Los pollos espiritistas
Un inesperado cuento infantil de la mano de Alejandra Erbiti y Claudio Briasco
Los pollos espiritistas llegó a mis manos de un buen amigo y colega escritor, que es lo que pasa cuando uno se dedica a la literatura de terror: que tienes hijos y te regalan macabradas (o peluches de Cthulhu si tienes suerte). La primera reacción ante algo así es la risa floja. En serio, con una portada así, ¿quién podría resistirse? Al mismo tiempo eres padre y, demonios, terminas leyéndotelo antes no vaya a ser que...
¿Qué? Los pollos espiritistas es un cuento infantil con sus animales de granja parlantes, su moralina y sus textos bien grandes y asequibles. Más allá de lo chocante de la temática (los animales contratan a unos espiritistas para encontrar el tesoro enterrado de un difunto congénere) y de la estética, formidable a mi parecer, no estamos ante nada particularmente transgresor. Aquí se hablar de confianza, de avaricia, de fiarse de extraños y todas estas cosas tan necesarias e inevitables en los cuentos. No es, ni mucho menos, más cruento o macabro que ninguna otra historia infantil.
En la edición de Latinbooks (parece que el cuento viene de Argentina) se señala que es una adaptación realizada por Alejandra Erbiti. Desconozco cuál es el original o si es un cuento tradicional, pero esta versión es muy adecuada para niños pequeños.
El apartado gráfico de Claudio Briasco me ha parece formidable: tiene un estilo 100% cuento infantil pero con un toque socarrón que le va a las mil maravillas. Como digo, la cubierta (al menos a mis ojos) lo hace irresistible.
Desconozco si tendrá mucho público objetivo. Supongo que dependerá, sobre todo, de los padres. Pero a mí me pareció un regalo magnífico y mis hijos se han divertido con él. ¿Qué más se puede pedir? Ah, bueno, incluye algunas actividades al final para completar el volumen, ya que el cuento es francamente corto (media docena larga de páginas).
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