Tiempo de piratas
Llegan las Navidades y ¿qué mejor momento para perderse en busca de un tesoro?
Playmobil, como buen empresa alemana, mantiene viva una curiosa tradición de algunos países europeos: el calendario del Adviento. El concepto es sencillo: se trata de una caja con distintos compartimentos numerados del 1 al 24 que se van abriendo, uno por día, a medida que se acercan las Navidades. Por lo general, estos “calendarios” contienen pequeños bombones de chocolate con formas curiosas, pero desde hace unos años Playmobil propone su propia versión, que incluye menos azúcar y más diversión. Cuando hay suerte, como este año, los piratas protagonizan uno.
La caja Playmobil 4164, la correspondiente a este año, nos presenta una nueva versión de la isla del tesoro —premio de consolación a base de ingenio para los que no han tenido acceso a la fabulosa caja Playmobil 5431—. El planteamiento es inmejorable: el primer día tenemos al protagonista, un nuevo pirata algo andrajoso pero con una buena combinación de colores, su barba de dos días y los aros de oro. Luego, el mensaje en la botella que pone sobre la pista del tesoro. Al día siguiente, un grumetillo se une a la expedición. Después se localiza el mapa del tesoro, se hace acopio de armas y herramientas, se consigue una chalupa para llegar hasta la isla...
Los numerosos peligros tropicales —y sobrenaturales— que ha conjurado Playmobil para la ocasión permiten montar una aventura completa y genial. Tenemos desde la calavera de advertencia —con dos raspas cruzadas— y el esqueleto de algún desdichado náufrago a una aterradora tarántula y una ladina víbora... pasando, por supuesto, por uno de los platos fuertes de los últimos tiempos de la colección: un pirata fantasma —que, por supuesto, brilla en la oscuridad—.
Los detalles coloristas son numerosos: monos albinos —debilidad de todo crío pequeño—, gemas que brillan realmente, ¿dragones de tres cabezas? y, por supuesto, el premio final: oro, ¡oro! Aunque no sean piezas de a ocho, bien valía la pena la búsqueda.
El pack de estos calendarios, que en los últimos tiempos, además, vienen con los compartimentos montados —que es un ahorro de tiempo considerable, doy fe—, incluye un escenario de cartón plegable que da mucho juego y tiene más resistencia de la que cabe esperar a primera vista. En esta ocasión, el trasfondo de la isla misteriosa donde se oculta el tesoro está más que inspirado.
En definitiva, la aventura nos espera en esta nueva isla del tesoro, así como muchos peligros y un par de incorporaciones únicas a la colección general, que si bien el pirata fantasma es un viejo conocido, al pirata y al grumete —el séptimo de la colección— no los habíamos visto antes.
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