Lista de Las muertes mas inusuales
Banda sonora para este hilo...
http://www.youtube.com/watch?v=JC55_uUcWQM
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Corta/pegado de diferentes fuentes...
Desde la Edad Antigua hasta la actualidad, personajes célebres (y no tan celebres) han muerto de formas extrañas, inusuales y peculiares. Incluso la Wikipedia reunió algunos de estos fallecimientos en un artículo.
http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_unusual_deaths#cite_note-128
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Este es un recopilatorio de varios ejemplos de muertes "peculiares"...
En el año 458 a.C., el escritor griego Esquilo, autor de obras como "La Orestíada", se dice que murió cuando un águila dejó caer sobre él una enorme tortuga, al confundir su cabeza calva con una roca. El ave tenía la intención de romper el caparazón del animal para poder alimentarse de su carne, pero su error visual terminó con el dramaturgo.
Francois Vatel era chef en la prestigiosa corte del monarca francés Luis XIV, conocido como el Rey Sol. Pero un día de 1671 ocurrió un hecho trágico: los mariscos (o pescados, hay versiones) que había encargado para una importante cena de la corte, no llegaban a tiempo. Abrumado por la vergüenza de atrasarse con una cena tan importante, Vatel se suicidó con una espada. Irónicamente, su cadáver fue descubierto por un ayudante enviado para avisarle de que los mariscos ya habían llegado.
Allan Pinkerton fue un famoso detective escocés que prestó servicios de inteligencia para EE.UU. Su legado es tal que el registro de criminales que creó está hoy en poder del FBI. Pero el agente tuvo un final poco acorde con su prestigio: murió en Chicago en 1884 de gangrena, tras una infección producto de una caída en la que se mordió la lengua.
Jack Daniel, famoso en el mundo entero por crear la fábrica donde se produce el whisky que lleva su nombre, tuvo un ataque de furia contra su caja fuerte en 1905: se olvidó de la combinación y ciego de rabia, la pateó. Daniel murió por la infección de un dedo de su pie ocasionada por las heridas sufridas en aquellas patadas.
El escritor norteamericano Sherwood Anderson jamás imaginó que tragarse un mondadientes pudiera ser tan peligroso. El episodio ocurrió durante un crucero a América del Sur, en 1941, y terminó con su muerte a causa de una perforación del colon y una peritonitis fulminante ocasionada por el palillo.
Tycho Brahe. Un importante astronomo danés del siglo XVI. En el siglo XVI, levantarse de la mesa antes de acabar de comer era considerado un insulto. Según cuentan algunas fuentes, Brahe (que era conocido por sus excesos con la bebida y que tenía problemas de vejiga), en cierta ocasión se olvidó de pasar por el baño antes de sentarse en un importante banquete. Además, empeoró las cosas bebiendo demasiado y fue demasiado educado para disculparse. Su vejiga finalmente explotó, matándolo lenta y dolorosamente durante 11 días.
Francis Bacon. En el año 1626, comenzó a caer nieve sobre Londres. Bacon decidió que era una estupenda oportunidad para investigar la acción del frío para retrasar la descomposición de los cadáveres. De esta manera, se dedicó la tarde a los menesteres de enterrar un pollo muerto en la nieve y ver como el pollo cubierto de nieve se congelaba. Desafortunadamente para él, el frío intenso obró lo suyo, y Bacon se ganó una buena gripe. Debido a su avanzada edad (65 años), la gripe se complicó y se convirtió en pulmonía, la que le costó la vida unos días después. En cuanto al pollo que Bacon enterró, nada se sabe sobre él.
El poeta chino Li Po, considerado uno de los dos más grandes de la historia literaria china, era muy conocido por su amor al licor y se cuenta que estaba borracho perdido, la noche en que se tiró de su bote y se ahogó en el río Yangt-ze para intentar abrazar el reflejo de la luna en el agua.
El rey Adolfo Federico de Suecia amaba comer y murió por ello. Falleció en 1771 a la edad de 61 años a causa de un problema digestivo luego de comer una cena gigantesca consistente de langosta, caviar, chucrut, sopa de repollo, ciervo ahumado, champaña y catorce platos de su postre preferido.
François Félix Faure fue el Presidente de Francia de 1895 hasta su muerte en 1899 (sexto presidente de la III República francesa). Murió mientras fornicaba en un prostíbulo de París. Se dice que la joven con la estaba sufrió un terrible shock y que los médicos tuvieron que separarlos de formas un tanto radicales.
Después de la guerra civil norteamericana, el controvertido político Clement Vallandigham, de Ohio, se transformó en un exitoso abogado. En 1871 defendió a Thomas McGehan, acusado de disparar contra un tal Tom Myers durante una disputa en un bar. La defensa de Vallandigham se basaba en que Myers se había disparado accidentalmente a sí mismo al desenfundar su pistola cuando estaba arrodillado. Para convencer al jurado, Vallandigham decidió demostrar su teoría. Desafortunadamente, utilizó por error una pistola cargada y terminó disparándose accidentalmente a sí mismo al desenfundar la pistola cuando estaba arrodillado. Con su muerte, Vallandigham demostró la teoría del disparo accidental y consiguió exonerar a su cliente.
Bobby Leach no temía cortejar a la muerte: en 1911 fue la segunda persona en el mundo en sobrevivir a una caída en barril por las cataratas del Niágara. Realizó muchas proezas de ese tipo, por lo que su muerte es especialmente irónica. Caminando por una calle de Nueva Zelanda, Leach tropezó con un pedazo de cáscara de naranja. Se rompió la pierna tan malamente, que debió serle amputada poco tiempo después. Murió debido a complicaciones de la cirugía.
Christine Chubbuck fue la primera presentadora en suicidarse durante un programa en directo. El 15 de julio de 1974, a los ocho minutos de programa, la deprimida reportera dijo: “Para mantener la política del canal 40 de traerles lo último en materia de sangre y entrañas, y a todo color, aquí tienen una primicia: un suicidio”. Y a continuación, Chubbuck sacó un revólver y se disparó en la cabeza.
En 1911, el sastre francés Franz Reichelt decidió probar su invención, una combinación de sobretodo y paracaídas, saltando de la Torre Eiffel. Les dijo a las autoridades que utilizaría un muñeco, pero a último minuto decidió probarlo él mismo. Su invento no funcionó.
En 1991, una mujer tailandesa de 57 años llamada Yooket Paen estaba caminando por su granja cuando se resbaló, se agarró de un cable y se electrocutó hasta morir. Poco después de su funeral, su hermana Yooket les estaba mostrando a unos vecinos cómo había sido el accidente cuando ella también se resbaló, se agarró del mismo cable, y murió igual que su hermana.
Oliver Reed, actor británico, que fue famoso por sus excesivas borracheras. Murió repentinamente de un infarto en un bar en la capital de Malta durante el rodaje de la película Gladiator (estamos hablando del actor que encarnaba a Próximo, el dueño de la escuela de gladiadores). Con 61 años a sus espaldas, se fue a tomar unas copas, retó a echar pulsos a cinco jóvenes marinos ingleses de la Royal Navy que había en el bar y para acompañar la situación, se bebió ocho botellas de cerveza alemana, numerosos whiskies dobles y tres botellas de ron jamaicano...tras todo aquello, inexplicablemente, murió. Tras esto, se tuvo que montar digitalmente las últimas escenas de Reed en la película y el bar donde ocurrió la muerte del actor paso a llamarse "Ollie's Last Pub" ("El último pub de Ollie").
David Carradine, fallecido por asfixia inducida durante la masturbación Según las fuentes policiales, el actor estaba "desnudo, ahorcado con una cuerda y dentro del armario de la alcoba" cuando fue hallado.
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...Pero más triste que se ha visto nunca, la muerte en la que se rió hasta el forense, es la de un hombre al que encontraron aplastado bajo de una roca con una gallina enchufada al pito. Mientras se la estaba tirando a la gallina, el piedro se desplazó, truncando para siempre aquel hermoso idilio y matando a ambos amantes.
...y la galleta que pudo cambiar la historia
El presidente de EE.UU., George W. Bush, estuvo a punto de engrosar la presente lista el 13 de enero del 2002. Aquella tarde, Bush miraba un partido de fútbol americano en la televisión cuando se desvaneció luego de atorarse con una galleta. El desmayo duró unos instantes y le costó algunos rasguños en el rostro. En el momento del incidente, Bush no tenía quien lo auxiliara; solo al volver en sí pudo llamar a su enfermera particular.
Premios Darwin