Ayer, volviendo del gimnasio, me encontré a un tipo con un collar-placa rosa de UPyD que quería decirme algo, el típico vendemotos con un bloc que está quieto en la calle y que intenta interceptar a personas y convencerles de algo.
Me comentó que UPyD quería presentarse a las elecciones, tener la oportunidad de estar en el parlamento. Que era necesario recojer cierto número de firmas y que era positivo que en el parlamento catalán hubiese alternativas.
Pese a no simpatizar absolutamente con UPyD, me pareció justo que pudiera presentarse a las elecciones porque es un partido de suficiente releváncia nacional como para ser ignorado como un partido cutre, así que como se trataba sólo de ayudarles a presentarse, y no a ganar, firmé el apoyo.
Luego hoy, pensé que UPyD en Cataluña sería beneficioso, al igual que lo es en el resto del estado, porque UPyD es un partido que se nutre principalmente de votantes desencantados del PP y el PSOE, es un hecho que desde que está UPyD, PP y PSOE han bajado mucho. Vale, PP no bajó en las elecciones, pero que le votara el mismo número de gente no significa que le votara la misma gente. Con lo cabreada que estaba la gente con el PSOE el PP debería haber subido, pero no subió, toda esa gente que dejó de votar al PSOE y que debería haber votado al PP se fue a UPyD.
Tener a UPyD en Cataluña significaría debilitar al PPC y al PSC, tanto a los votantes que creen que el PPC es demasiado radical como a los que creen que el PSC es demasiado blando. También podría absorber votantes de Ciutadans que quieran una opción centro moderada sin ser tan asquerosamente anticatalanistas como son todos los lerrouxistas de Ciutadans.
UPyD es el partido mágico, la alternativa moderna y moderada de los obsoletos PP y PSOE que los hace debilitar, a la vez que promueve la subida de los partidos nacionalistas.
Yo pensaba que UPyD y Ciutadans eran la misma mierda, que incluso pedían el voto conjuntamente.