Aquí discrepo. La Economía sí ha superado la teoría marginalista con modelos mucho más realistas. El problema es que es lo que se sigue estudiando en las facultades. En primero te dicen que el salario iguala a la productividad marginal y también en segundo, en tercero... Pero si un día vas más allá y quieres profundizar te encuentras con que hay teorías alternativas y más modernas. Claro, luego hablas con otros economistas y les resultan extrañas.
El salario de los jefes es de una naturaleza totalmente diferente a la de la mayoría de los trabajadores. El salario no es un incentivo para el jefe que lo recibe sino para los subalternos que luchan por conseguir su puesto. El jefe no gana una pasta porque aporte mucho a la empresa sino para que los subalternos trabajen más con la esperanza de ser jefes algún día. A medida que subimos de nivel, el salario se desvía más y más del supuesto óptimo.
También otros temas como el racismo han sido analizados por economistas. Lo que ocurre es que en la Facultad la teoría de la información asimétrica la aplican a otro tipo de problemas como la venta de coches de segunda mano. No te explican que muchas teorías pueden aplicarse al racismo, la promiscuidad sexual o el gobierno con resultados bastante notables.
Por poner un ejemplo personal, recuerdo que uno de mis profesores se descolocó bastante cuando hice un modelo sobre la decisión de un cristiano de llevar una vida virtuosa o de pecado.
Yo ya nunca he comulgado con la teoría marginalista en el mercado de trabajo, que se basa casi en la competencia perfecta y en las expectativas racionales, cuando el mundo real hay información y negociaciones asimétricas. Recuerdo haber leído una traducción de Krugman en El País -creo que la colgué en el foro- que hablaba de que se había extendido demasiado el supuesto del homo economicus. Pues eso.
El modelo de mercado de trabajo que más me convence es el de Marx: El capitalismo es un sistema económico que se basa en invertir dinero (d) para producir mercancías (m) que vender para ganar más dinero (d'). Un modelo de producción capitalista de mercancías cuyo cirucuito es d-m-d', siendo d<d'.
Para que d<d', el valor de las mercancías producidas tiene que ser mayor que el valor de los inputs, con lo que en el proceso productivo tiene necesariamente que generar valor. ¿Cómo? Utilizando una mercancía cuyo valor de uso sea generar valor de camio: el trabajo. De esta forma, la diferencia entre el valor de cambio del trabajo (el salario) y el valor de uso que genera (su productividad, que no es más que la integral de la productividad marginal de la que hablan los marginalistas) es el valor generado o plusvalía.
En este punto, entran los modelos de negociación de que hablan los keynesianos (aunque a mi juicio, excesivamente simplificados). Para algunos, se sigue acudiendo al modelo de oferta y demanda de que hablaba Marx, a otros, la negociación colectiva los ha puesto en una posición mucho más favorable, pero a costa de sus compañeros, y están los privilegiados que consiguien negociar simétricamente cuando no favorablemente con la empresa. Defendía que Cristiano Ronaldo cobrara lo que cobra en el Real Madrid porque estaba seguro que aún así, el club iba a quedarse con una plusvalía. Del mismo modo, los directivos están en una posición favorable respecto a los capitalistas. No hay un modelo claro de contratación de directivos, que consiguen torcer las reglas a su favor. Se cobra un % de beneficios, o del presupuesto, o en función de algún objetivo, que se pueden conseguir inflar con algo de ingeniería contable.
En otras palabras, un consejo de administración puede hacer y hace lo mismo que hacen los políticos: subirse su propio sueldo.