Rechicero
Reseña del quinto libro del Mundodisco de Terry Pratchett
Rechicero se me antoja como la primera novela de Mundodisco que se encuentra ya totalmente encerrada en su propia mitología, como si presentase por fin una total completitud. En las obras precedentes Terry Pratchett va haciendo homenajes a distintos autores de fantasía y abordando grandes temas del género, como el fin del mundo, el camino del héroe, el elegido, etc., siempre desde una perspectiva humorística y paródica.
En Rechicero todo eso está presente, pero nos damos cuenta de que la mitología propia del Mundodisco está tan bien asentada que ya es un universo propio, con sus personajes recurrentes y una estructura y lógica propias. Así, de una cierta manera, retoma ejes argumentales de novelas pasadas pero con más empaque.
Rechicero gira en torno a la magia, profundiza en ese sistema octarino tan acertado y tan sugerente a partir de una leyenda que serviría incluso de tema para Iron Maiden: el séptimo hijo de un séptimo hijo. Solo que aquí el número mágico es otro, como ya descubrimos en El color de la magia, y se trata de un octavo hijo de un octavo hijo, es decir, de un rechicero, una especie de hechicero al cuadrado, una anomalía que hace que la magia sea una cosa más mágica todavía, incluso para los magos.
El planteamiento da de sí para que Pratchett meta caña a uno de los submundos de la fantasía que más ha dado que hablar: el de los magos (y que ya había recibido unos cuantos palos en Ritos iguales). Que si escuelas, que si órdenes, que si aprendizaje con un único maestro, que si son capacidades naturales... Todo con el particular filtro de Mundodisco, que implica que la narrativa no solo va a ser divertida, sino que va a explorar las posibilidades a fondo. Esto resulta apasionante, porque el asunto de una magia como nadie había visto en siglos deformando el mundo es digno del mejor Michael Moorcock por mucho que esté aderezado con un humor fabuloso.
Y donde hay magos, hay bárbaros, y este es uno de los elementos paralelos de la trama que consiguen darle todavía más riqueza y potencia: un par de guiños, muy dispares, a Cohen el Bárbaro que terminarán por converger cuando el mundo se aproxima al Apocalipsis y que da para fabulosos scketch de espada y brujería, de aventura pura y dura, tan trepidantes como hilarantes.
Más allá de todo este impresionante trabajo de arquitectura tanto en el trasfondo del escenario como en el desarrollo de la trama, que tiene su complejidad y su precisión, Rechicero brilla también gracias a la propia prosa, que en la edición que he disfrutado (la de DeBolsillo) ha sido magníficamente traducida por Cristina Macía (lo que no ha debido de ser sencillo). Los juegos de palabras, las metáforas, las figuras de estilo en general están llevadas a otro nivel que realza la épica del género con no poco cachondeo. Auténtica maestría.
En definitiva, si la saga de Mundodisco es muy recomendable en general, Rechicero en concreto me parece una magnífica novela que, quizás, marca el punto, no de madurez, que la tenía ya, sino de independencia de la serie.
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