La sabiduria de nuestros políticos: Las leyes son como las mujeres, están para violarlas

También encuentro un exceso de dramatismo a la hora de juzgar unas frases que, aunque desacertadas, más o menos las podríamos decir todos en un determinado momento. No las mismas frases, pero de ese estilo "políticamente incorrectas" y no sé si realmente merecen la dimisión del político de turno por simplemente haber soltado una idiotez.

Quizás le veo la lógica ante que aunque ser simplemente una tontería, ésta se magnifica tan brutalmente y que podría afectar gravemente la reputación del sujeto y del propio partido, y consecuentemente perder potencial votante. Pero vamos, que el despedir a la persona o que ésta dimita me parece más un acto de postureo conveniente, de damage control, que de un castigo por haber blasfemado.

Que por un lado se prejuzga duramente a los políticos y por otro lado se espera que sean unas personas correctísimas y que nunca cometan un error. La verdad es que eso me parece hipócrita y tendencioso y es normal que ante esa lógica doble e imposible ningún político se salve de la quema y eso tampoco es justo.

Qué caldeados que estáis en éste foro. Quizás es que vengo de Videojuegos y allí las cosas se analizan más fríamente pues sólo son juegos, pero vamos...

Mi texto es claramente generalizador, que critica el exceso de celo con que se miden los comentarios de los políticos y la furia con que se piden consecuencias respecto a estos, como si fuera una clase demonizada que cualquier pretexto es válido para cargar con violencia.

No he defendido particularmente lo dicho por Castelao, que me parece grave y de mal gusto y veo correcto que dimita, pero es que Varagh ha puesto los ejemplos más indignantes de comentarios desacertados por políticos, y obviamente mi comentario crítico iba hacia los patinazos más comunes.

Saludos.

Justo lo acabo de ver en las noticias, la última frase de Wert, más incendiaria que nunca:

"El objetivo del Gobierno es españolizar a los alumnos catalanes."

Un comentario rancio, atrevido y provocador; perfectamente digno de tiempos de Franco. Increíble.

Ese tertuliano es un peligro. Su mundo ideal es una distopía neocón y lo peor es que no actua con realismo y hablando con todos, como hacen normalmente la mayoría, este quiere aplicar el programa de verdad.