Bueno, un tema un poco más ligero, que con esta crisis acaba siendo deprimente leer cualquier cosa. El viernes pasado nos invitó la vecina al jardín de abajo (una especie de patio de luces con césped y unos árboles) como todos los años: cada uno lleva algo de comer, algo de beber, ponemos unas sillas y una mesas y estamos de charra de merienda - cena.
El caso es que yo creía que era algo que organizaba ella, sin más, porque es una persona muy amable, pero el sábado descubrí que es el ayuntamiento, en realidad, quien lanza la iniciativa: en efecto, el 1 de junio era el día del vecino y el ayuntamiento facilita packs (que no sé en qué consisten, porque, por lo visto, se habían acabado cuando los solicitó nuestra vecina) para fomentar que se junten los vecinos.
Me ha parecido una medida muy curiosa y, qué demonios, positiva: es un buen momento para compartir anécdotas sobre la agencia que nos alquila los pisos, hablar de horarios, conocerse un poco mejor... convivencia, vaya. Frente a la masificación general que se vive, me parece una idea muy interesante que solo "roba" un poco de tiempo.
¿Qué opináis? ¿Os parece que merece la pena algo así? ¿Os juntáis alguna vez con los vecinos? ¿Se debería promocionar algo así? ¿Es una pérdida de recursos?
Sí, no está mal. Lo vimos en francés. Nació en París, la ciudad con más solteros/-as del mundo. El Estado luego la exportó al resto. Deberían de haceros un examen de civilización y ciudadanía francesa antes de casaros con sus mujeres XDDD Tuvieron que probar algo para que la gente socializara un poco XD putas urbes
Aquí hay un proyecto que se llama compartir dóna gustet desde las movidas antisistema que defiende la creación de comunidad, de lazos informales, a través de la cultura popular. Supongo que viene del mismo fenómeno de atomización de la peña en las ciudades. Están haciendo la "arròs movie", en la que hacen paellas en barrios de toda la zona dels Països Catalans con movimientos sociales y vecinales como defensa de ese espacio popular, donde comparten cosas, etc.
Y luego están los huertos urbanos okupados, o los CSO, que siempre intentan atraerse al barrio. Supongo que es demasada cultura juvenil y un desafío a la propiedad demasiado fuerte para el vecino medio, pero siempre consiguen algo aunque sea de manera superficial.