Llegué a casa cansado, después de un día de extracciones, revisiones y de tratar a los pacientes con todo el cariño, carisma, alegría, cordialidad, profesionalidad y amabilidad que pude, como hago siempre con cada paciente, pero... ¿qué hace para cenar? Mi churri venía a casa y quería hacer algo especial, algo diferente que no hubiera hecho antes.
-- ¡¡YA SÉ!! -- Me dije con alegría mientras sonrería de oreja a oreja. -- Voy a hacer empanadilla.
Baje al Alimerka que tengo en la calle que sube hacia mi casa, ahí donde ocurrió aquel desagradable incidente con los coches y de la que os dejé constancia con un paint.
Y me hice con harina, margarina, levadura y aceite; además de comprar alguna cosa más, por si fracasaban las empanadillas y tenía que tirar de algo. De todos modos las empanadillas solo iban a ser el aperitivo, así que no había mucho más problema
Llegué a casa y saludé con efusividad a mi nuevo compañero de piso (uno normal, por fin, después de tantos que se han ido). Le comenté la jugada y luego me dispuse a la faena.
Para mi gusto las empanadillas fueron un fracaso... hice la masa muy gorda de forma que las mismas chuparon mucho aceite... pero sorprendentemente a mis dos compañeros, a quienes les dejé unas 10 para que las cenara/acompañaran su cena, les encantaron y ya me han pedido más. A mi churri también le gustaron mucho, pero de verdad... a mi no me dio más por ellas.
Menos mal que tenía allí preparada el resto de la cena, una cena que hice con mucho amor para todo el mundo, con mi delantal de central lechera asturiana bien atado para que el aceite no me salpicara y con la redecilla para el pelo, evitando que mis largos cabellos de príncipe de cuento de hadas no se vieran impregnados por la suciedad de la grasa.
tu de verdad sigues creyendo q puedes venir a contar estas cosas aqui y encima de esa manera? vamos, no lo he leido xo palabrejas sueltas antes de llegar a las fotos....................
HOLA HOLA MIS DRUGOS