Rasca y gana
Para tener una piel suave, homogénea y luminosa no es suficiente con aplicar hidratante a diario, ¡la preparación es tanto o más importante! Además de limpiarla, es preciso retirar las células muertas para que luego el tratamiento penetre mejor.
Clinique propuso hace tiempo su fórmula de los 3 pasos para el rostro -para mí, la mejor- para una conseguir una buena piel. El primer paso: limpiar. El segundo: un tónico ligeramente exfoliante. El tercero: hidratación. Dos veces al día et voilá: una piel perfecta. Además de los 3 pasos, para las pieles con tendencia a tener impurezas es recomendable exfoliar más a fondo una vez a la semana: para eso, utilizo uno de Biotherm que además afina los poros.
Con la piel del cuerpo ocurre lo mismo. Hay zonas que se ponen más duras, como los codos, y otras en las que se acumula la grasilla, como la espalda o el escote. Una vez por semana (más veces no, porque quitas la protección natural de la piel y puedes irritarla) es aconsejable aplicar algún exfoliante (los de The Body Shop me encantan), ya sea en forma de producto o en plan mecánico, con un guante de crin. Así, también se evita la aparición de antiestéticos granitos, que a veces se presentan en sitios de lo más raro, como los brazos. El culete también lo agradece mucho, ya que la zona de piel donde nos apoyamos para sentarnos durante casi todo el día se va haciendo más gruesa inevitablemente.
Por último, tengo debilidad por los exfoliantes de pies, como éste de H20, porque además de dejar la piel suave y paliar en parte las durezas (y evitar su aparición), ¡es de lo más relajante aplicarlos!
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