A las diez en casa.
-Antes de que papa vuelva he de regresar.
-Pero...
-Sí, sé que piensas que ya somos mayores, pero ya conoces a mi padre.
-¿Nos vemos mañana entonces?
-Claro.
Se besaron tiernamente. Después cada uno de los octogenarios arrastró sus pies en direcciones opuestas.
Amor light
Sin deshojar margaritas. Sin música de fondo. Sin hacer manitas. Conectados por un programa informático, hemos quedado en un chat sin videocámara. Sin faja y sin maquillaje, iré con gafas de pasta y pijama de franela. Una cita sin complicaciones ni mariposas en el estómago, que engordan.