Sarcos

Misteriosos, coriáceos, imprevisibles y grandes amantes del Brutal Ball, los sarcos u hombres caimán o cocodrilo se encuentran entre los mejor adaptados al juego

Dicen que antes de la construcción de la Ciudadela, los sarcos ya eran señores de los grandes cauces que ahora fluyen bajo arcos, bóvedas y avenidas. Sea cierto o no, la verdad es que da la impresión de que siempre han estado ahí, sirviendo en extraños cultos junto a otros theriantropos, empleados como guardianes en templos y bibliotecas, merodeando por las cloacas en busca de incautas víctimas sacrificiales o traficando por lagos y marismas todo tipo de mercancías extravagantes. Y, por supuesto, formando parte de equipos de Brutal Ball.

Un viejo refrán dice que los sarcos solo tienen la sangre fría fuera del terreno de juego. Una vez saltan al pozo son unas bestias implacables con grandes atributos para el juego de campo: sus cuerpos escamosos son resistentes, sus reflejos les permiten desplegar sistemas defensivos implacables, sus poderosas hileras de colmillos son tan eficaces como cualquier púa y su natural belicoso hace que se sientan en el campo como en una charca.

Además, sarcos de todos desarrollos participan en los encuentros ¡lo que les permite una amplia gama de jugadores! Desde impresionantes moles que sirven como defensas o bloqueadores capaces de rivalizar con un ogro a ligeros receptores que ejercen tanto de proyectiles como de infiltrados en las líneas adversarias. Sin duda, las alineaciones de sarcos pueden ser muy versátiles, y estas criaturas no dudan en aliarse con otras para defender sus colores.

Eso sí, nada los libra de convertirse en auténticos muermos en las gradas... dependiendo del tiempo que haga, claro.

Tamaño: La mayor parte de los sarcos son de tamaño medio, pero sus equipos incluyen algunos diminutos, que ejercen de receptores, y otros que pueden ser considerados tochos o grandes y que juegan como bloqueadores y defensas.

Punto débil: Sangre fría.

Juego sucio:

Frenesí: En ocasiones los sarcos se dejan llevar por sus instintos depredadores y dejan que aflore su lado más salvaje en el terreno de juego. Los partidos pueden convertirse en escenas de caza...

Irracionales: Es difícil saber qué pasa por la cabeza de un sarco. ¡No digamos ya descifrar sus famosas lágrimas de cocodrilo! Algo que puede descolocar considerablemente a sus adversarios.

Maleficios: Hay hechicerías más poderosas que las de los colegios de magia latiendo en las entrañas de la Ciudadela, y los sarcos saben cómo invocar algunas de ellas a través de amuletos particulares... que pueden deslizarse en los vestuarios contrarios.

Marrullerías: No lo pueden evitar. Un jugador derribado se parece tanto a una gacela atrapada en el fango... ¡y los aullidos de los hinchas enfervorizados a los chillidos de una manada excitada por la sangre!

Traicioneros: Capaces de permanecer quietos como estatuas, los sarcos son especialistas en emboscar a los corredores rivales ¡aunque no haya sitio aparente donde esconderse!

¿Sabías que...

...durante mucho tiempo no se consideró a los sarcos como una especie independiente, sino que se clasificaban con saurios y theriantropos?

Tan solo los impresionantes resultados de equipos como los Broncos de la Ciudad Prohibida o los Sonrientes de Bangor consiguieron llamar la atención de los aficionados sobre las posibilidades tácticas de formaciones exclusivas de sarcos. ¡La combinación de mordiscos, placajes relámpago e intercepciones desplegada sedujo hasta a los hinchas orcos más recalcitrantes!

Algunos ejemplos de miniaturas para sarcos:

Equipo de sarcos de Impact miniatures completo.

Interceptores hombres caimán de Victoria Lamb de los Faraones de Viktoria

Defensa sarco tipo aligator

Defensa sarco de Wargods