Ronda 2: Cocinillas. Mantequilla y bacon, cubitera y termo, dulce (Grupo Lanza) - COMPLETO - 2502 1 - Excalibur 2

Me han dicho que en este italiano preparan una pasta que enamora y que tienen unos postres de quitar el sentido.

2502 nos prepara un plato sencillo pero contundente y que, si la pasta está realmente al dente, puede suponer un excepcional bocado.  El título, que en un principio no parece aportar gran cosa, al menos para mí, cuyo desconocimiento de la bella Italia es tan grande como el de otras muchas cosas, si hurgas un poco en la Wikipedia, descubres que la amatriciana es una salsa originaria de la pequeña ciudad de Amatrice, cuyo topónimo significa amante, y que resulta muy apropiado para esta historia, en la que desde el primer momento se describe lo que parece ser una cena romántica. Del giro final sorprende  que la cena no vaya a celebrarse esa noche o tal vez nunca más. No acabo de interpretar si se trata de una ruptura, un abandono o sencillamente, que el/la amante aparece cuando quiere o puede. Sin enamorar, me parece un micro correcto, al que engrandece ese toque de parmesano, esto es un gusto personal, capaz de convertir en arte cualquier plato que no nos haya quedado redondo. He realizado varias catas y aunque el conjunto es agradable, no acabo de encontrar ese sabor dulce que demandábamos, sino más bien, una pizca de amargura.

Amor nos habla de un joven enamorado, tal vez recién casado, que añora la cocina de su madre, en especial esos postres que le preparaba cuando iba al colegio y con toda probabilidad le había seguido preparando en el transcurso de su vida. Desde la nostalgia que siente, no puede evitar comparar su situación actual con la vivida años atrás y recibe con sumo cariño, como el mejor manjar, ese sencillo café que le prepara su querida esposa y que adereza con un toque de canela, que veo yo aquí, como una metáfora del amor que pone a pesar de su desconocimiento absoluto del arte culinario. No me parece, desde luego, una buena política para perpetuar el matrimonio decirle a tu mujer que no sabe cocinar, y mucho menos recordarle lo bien que lo hace tu madre, pero eso es algo más personal. Redondea el autor un micro correcto en el que sabor dulce se aprecia de sobra en ese amor que se profesan los recién casados.

Es un duelo muy igualado en el que sinceramente me gusta más Amatriciana, pero en el que aprecio con más mucha más claridad el sabor dulce en Amor. Mi voto se lo voy a dar a Amor, por considerar que se ciñe mejor al sabor requerido en las premisas.