Salir un jueves por Gijón

O sea, qué mierda de pueblo, con la mayoría de bares chapados a las tres

Acabamos pillándonos unas litronas en una gasolinera de mala muerte y nos las tomamos en un banco de mala muerte de un barrio de mala muerte mientras hablábamos de mujeres que nos follaríamos y técnicas para que las más mojigatas se dejen dar por el culo (esto ya no era tan de mala muerte). Y a pesar de la malamortandad de la situación, fue el mejor momento de la noche. Esto se lo contaré a mis hijos cuando les hable de la historia de cómo conocí a su madre.