El nombre
Te vi reflejada en el cristal, en ese momento donde se pierden las certezas, y al sobrevolar París, como dos aristogatos nos perdimos por sus tejados trazando una misteriosa coordinación con la música de Debussy. El avión aterrizó y desperté. Nunca supe tu nombre.
Su nombre: Denis
Harto de vivir la misma historia, el lobo-hombre escapó del relato que lo mantenía preso. Alternó con los crápulas del Sena ejecutando negocios a punta de pistola. El desengaño enturbió su mirada. Resolvió volver a ser personaje. Pero su autor ya había muerto. Se convirtió en canción.
"Para no ser los esclavos martirizados del tiempo, embriagaos, ¡embriagaros sin cesar! con vino, poesía o virtud, a vuestra guisa." (C. Baudelarie)