El rostro amarillo

Imagen de Micromanías

Reseña de la aventura de Sherlock Holmes escrita por Arthur Conan Doyle

Resulta evidente que El rostro amarillo (quizás hubiera sido mejor llamarlo El rostro céreo o cetrino o algo así) es un relato que oculta información deliberadamente para poder sacar la sorpresa final. Aunque esto es algo que se considera discutible o incluso tramposo en el género policíaco, creo que en esta ocasión está más que justificado para conseguir el impacto en el lector, que sin duda sería mayor en la época pero que todavía funciona bien a día de hoy por no esperártelo y, en cualquier caso, por hacer reflexionar al lector sobre la época y sus consideraciones sociales. Además, por desgracia, el tema está más candente de lo que sería razonable.

Por otro lado, el desarrollo de la historia es una delicia para los amantes del suspense y los ambientes algo siniestros. Sin llegar a caer en lo gótico, como en otros relatos ya reseñados, tenemos un sin fin de elementos que juegan con el desasosiego del lector, que no solo tiene curiosidad por que se resuelva el caso, sino también cierto temor por los implicados.

La casa ocupada por los misteriosos vecinos, el cambio de comportamiento de la mujer, el extraño rostro que asoma a las ventanas y que rápidamente sabemos qué es sin por ello saber qué esconde, las visitas nocturnas... Es todo parafernalia, en efecto, pero parafernalia muy bien utilizada y dosificada. No perdamos de vista que las historias de Sherlock Holmes, además de relatos policíacos, son también relatos a secas. Y algunos llenos de carga humana, como este que nos ocupa.

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