Cinjis Kan

Reseña del cómic de Cothias y Griffo publicado por Glénat

Cinjis Kan es un cómic histórico que toma una óptica intimista a la hora de contarnos la historia del famoso líder mongol (Gengis Kan). En vez de contarnos los hechos con una cierta distancia, atendiendo a una perspectiva a gran escala, en la que se tomen como referencia reinos, fechas y grandes batallas, el cómic de Cothias y Griffo opta por el lado humano del personaje y nos muestra su compleja situación familiar, sus amoríos, sus amistades, sus anhelos...

De esta manera, podemos introducirnos en el día a día de los pueblos nómadas, en su forma de vivir, sus tradiciones, su mentalidad. Hechos que podrían haberse quedado en anécdota de haber sido protagonizados por otro personaje se van concatenando para forjar un destino que llegó a ser legendario.

Cinjis Kan se desarrolla de forma estrictamente cronológica. El primer volumen, El eterno cielo azul, arranca con el nacimiento del protagonista y, tras explicarnos su infancia y adolescencia, se cierra tras la caída en desgracia de su clan. En el segundo, La sombra de los conquistadores, asistimos al ascenso imparable de un gran estratega, aun joven, que consigue aglutinar a su alrededor buena parte de la gloria que tuvo su padre. En el tercero, La cólera del lobo, un Temudchin (nombre real del protagonista) ya adulto navega por las revueltas aguas del continente asiático, en el que el Imperio Chino intenta mantener su influencia sobre las tribus nómadas para garantizar la ruta de la seda y las especias. Por desgracia, la serie termina aquí y el cuarto número, por lo que sé, no ha llegado a ser publicado. Una lástima porque el ritmo y la calidad de la narración prometían mucho.

Aun así, la parte publicada merece mucho la pena. Aunque el cómic es realista, la acción es digna de cualquier epopeya fantástica, desde el nacimiento con ecos mitológicos de Temudchin al tiempo que su padre triunfa en el campo de batalla hasta las aventuras que el joven huérfano debe vivir para imponerse en un mundo convulso y violento. No obstante, lejos de la exaltación, la narración nos presenta al protagonista como alguien muy humano, inteligente, decidido, con el suficiente escepticismo para no verse devorado por su propio rol.

El apartado gráfico es formidable. La recreación de los escenarios, las vestimentas, las batallas, etc. es muy sugerente y consigue sumergir al lector dentro de la trama. Es uno de estos cómics que se disfrutan en una relectura.

En definitiva, Cinjis Kan una interesante propuesta que, por desgracia, no ha sido completada ni parece que vaya a serlo, pero que con los tres tomos publicados (unas 150 páginas) brinda ya mucho material de calidad.