye prólogo de mr. Alan Moore.
Qué ganas de echarle el guante...
Yo he estado con La Madone de Pellini, de Rivière y Federici, una adaptación (o supuesta adaptación, no lo sé aún, pero estoy intentando averiguarlo), de un relato publicado a título póstumo de Henry James, el de Otra vuelta de tuerca.
Es una historia muy decimonónica, de misterio, en el que un grupo de espiritistas (entre los que se cuenta el propio Henry James) se ponen tras la pista de un misterioso cuadro perdido de un pintor italiano del Renacimiento. La trama es muy original y tiene giros muy inesperados que consiguen ser inquietantes, y el apartado gráfico es muy sugerente y adecuado al tema:
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.