En la acera, camino del colegio, alguien ha escrito connasse con una caligrafía muy cuidada, en attaché, con una grafía muy de escuela, de preescolar, con tiza. La idea de un vándalo que en la cercanía de las instituciones educativas tiene el impulso de mostrar las competencias adquiridas en caligrafía y ortografía, esa pugna entre el acto grosero y el deseo de ser felicitado como alumno. Solo escribe con tiza robada en clase. Ha tenido que renunciar al spray, al rotring.
El miércoles vimos a un tío clavado a Noguera en la entrada de la Zeta, el típico garito para acabar la noche de borrachera y donde se conoce a la gente más rara y se producen las conversaciones más absurdas. Entonces nos vino a la mente la idea de que Noguera no es tan genial, sino que va con una libretita, todos los días, a todos los bares de este pelo en España, simultáneamente, y saca el material para los ultrashows. Todo esto desde detrás de un coche, con una risa muy maligna, muy anciana, y muy mal escondido de forma que todo el mundo puede ver perfectamente que, joder, que se está apropiando de las creaciones intelectuales de los borrachos y degenerados que pululan por allí
Nature abhors a gradient