Dibujando por humor al arte
Reseña del tercer cómic de Pirata, el personaje de José A. Lopetegi, obra que, en realidad, es más bien un cursillo de dibujo y cómic
Quienes hayan leído Hola, soy pirata y Qué tonto eres, pirata conocerán el estilo de Lopetegi tanto como el de su personaje, Pirata. Quienes no sean especialmente aficionados a su tipo de humor, se quedarán francamente –y positivamente- sorprendidos con esta obra.
En realidad, en Dibujando por humor al arte sí que encontraremos los chistes habituales del autor, esa comicidad de niños malos como muy de barrio. Sin embargo, hay que decir que no es un cómic al uso. Mantiene la estructura y, más o menos, el desarrollo normal del género, pero es, claramente, una guía para dibujantes noveles. Así, el usar a Pirata como hilo conductor, y una disposición por viñetas –más o menos- no es más que una excusa para mostrarnos cómo realizar todo el trabajo que lleva detrás un cómic, que no es poco, y algunos consejos para manejarnos mejor los que disfrutamos dibujando aunque no sea con mucho acierto.
Desde luego, la parte del trabajo de Lopetegi que más me gusta es su dibujo. Así como sus guiones no son santo de mi devoción, lo que no quita para que se vean trabajados –recordemos que para gustos los colores-, sus ilustraciones siempre me han impresionado. En ellas se ve trabajo de autor –firma, podríamos decir-, buena técnica y buenos ingredientes. Quizá es por ello que me ha parecido muy interesante esta obra.
El planteamiento es sencillo y exhaustivo: empezando por el principio, los lápices, vamos pasando por todos los aspectos del oficio. Obviamente, se hace de un modo bastante ligero (no deja de ser una obra de sesenta y cuatro páginas), pero muy acertado y, considerándolo desde el punto de vista de las bases, exhaustivo.
Muchas veces, los autores de este tipo de obras olvidan que el que las lee suele ser bastante torpe o tener conocimientos muy someros del tema de cómic desde el punto de vista del autor. Después de todo, no creo que los que ya son dibujantes de pro necesiten leer muchos libros para aprender a dibujar –se supone que ya han aprendido todos los rudimentos del oficio-. La obra de Lopetegi, al estar dirigida a un público joven, es de una claridad meridiana y, siguiendo los pasos uno a uno, se pueden poner en práctica todas sus indicaciones, que no son pocas.
Como suele pasar con estas cosas, uno no aprende a dibujar sólo con leerlo –todo pasa por el esfuerzo y la dedicación, como nos recuerda el autor al final de la obra-, pero sin duda aporta unas cuantas claves muy a tener en cuenta y que, a veces, incluso a los lectores habituales de cómics se nos escapan.
Quizá en algún momento corra mucho por requisitos de espacio, y quizá no sirva como una guía exhaustiva de cómo utilizar todas las herramientas disponibles, pero teniendo en cuenta su simplicidad, su claridad en la exposición, su brevedad y su precio, es un “cómic” ideal para aprender a dibujar. Si alguien busca una obra para auténticos novatos, creo que ésta es una opción mucho más adecuada que esos volúmenes sobre cómo dibujar cómics que acaban cogiendo polvo en las estanterías de los comiqueros frustrados. Obviamente, abstenerse los que ya dominen las técnicas básicas.
Sinopsis
Una guía para aprender a dibujar cómics. El autor desarrolla el método a lo largo de treinta y un capítulos divertidos y pedagógicos.
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