Está ahí abajo
El niño se acurrucó bajo las sábanas. Se había quedado paralizado al verlo arrastrándose por el suelo, en la penumbra, y se había orinado encima cuando escuchó cómo rechinaban sus dientes.
Bajo la cama, el monstruo temblaba y tiritaba de pavor.
Temores
Corrió a su habitación y se metió bajo la cama, llorando y aporreando el suelo. Suplicando al ser que allí habitaba que se lo llevara. Que le alejara del monstruo que llamaba a su puerta, con una botella vacía en una mano y el cinturón enrollado en la otra.