¡Buenas!
No soy muy asiduo de este foro, y normalmente me limito a leer comentarios y críticas, más que nada porque tengo poco tiempo para leer narrativa.
Pero de vez en cuando veo un libro famoso y me digo "oye, me han hablado mucho de este, pero no lo he tocado nunca. Voy a ver qué tal...".
Me sucedió el año pasado con Drácula, de Bram Stoker. Todo el mundo me había hablado maravillas de este libro. Lo leí y me pareció un coñazo, una historia más bien tópica (aunque supongo que en la época no lo era), repleta de personajes planos y estereotipados, buenos hasta el extremo de provocar vergüenza ajena, y con un villano muy poco definido y... ¿desdibujado? ¿irracional? El conde Drácula, el vampiro más famoso de todos los tiempos, uno de los mayores villanos de la historia del cine, resulta que, en el libro que le dio vida, tiene poco de carismático. Nunca sabemos por qué hace lo que hace, o cuáles son sus intenciones reales, más allá de hacer crecer su harén de mujeres fantasmales.
Si no supiera por otras fuentes que el conde quiere revivir a su amada, por el libro no lo habría adivinado. Y si lo menciona el amigo Bram, es tan de pasada que ni me di cuenta cuando leí su libro.
Lo único que puedo reconocerle a Bram es que su estilo, muy en la línea de otros autores victorianos, como Wilkie Collins, sin ser ligero, es efectivo, que sabe crear atmósferas y entornos, y que el tipo de narración "epistolar" es bastante interesante (pero, de nuevo, en la línea de lo común en su época. Collins ya lo hizo en La Dama de Blanco).
De todos modos, no pude evitar acabar el libro pensando "menuda estafa de mito".
Lo más curioso es que desde entonces nunca me he encontrado con nadie que compartiese mi opinión respecto a Drácula. Todo el mundo a mi alrededor lo considera una obra maestra, la pieza clave de la literatura gótica, el pilar de los libros de terror... ¡Pero si es una ñoñería de libro! ¡Los personajes son todos tan buenazos que dan grima, que dan ganas de pegarles por sosos y por moñas!
Esto viene a raíz de una discusión que tuve con un compañero de clase, de nuevo defendiendo la excelsa calidad literaria de Drácula. Y yo vengo a vosotros, convencido de que no soy el único que considera que Drácula, de Bram Stoker, es más mito que realidad.
Andronicus dixit
Hombre, pues yo no puedo decir que no me gustara el libro, porque la verdad es que me gustó, aunque hubiera algún que otro momento que me pareciera más pesado de la cuenta y tampoco me gustara el rollo ñoño y de color de rosa cristiano de los personajes, pero en general bien. Eso sí, tampoco es de esos libros que me deslumbran lo suficiente como para releerlos o recomendarlos encarecidamente, nolo veo para tanto; otra cosa es el valor pionero que tenga, quizá robado del de Polidori, que tendré que buscar para leerlo.