Extraños compañeros de cama

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solharis
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Abro este hilo con la intención de que todos aquellos que deseéis acudir a la convocatoria nº6 podáis colocar vuestros relatos para que sean leídos por el resto. Así luego podríamos comentarlos en la tertulia.

Respecto a la próxima tertulia abriré un hilo aparte.

Me parece un sistema más cómodo que ir enviando los relatos por correo pero esto está abierto a discusión, por supuesto. 

El tema es el de los extraños compañeros de cama y se trata de sexo, no de política... Cualquier experiencia sirve, ya sea real o imaginaria. Sólo importa que se trate de extraños compañeros de cama, de esos que nunca creyeron que acabarían juntos y además revueltos. 

 

Un saludo.

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Laura Luna
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Un posible compañero de cama:

http://lossecretosdelarosa.blogspot.com/search/label/La%20puerta%20abierta

Leed de abajo a arriba, que ya sabéis cómo van los blogs.

Even the moon needs to be dark sometimes: http://lauralunamun.tumblr.com/

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solharis
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Yo también dejo mi relato sobre extraños compañeros de cama.

El putero que vino de las estrellas

alexessolharis.blogspot.com/2010/08/el-putero-que-vino-de-las-estrellas.html

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Odin
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"Y cuando despertó, el dinosaurio no estaba allí... si no en su cama!"

Es coña, es coooña. Aqui el mio. Disculpadme, porque lo he hecho hoy deprisa y corriendo. Ando liado con el relato que quiero mandar al Visiones, y en fins... Aqui ta, :)

 

 

La princesa está triste. ¿Qué tendrá la princesa?

 

Don Fernando está enfadado. Enfadado con el mundo. Desde que falleció su mujer, hace ya tres años, no ha vuelto a ser feliz. Mira a la vida con hastío, tristeza, pena y desprecio. Y ahora, enfadado con Doña Milagros, vecina suya que se ha comprado un perro, y ladra muy temprano, despertándole antes de su hora.

 

Doña Milagros está contenta. Desde que su hija se marchó de casa, vivía, y lo que es peor, se sentía, sola. Hasta que una tarde le regalaron a Toby. Toby es un cachorro sin raza. Un chucho, que se dice. Y ahora, es poco menos que su niño. Su ojito derecho. Le hace compañía cuando echa de menos a su hija, le habla de ella cuando se sienta en su regazo, y le da una razón para salir a la calle, aunque solo sea para pasearle.

 

Doña Milagros sabe que a Don Fernando no le hace gracia que ella tenga un perro. Pero también sabe que es que, a Don Fernando no le hace gracia nadie. Se queja por todo, ese viejo cascarrabias. Quizás, a él le haga más falta que a ella, un perro como Toby, piensa sonriendo.

 

Toby es un perro feliz. Es pequeño, y tiene ganas de jugar. Ahora está en el parque, corriendo y jugando con otros perros. Mira hacia atrás, y ve a Doña Milagros, la mujer que le cuida, llamándole, pero se hace el remolón, los otros perros tienen ganas de seguir jugando, y corre con ellos, alejándose un poco más de Doña Milagros, hasta que la pierde de vista. Toby ya no escucha a Doña Milagros. Quiere volver, pero no la ve. Toby se ha perdido.

 

Don Fernando está cansado. Cansado de Doña Milagros y de su perro, así que va a hablar con ella, y a decirle de una vez, que ese perro no puede seguir así. Que si le quiere tener, tendrá que ponerle un bozal. Don Fernando llama a la puerta de Doña Milagros.

 

Doña Milagros está triste. Pequeñas lágrimas saladas corren por su rostro, porque ese pequeño vendaval que era Toby, se ha perdido. Ha puesto carteles por el barrio, pero  todavía no ha conseguido nada. Por un momento, Doña Milagros ha recuperado la esperanza. Han llamado a su puerta. Puede que tengan noticias de Toby. Es posible, incluso, que se lo traigan. Pero cuando Doña Milagros abre la puerta, se decepciona. Es el carcamal de Don Fernando.

 

Don Fernando no entiende qué pasa. No esperaba ver llorar a Doña Milagros. Está desconcertado y confuso. No sabe qué decir. Ella le cuenta que ha perdido a Toby, y él, que debía estar celebrándolo, se siente mal, culpable, como si de tanto desearlo se hubiese hecho realidad. El alma se le ha caído a los pies, y ve a Doña Milagros vulnerable y triste, muy triste, como nunca la había visto. Y hace, lo que nunca pensó que iba a hacer. Abrazarla. Curiosamente, se siente cómodo.

 

Doña Milagros necesitaba desahogarse, aunque fuese con Don Fernando. Se siente confusa, porque no esperaba tanta ternura por parte de Don Fernando. Está a gusto, entre sus brazos, le gusta que la consuelen, y hacía tiempo que no la abrazaban y le tocaban el pelo con tanta ternura.

 

 

 

Don Fernando ha esperado a que Doña Milagros se calmase, para irse de su casa. Ahora está en la calle, buscando a Toby. La pena de Doña Milagros es muy grande, y se siente en la obligación de ayudarla. No ve nada, y vuelve al portal, donde, le parece que cerca, hay un perro muy parecido a Toby. Sí, es Toby.

 

Toby está desesperado. Nunca había estado tanto tiempo fuera de casa, y se había acostumbrado a los cuidados de Doña Milagros. Por fin ha encontrado el rastro, y cree estar cerca. Pero está cansado. Hace mucho que no come nada. De repente, se asusta, y comienza a ladrar. Un hombre le ha cogido en brazos, y se lo lleva.

 

Doña Milagros se sorprende. Le parece estar escuchando a Toby ladrando en el portal. Sí, son sus ladridos. Abre la puerta, sale al descansillo, y ve a Don Fernando, como un caballero andante rescatando a un niño en peligro de las fauces de un Dragón, con Toby en brazos. Le quita a Toby de las manos, mientras éste mueve el rabo como si fuese el de una lagartija, y se dedica a pegar lametones a Doña Milagros. Le da mil besos a Don Fernando, y le invita a entrar en casa, para invitarle a un cafecito en agradecimiento.

 

Don Fernando no se esperaba nada de esto. Ahora está en la cama, con Doña Milagros, y Toby a los pies, y vuelve a mirar a la vida con optimismo y alegría. Don Fernando ya no odia al mundo. Ahora, es feliz.

 

Aun aprendo...

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