Tannhauser

Imagen de Varagh

Análisis de este juego de mesa distópico ambientado en una siniestra I Guerra Mundial pensado para entre 2 y 10 jugadores y de una hora, aproximadamente, de duración (salvo que juegues a lo cafre, que dura bastante menos)

¿De que va el tema?

 

El juego se ambienta en un mundo alternativo en la que la I Guerra Mundial no ha terminado y en 1949 continúa rugiendo sobre los campos de batalla de Europa, llamándose todavía la Gran Guerra (pese a todo esto, la estética de los personajes esta mas cercana a la II Guerra Mundial que a la primera real).

 

Existen dos bandos, el Reich del Kaiser y la Unión, y ninguno ha logrado desequilibrar la balanza a su favor. Finalmente, el bando del Reich decide emplear técnicas sobrenaturales para alzarse con la victoria. Así que miembros de sus organizaciones secretas comienzan a investigar los poderes ocultos (en plan Hellboy total) e incluso hacen pactos demoníacos para mutar algunas de sus tropas.

 

Al final, en una mansión ruinosa, descubren nada más y nada menos que un portal que conduce al Infierno… Así que la 13ª División de lo Oculto del Reich, dirigida por el marqués-general Hermann von Heïzinger (casi nada, menudo rango y nombrecito), va para allá a invocar a las Cohortes del Caos para que les ayuden a someter al mundo (¿habíamos hablado de Hellboy?).

 

No obstante, ante los inquietantes rumores, la unión ha enviado a un equipo de comandos de élite a investigar y a aguarles la fiesta a los teutones.

El juego

 

El juego viene con 10 miniaturas prepintadas de buena calidad. Los jugadores llevarán a un pelotón de soldados de las Fuerzas Especiales de los Marines o a un grupo de agentes del Obscura Korps del Reich.

 

El tablero presenta dos zonas de juego; una representa una casa (la mansión ruinosa) y la otra los sótanos de la casa donde está el portal al infierno. El entorno de la casa y las catacumbas es algo reducido, pero así resulta acertadamente claustrofóbico.

 

Los equipos enfrentados se componen cada uno de tres Héroes (brutos) y dos Soldados (carne de cañón), y que se tendrán que masacrar usando armas de todo tipo y algún que otro hechizo (bueno, matar a todos los enemigos, o capturar banderas, o dominar zonas según el modo de juego).

 

Lo más novedoso de este juego es que la superficie del tablero está dividida en círculos de colores por los que mueven los personajes y, lo más importante, que definen "líneas de disparo" que sirven para saber qué enemigos hay a nuestro alcance (lo llaman sistema pathfinding) y que agiliza mucho las ensaladas de tiros (si, por ejemplo, estás en un círculo rojo, puedes disparar a cualquier enemigo en un círculo señalado -aunque sea parcialmente- en rojo).

 

Además, en algunos círculos que recorren el tablero se encuentran diferentes símbolos, escombros que te hacen ir mas lento, cajas con la opción de coger nuevas armas, posiciones privilegiadas de disparo, lugares que te aportan más defensa, etc…

 

Cada personaje tiene sus propios perfiles (movimiento, resistencia, inteligencia/magia, disparo/ostias) que se ven mermados a medida que van sufriendo heridas. Además cada uno tiene sus reglas especiales y su propio y peculiar equipo (desde dinamita, a armas pesadas, pasando por hechizos y equipo mágico). Antes de empezar la partida cada jugador elige qué tipo de equipo pone a cada uno de los miembros de su bando (puedes equiparlos de cara a dar palos, de un modo más defensivo o potenciar su moral).

 

Luego el sistema de juego va a base de dados de 10 caras. Normalmente, tiras tantos como te indiquen tus perfiles de herida modificados por tu equipo.

 

Conclusión

 

El juego está bien. A muchos de mis contrincantes les parecía que está muy en la línea del juego de ordenador. La estética y los detalles están muy cuidados y tiene un buen nivel de estrategia (si vas a saco, lo mas probable es que te destrocen). Además, tiene una buena y original mecánica de juego, al mismo tiempo se pilla muy rápido.

 

Desgraciadamente hay detalles a tener en cuenta: Aunque los contrincantes están igualados, lo cierto es que el bando de la Unión (con gente de perfiles y rasgos mucho más heroicos) resulta muy sosillo si lo comparas con el bando del Reich (Oficiales de rostro cadavérico que son hechiceros, soldados híbridos de humano-demonio, tia buena de aires parafílicos, soldados siniestros con un cóctel de drogas de combate en el cuerpo...). Se habría agradecido que la Unión también tuviera elementos sobrenaturales. También se habría agradecido un toque más de gamberrismo en el juego.

 

En cualquier caso, un juego recomendable y que engancha (pero a mi parecer, no tanto como otros -Arkham Horror, por ejemplo-). En fin, que conste, esto último son sólo los gustos de cada uno.

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