Un mundo invisible

Imagen de linton

Éste es uno de esos casos en los que sólo la sinopsis ya es un rollo. El resto del libro es aún peor.

 

No es fácil ser original a la hora de escoger el argumento de un libro. O por lo menos no lo es el intentar contarnos una historia que no suene a repetida. Por eso, un libro ambientado en el futuro y sobre especulaciones urbanísticas, corrupción política, tapaderas varias y sobre el poder de los medios de comunicación, parecía a priori algo bastante actual e incluso distinto, aunque también bastante poco edificante. El resultado final confirma que la sinopsis que nos encontramos en la contraportada suena tan aburrida como luego lo es el libro.

 

Porque no hay que engañarse, estamos ante una novela que realmente no engancha en ningún momento. Y es que el libro tiene grandes y variados problemas. El primero es que hasta que llegamos a la trama central, tenemos que avanzar nada más y nada menos que hasta la mitad de la novela, ahí es nada. Antes hemos tenido que padecer una serie de acontecimientos absolutamente innecesarios en su mayoría y que no hacen otra cosa que proporcionar lentitud y darle una estocada mortal al libro cuando no se llega ni a la tercera parte. Y es que el autor debería saber que no hay nada más aburrido (por ejemplo) que narrarnos al detalle varias reuniones de trabajo, sobre todo cuando no llevan a ningún lado, no hacen avanzar la trama y al final se confirma que no han servido absolutamente para nada.

 

Da la sensación de que lo que Carlos F. Castrosín nos quería contar cabía perfectamente en la mitad de páginas, porque son muy numerosas las ocasiones en las que se desvía de lo que se supone que va a ir la historia. Nos bombardea con historias paralelas que no son sino meras comparsas en forma de noticias del mundo, escándalos deportivos, estafas ajenas a lo que nos importa, anécdotas fútiles y un largo etcétera, todo bajo un ambientillo de oficina que resulta un absoluto lastre. Lo que deja claro todo esto es que el autor está puesto al día y maneja bien los temas de actualidad, pero poco más. La parte buena es que mientras se nos va por los cerros de Úbeda, tiene tiempo de retratarnos muy bien, al César lo que es del César, un futuro no demasiado lejano donde las costumbres han cambiado sustancialmente, un futuro lleno de tecnología desconocida para nosotros, de medios de transporte novedosos, de una nueva forma de entender las comunicaciones y, en definitiva, de una nueva forma de sociedad.

 

Aparte de ser un libro con dosis de acción, un thriller sobre corrupción y fraudes y con toques de ciencia-ficción, ya puestos a mezclar géneros, también hay tiempo para el drama familiar, una parte también bastante bien escrita y con un buen retrato de los sentimientos de los protagonistas. Pero estos dos aspectos en los que el autor sale airoso no dejan de ser meras anécdotas en el resultado final del conjunto. Porque ya cuando pensamos que no va a suceder nunca, llegamos al argumento principal. Realmente éste es bastante complicado, no por lo que ocurre en sí, sino por la interminable sucesión de nombres de empresas y de explicaciones científicas que no llevan a ninguna parte y que son capaces de hacer dormir al más insomne. Los personajes que finalmente llegan a tener importancia no son para nada interesantes, es más, algunos chirrían bastante, y, sin embargo, hemos asistido a la presentación de otros más interesantes que finalmente se han hundido en el enorme y nada halagüeño pozo de los personajes de relleno.

 

El ritmo que impregna toda la novela es realmente cansino, y sólo en la parte final parece que la cosa se anima un poco y coge algo de carrerilla, pero ya demasiado tarde, cuando a nadie le importa ya lo que les suceda a sus imposibles protagonistas.

 

Autor

 

Carlos Fernández Castrosin (Madrid 1960) obtuvo en 1993 el I Premio El Escribidor de ciencia ficción y Literatura Fantástica con el libro Zooropa. Ha colaborado en las publicaciones Artifex, BEM, Nembeo Kenmaro, Elfstone, Núcleo Ubik, en la revista electrónica Ad Astra, en la antología que edita la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción Visiones 1995 y en BEM on Line. En 1995 ganó el V concurso grupo CAMP de Caja de Madrid con el relato La sangre de Jesús aún no me ha abandonado.

 

Actualmente trabaja en el Área de Planificación e Innovación Tecnológica de dicha empresa. Entre sus obras se pueden destacar Brumose (1997), Los subterráneos (1999), finalista del premio Ignotus, Cinco días antes (2002) ganador del Ignotus a mejor novela y Tierra Incógnita (2003), antología de cuentos que incluye diversos ganadores y finalistas de premios literarios tan prestigiosos como el Pablo Rido.

 

Sinopsis

 

Obsidienne es la joya de la arquitectura europea y la culminación de las ciudades verticales, una tendencia que ha empezado a cubrir Europa de enormes rascacielos-ciudad que ofrecen a sus habitantes trabajo, alojamiento y diversión. Pero Paul, reportero estrella de una cadena de televisión, descubre que tras este nuevo milagro de la técnica se oculta un oscuro trasfondo de especulación urbanística y de corrupción política, que implica también a los medios de comunicación. En colaboración con un expolicía intentará desenmascarar los manejos ocultos de la multinacional que está detrás de los nuevos rascacielos y encontrar al asesino de su rival en la emisora.

 

Edición

 

Editorial Minotauro

Colección Kronos

Rústica

348 páginas

 

Conclusión

 

El mundo invisible al que se refiere el autor es ese que maneja los hilos de las grandes empresas y que mueven el mundo sin que los ciudadanos de a pie, pobres de nosotros, nos demos excesiva cuenta. Este tema “conspiranoico” es bastante actual, y sólo por eso merecía una lectura, pero lástima que la misma cueste dios y ayuda, por las razones que ya se han explicado.

 

En una entrevista que se le realizó a Carlos Castrosín para la presentación de este libro, comentaba que era un libro sobre el misterio de la condición humana, esto es, quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos, y realmente puede ser, pues deja un poso de preocupación sobre el futuro que estamos construyendo entre todos. No es una mala idea, pero la ha desaprovechado.

 

Libro destinado pues a lectores a los que les interesen este tipo de escándalos de grandes empresas y que les llame la atención el mundillo de los entresijos de la televisión, porque para el resto es una losa que pesa bastante. Por eso no es una novela especialmente recomendable, pero a quien no se le debería recomendar nunca es a alguien a quien haya dejado o esté dejando de fumar actualmente. Puede parecer una bobada, pero es impresionante la cantidad de cigarrillos que se enciende el protagonista a lo largo de las páginas. Como para estar con el mono, oiga.

 

 

Lo mejor: El retrato de un futuro no muy lejano

Lo peor: El libro es realmente aburrido

Nota: 31

 

Imagen de Patapalo
Patapalo
Desconectado
Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Vaya, compañero, creo que es la crítica más mordaz que te he leído nunca. Ha debido ser un auténtico calvario la lectura

Debo decir que había oído hablar de la novela, pero es una temática que me atrae más bien poco, y después de este aviso a navegantes, menos todavía ponerme con ella.

En cualquier caso, entretenida la reseña.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

Imagen de linton
linton
Desconectado
Poblador desde: 26/01/2009
Puntos: 8288

sí, la verdad es que me quedé a gusto escribiéndola, porque llegó un momento que iba poco más o menos que a página por día, pero tenía que terminarlo para hacer la reseña

La imaginación contra el poder

 OcioZero · Condiciones de uso