Superstición: Varita mágica
Enrique Villas-Matas confesaba no hace mucho una lista completa de rituales: “Por las mañanas, si despierto en mi casa de Barcelona, lo primero que hago es mirar por la ventana, confirmar que se ha hecho o se hará de día. A continuación, le pongo una vela a Gombrowicz, renuevo mi culto. Después, me santiguo, hago la señal de la cruz, tranquilizo al Dios cristiano. Acto seguido, toco una varita mágica que compré en Colonia en compañía de Cristina Fernández Cubas, calmo a los dioses paganos. Esa varita está en mi escritorio desde hace once años, y cualquiera se atreve a desplazarla a otro lugar de la casa. Por si usted no lo sabía, Cristina tiene magia, tiene extrañas relaciones con el mundo de las cosas que ya no existen, se dice que tiene poderes y una gran capacidad para captar lo extraordinario en lo normal. Cuando compramos en Colonia mi varita (ella se compró otra igual), me dijo que no la perdiera de vista, por eso toco esa varita cada mañana”.
¡Justeros! Los grandes de la literatura tenían sus pequeñas supersticiones. Manías sin las que no se veían capaces de crear las grandes obras que nos regalaron. Vosotros no vais a ser menos que estas figuras literarias, así que queremos que escribáis un micro que refleje una superstición con el tema propuesto.
En este caso: "Varita mágica". Por supuesto, queremos algo distinto al ejemplo dado.
El plazo para presentar vuestros micros concluye el domingo 9 de Marzo a las 23:59h. Os recordamos que está prohibido editar vuestros textos.
Embrujada
Me protegía; Álvaro, incrédulo, quiso demostrarme lo contrario pegándome con ella. Pero fue hacerlo y abrirse una grieta en el techo. Las ventanas reventaron, y un brazo de viento se lo llevó ante mis narices. El tonto no había soltado la vara; casi me conmovió verle ascender pataleando.
Nunca sin mi paraguas