Diario de un recluso en el 41 milenio VII

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Relato participante en el I concurso Warhammer 4OZ

 

Tras varios minutos de realizar una actividad relajante decidimos que no teníamos tiempo para seguir intercambiando palabras con el marine y nos pusimos en camino hacia el hangar para pillar a un servidor y sonsacarle dónde estaban las naves de evacuación.

 

-Espero, Owen, que seas capaz de pilotar una de esas naves o estamos jodidos.

 

-Bueno, en teoría no tendría que ser muy complicado.

 

-Sí -dijo Castor- eso mismo pensé yo de la terminal y mira lo que pasó.

 

A los pocos minutos llegamos al hangar y pillamos a uno de esos servidores de turno.

 

-Tú, servidor, ¿dónde están las naves de evacuación?

 

-¿Lo que?

 

-¿Que dónde están las naves de evacuación?

 

-¿Lo que?

 

-¿?

 

-Agros -dice Neror- déjame intentarlo a ver si yo puedo. Servidor, dinos dónde están las naves de evacuación para abandonar la nave en caso de emergencia?

 

-¿Lo que?

 

-Mira, trasto de mierda, ¿ves este martillo? Pues si no me dices dónde están las naves, te inflo a hostias con él, ¿estamos?

 

-¿Lo que?

 

A esto que sujetamos a Pratech antes de que éste le atizara al servidor mientras éste le grita:

 

-Mira, jodido trasto, si vuelves a decir "lo que" te meto, ¿me oyes? Te meto y te destrozo. No vuelvas a decir "lo que" o te enteras. Sólo quiero que me digas dónde están las puñeteras naves de evacuación y no vuelvas a decir "lo que" o te doy.

 

-… ¿looooo queeeeee?

 

A esto que a Pratech le da otro de sus chispazos mentales y se nos hace imposible sujetarlo mientras éste, martillo en mano, sale flechado hacia el servidor.

 

-Jodio TRasTO te VOY A DEStrozar Y A vER si luEGO me DIceS LO que, LO quE, lo QuE.

 

-¿Lo que?

 

El jodido trasto no hace más que repetir "lo que" mientras Pratech le atiza con el martillo, hasta que al final sólo queda un amasijo de cables y chapa tirado en el suelo.

 

-Bueno, menos mal que esto está plagado de servidores. Seguro que uno de éstos nos dice dónde están las naves.

 

Y mientras caminamos en dirección a otro servidor oímos una voz que sale de los restos.

 

-Las… naves… de… emer… gencia… es… tán… en… el… hang… ar… 4. Señor… ¿LO QUE?

 

-Bueno, parece que estamos de suerte después de todo. Ale, vamos todos al hangar 4 y salgamos de aquí echando ostias antes de que esta panda de locos se maten entre ellos.

 

Al cabo de unos minutos llegamos al hangar y por suerte hay suficientes naves para romper.

 

-Bueno, Owen, éste es tu turno. A ver si tenemos suerte y podemos salir de aquí enteros.

 

Al entrar en la nave vemos que no dista mucho de un valki exceptuando por unos pocos detalles... en plan calaveras, cadenas y un poco de sangre, jodidos marines pillados.

 

-Bueno, el idioma es el mismo que el de la terminal, pero con este equipo me aclaro un poco. De todas formas será mejor que os pongáis el cinturón de seguridad porque este viaje será movidito con todas esas naves dándose con todo ahí fuera.

 

-¿Has oído, Zenir? Ponte el cinturón y protege tu vida.

 

-… ¿?

 

El panel de control se enciende y Owen pone en marcha los motores de la nave auxiliar mientras comprueba las indicaciones. Por suerte no tardamos en encontrar el dispositivo que abre las puertas del hangar.

 

-Ale, a tomar por culo esta nave de tarados.

 

La nave sale disparada del hangar y Owen inicia su peculiar sistema de maniobras para evitar el fuego enemigo de la flota. Las naves del caos se han dividido en dos grupos y se están atacando sin piedad.

 

-Bueno, ¿a dónde vamos Agros?

 

-¿Puedes llegar con esto al planeta Cetruos?

 

-Sí, está un poco retirado pero podemos llegar. De todas formas, ¿qué se ha perdido en ese planeta?

 

-Nada del otro mundo, sólo uno de los mayores depósitos de oro de este sector.

 

-¿Has dicho oro?

 

-Sí, eso he dicho: oro, un montón de oro escondido en una cámara secreta de un edificio aparentemente en ruinas.

 

-¿Y ese oro de quién es?

 

-Es propiedad de la familia Zuchi, la mas rica y poderosa del sector de Ultramar.

 

-Ésa es la familia que me condenó a muerte por destrozar su nave -dice Pratech.

 

-La misma.

 

-¿Y tú como narices sabes que ese oro está oculto en esas ruinas?

 

-Porque soy un ladrón, un falsificador, un timador... en fin, un hombre de mundo, se podría decir, y de los mejores.

 

-Si tan bueno eres, ¿cómo es que acabaste en la cárcel?

 

-Por culpa de una chica.

 

-¿Una chica? ¿Qué le hiciste?

 

-Me acosté con su hermana gemela, y a pesar de lo unida que está a ella, eso no le gustó mucho y dio parte a las autoridades de un golpe que iba a dar.

 

-Y esa chica está en el planeta Cetruos, ¿verdad?

 

-Sí, y el depósito de oro también está allí.

 

-Pero tratándose de una de las familias más poderosas de Ultramar, la seguridad de esa cámara será extrema aun tratándose de un edificio en ruinas, ¿no crees?

 

-Sí, claro, pero tengo los códigos de desactivación del sistema de seguridad, y si eso no funciona, siempre podemos soltar dentro del edificio a Pratech, que tiene mucha mano con los sistemas electrónicos.

 

-Un pronto lo tiene cualquiera...

 

Continuará

 

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