La cruda realidad
No te inmutaste cuando amanecí convertido en insecto. No me besaste para hacerme tu príncipe azul. Intento atraer tu atención bailando ante tus ojos aunque sé que, cuando acabes estas líneas, me darás un portazo y buscarás aventura en otras páginas. Quizás, solo quizás, no me olvidarás.
Incomunicando
Temiendo que no te tenga fuera de cobertura, me agoto la batería comprobando que no llamaste aún.