Creepy presenta Alex Toth
Reseña del cómic recopilatorio de historietas del dibujante editado por Planeta Cómic
En esta magnífica edición de tapa dura, que cuenta con un prólogo muy interesante de Douglas Wolk, la editorial Planeta Cómic nos trae una recopilación de todas las historietas ilustradas por Alex Toth para las revistas Creepy (dieciséis historietas) y Eerie (cinco historietas) que fueron publicadas entre 1965 y 1982.
Se trata de narraciones muy cortas, al estilo de estas dos emblemáticas revistas, donde prima el terror en escenarios de lo más variopinto, desde clásicos del siglo XIX a historias futuristas o de ciencia ficción, aunque también hay espacio para alguna historia policiaca y alguna más emparentada con el género de aventuras, siempre con una vertiente siniestra. Por ellos desfilan monstruos de todo tipo (seres humanos en la mayor parte, aunque también otros más canónicos e incluso extraterrestres) y la oscuridad es el elemento que prima.
Precisamente en este aspecto es donde este recopilatorio se muestra de gran interés. Alex Toth nos muestra una paleta increíble de negros y grises, diversas formas de acercarse a la ausencia de iluminación que crean unos escenarios magníficos, de lo más sugerente. Todas ellas en blanco y negro, como era lo habitual en ambas cabeceras, juegan con los encuadres, las perspectivas, las tonalidades, la saturación, las texturas y un sinfín más de elementos para sorpresa del lector... cuando se para a pensar en ello, porque, francamente, cuando las lees es difícil salirse de la narrativa para analizar los detalles.
Existe una continuidad en el aspecto gráfico, sin duda, pero sus límites son tan amplios que la marca del autor deviene, precisamente, esa capacidad para salirse de su propio molde. Hay historias resueltas con trazos duros, bitono, mientras que otras nos muestran las sutilidades que puede tener un mismo tono de gris, o nos pierden en increíbles difuminados. El trabajo presentado es formidable en todos los aspectos, de un gran efecto y un corte más bien clásico, aunque sorprendente en sus aproximaciones.
Gracias a ello, los guiones adquieren una gran fuerza. Estos son, por exigencias de formato, sencillos, dado que no hay mucho espacio para desarrollar las historias (aunque haya una que se desarrolle en dos partes, cada una funciona por separado), y muchos de ellos reposan en un giro final sorprendente o espeluznante. Personalmente, creo que con el tiempo una buena parte de su efectividad reside en la capacidad de Alex Toth de crear atmósferas y sumergirnos en ellas. Hay que notar que algunos de los guiones fueron escritos por el propio ilustrador, mientras que otra buena parte corren a cargo de Archie Goodwin, toda una institución en la revista Creepy.
En conjunto, este Creepy presenta: Alex Toth es una buena muestra no solo del talento de este gran artista, sino también de lo que se puede llegar a hacer incluso con las restricciones propias de una publicación periódica que mantenía un formato muy limitado. A veces, los corsés permiten a los artistas ahondar en aspectos insospechados de su obra.
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