En el zulo
Reseña del cómic de Carlos y Óscar Bribián publicado por Saco de huesos
Este cómic de los hermanos Bribián, que fue galardonado con el Premio de Creación Joven de Aragón en el 2010, nos plantea la angustiosa historia de un secuestro. Nada sorprendente a tenor de su título, claro. Sin embargo, aunque a los que crecimos en los '80 nos sugiera inmediatamente otros ecos, lo cierto que no va a haber un contexto histórico particular como marco para el mismo.
No, En el zulo nos remite más a un horror absoluto y abstracto que a uno histórico o propiamente social. En cierta medida, el guión de Óscar Bribián emparenta más con obras como El entierro prematuro de Edgar Allan Poe o La cabina de Antonio Mercero (aunque sin entrar en el grado surrealista de esta última) al poner el acento en las sensaciones y pensamientos de la víctima.
Despojado de todo contexto salvo el que necesita la trama para funcionar, la narrativa de En el zulo es intimista y asfixiante, agobia al lector al hacerle partícipe de un horror del que nadie, en un momento dado, está por completo a salvo. Es esa habilidad a la hora de dar cuerpo a su protagonista y personaje eje de toda la narrativa la que da la fuerza a la historia. Una historia de horror que es casi filosófico, el de un hombre encerrado consigo mismo y, por lo tanto, enfrentado a sí mismo con todas las consecuencias.
El apartado gráfico, que corre a cargo de Carlos Bribián, transmite con mucho acierto la fuerza de este monólogo narrativo. Los tonos de negro de una oscuridad que pesa sobre las viñetas, el aislamiento y la sensación de desorientación que transmite la disposición de las mismas, la deslumbrante luminiscencia de los recuerdos, que asaltan de tal manera que parecen alucinaciones de una mente agotada... Es un trabajo impresionante por, precisamente, lo aparentemente reducido de los elementos en juego y el abanico de emociones que transmite.
Así, en conjunto En el zulo es un cómic duro en su esencia, terror realista aunque esté anclado en el terreno difuso del horror general, breve, sin duda, pero también muy intenso. Una obra que se lee en un suspiro pero que deja un poso permanente en la memoria.
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