El faro del fin del mundo

Imagen de Patapalo

Reseña de la novela de Julio Verne, un libro a descubrir dentro de las novelas de aventuras

Para mí Julio Verne tiene dos grandes puntos fuertes. El primero es su incomparable imaginación. Pocos autores han sabido idear con tanto acierto escenarios tan distintos y, a la vez tan sugerentes, desde submarinos monstruosos, viajes estelares o peripecias en el África profunda. El segundo es ese toque de aventura que es capaz de dar a todos sus textos.

 

Más allá de lo que ya aporte el entorno –como en "Viaje al centro de la tierra"- o la propia trama de la historia –como en “Cinco semanas en globo”-, el autor siempre consigue contagiar al lector de esa sensación de aventura, de riesgo, de emoción, que tanto se aprecia en una novela del género.

 

Quizá lo más sorprendente sea que no utiliza recursos grandilocuentes, sino que, incluso en las situaciones o escenarios más rocambolescos, son los pequeños detalles los que marcan el desenlace de las cosas. En cierto modo, es como el realismo aplicado a las historias de aventuras fantásticas.

 

Así, en “El faro del fin del mundo” nos encontramos con una situación especial pero normal dentro del siglo XIX: la inauguración de un faro en el extremo sur de América, lo que permitirá una navegación más segura por esas peligrosas aguas en las que se junta el Pacífico y el Atlántico.

 

Entonces, a partir de este anodino planteamiento –aunque lo del fin del mundo ya aderece mucho el conjunto-, se nos presenta una vuelta de tuerca de lo más razonable. La tranquila existencia de los fareros se va a ver perturbada por la presencia de unos piratas en la zona.

 

Una curiosidad que tal vez algunos no conozcan es que siguió habiendo piratas en el XIX, aunque no según el esquema clásico, y que no faltaban los rumores de fareros sin escrúpulos que hacían naufragar barcos o de faros falsos que engañaban a los marineros. Con estos ingredientes, el argumento está servido.

 

Para terminar de redondear esta novela corta, está la inteligencia del autor, que se refleja en la habilidosa trama, exenta de exageraciones pero no por ello menos trepidante, y una prosa más ligera de lo que suele ser habitual en él, lo que facilita la lectura.

 

Autor

 

Julio Verne nació en Nantes (Francia) en 1828 y falleció en Amiens (Francia) en 1905. Por sus numerosas novelas, con las que despertó el interés por la ciencia y los inventos de su tiempo, es considerado el padre de la ciencia ficción moderna. Estudió leyes en París y escribió libretos de ópera y obras de teatro, pero su primer éxito lo cosechó con la novela “Cinco semanas en globo” (1869). En 1892 fue distinguido con la Legión de Honor.

 

La clave de la fascinación que sus obras todavía generan en nuestros días está en la labor de documentación que realizaba, que unida a su ingenio le permitió predecir con asombrosa exactitud muchos de los logros científicos del siglo XX (como los cohetes espaciales, los submarinos, los helicópteros, el aire acondicionado o los misiles) mucho antes de que se realizasen.

 

Entre sus obras más conocidas destacan “Viaje al centro de la tierra” (1864), “De la tierra a la luna” (1865), “Veinte mil leguas de viaje submarino” (1870), “La vuelta al mundo en ochenta días” (1873) y “La isla misteriosa” (1874). Las obras de Verne han sido llevadas al cine en numerosas ocasiones.

 

Sinopsis

 

Un equipo de fareros inaugura un faro en el extremo sur de Argentina, sin saber que en las inmediaciones opera una banda de piratas

 

Edición

 

El faro del fin del mundo

RBA Coleccionables

Edición especial centenario

Edición de bolsillo

 

Aunque existen muchas otras ediciones, y a pesar de la traducción, que en algunos puntos es bastante deficiente, la gran ventaja de esta edición es su precio y su gran mérito el haber rescatado todas las novelas de Julio Verne con sus litografía originales.

 

Otras ediciones recientes

 

Ediciones Rueda, cartoné 1999

Vicens-Vivens, rústica 1998

Vision net, pdf 2003

 

Conclusión

 

Las novelas de aventuras buscan, principalmente, el entretenimiento. Desde esta óptica, “El faro del fin del mundo” es una buena elección. Es más bien corta, su prosa es fluida y la historia es muy entretenida.

 

La novela tiene, además, un buen añadido: su ambientación histórica. Aunque los hechos relatados en la novela no corresponden a la realidad, y a pesar de que Julio Verne sólo se inspiró en el faro existente, toda la trama está llena de apuntes y de circunstancias muy interesantes del siglo XIX. Para los que se interesen por esta época, resultará un buen aliciente.

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